CHAPTER TWENTY ONE

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  |Narra _______|

-Yocelyn te pido que te vayas, por favor.- hablé molesta. Era la cuarta vez que le pedía, de la manera más amable que pude, que se largara a... a ya se imaginarán dónde.

-Escúchame. No quiero que vuelvas a hablar con Richard, estúpida. Él va a ser muy feliz conmigo y nuestro hijo.- solté una carcajada sin humor.

-Aquí la única estúpida eres tú, y yo que tú cuidaba a quién amenazo. No creas que me asustas.- escupí las palabras con odio.

-Cuídate y cuida a tus bastardos.- murmuró mientras salía de mi casa dando un portazo. Conté hasta diez mentalmente, si no, tiraría lo primero que estuviera en mi camino. Había estado llamando a mi celular varias veces, en todas la ignoré, hasta que no sé cómo consiguió la dirección de mi casa y vino a amenazarme. Pero como es una cobarde, esperó a que se fuera Richard. Resoplé y tomé mi celular. Escribí un mensaje de texto para Marian;

 <<, ¿puedes venir a mi casa? Te extraño xx>>

 Oprimí enviar. Necesitaba hablar con alguien que no fuese Richard, o mamá,  estaban muy preocupados por mi y sólo quería distraerme. Me acomodé en el sofá, ya que a éstas alturas no podía ni siquiera pararme sola, tenía siete meses y medio y ya quería que nacieran estos niños. Juntos hacen una revolución ahí dentro. Tomé el control remoto y encendí la televisión, programas de chismes, películas, telenovelas... caricaturas. Lo dejé en Bob Esponja, amaba a ese mono amarillo. Y estoy segura que mis hijos también, ya que apenas lo puse ahí comenzaron a patalear.

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-Me las va a pagar. Perra.- musitó Marian, después de contarle todo lo que vino a decirme. Reí.

-Tranquila, no hará nada, ya has oído... perro que ladra no muerde.- sonreí. Además, no la creía capaz.

-Ya, dejémosla de lado.- habló y luego sonrió. -¿Cuándo nacerán estas hermosuras?- preguntó posando su mano en mi panza.

-En dos meses y medio, si todo va bien.- sonreí. No iba a decirle que estábamos en peligro.

-Aw, ya quiero tenerlos entre mis brazos.- sonrió con ternura. -Prométeme que la niña se llamará como yo.- dijo emocionada, reí.

-¿Como yo? No es un nombre muy común.- bromeé. Ella me fulminó con la mirada.

-Ya sé. ______ no es muy bonito.- hizo un mohín y yo le pegué levemente.

-Con mi nombre no te metas, pero no, mi hija no se llamará igual que yo.-

-Sabía que le pondrías Marian.- bromeó y reímos juntas.

-Vaya, tendré que mantener mejor el secreto.- seguí con la broma. Después de un rato más de bromas, comenzamos a platicar de cómo va con su relación con Joel y lo que opinan las chicas. A ellas también las extraño. Sólo que soy un poco más unida a Marian, ya saben porqué.

-Y... ¿qué dice Richard? ¿No te ha pedido volver con él?- negué y fruncí el ceño. Nunca. Ni aún antes de saber que Yocelyn estaba embarazada me lo había pedido. -Seguro está esperando que nazcan los niños.- siguió. Y no pude sentirme más triste. Quizás el no quería volver conmigo.

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Estábamos por comenzar a comer cuando sonó el timbre. Bufé, ahora todos saben dónde vivo, ¿no?

-Yo voy.- se ofreció Marian, ya que me llevaría media hora aproximadamente ir a abrir la puerta. Asentí y esperé a que llegara para comenzar a comer.

-¿Dónde está ______?- escuché la voz entrecortada de Daniela, desde el living. Me levanté lo más rápido que pude y caminé hasta allá.

-¿Qué sucede?- pregunté una vez que estuve ahí. Daniela se abalanzó hacia mi, llorando.

-______...-sollozó. -tu mamá , sufrió un accidente.- susurró. Entré en shock, ¿mi mamá? Sentí como empezaban a arder mis ojos.

-¿Dónde está?- hablé, pero pareció más un sollozo.

-En el hospital principal.- murmuró. Asentí.

-Chicas iré con mi mamá. Si quieren, pueden  quedarse aquí.- traté de sonreír y ellas asintieron.

-Todo estará bien, bebé. Tu mamá es fuerte.- dijo mientras me abrazaba.


Stay with us (Richard Camacho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora