Algunas veces he llegado a odiar a todo el mundo pero hoy sólo odio a los doctores. No me pueden dar ni siquiera la más mínima información sobre mi mamá. He tratado de mantenerme fuerte para no estar en riesgo, pero no puedo. Max, está peor que nunca. Mi padrastro parece que está muerto en vida. Papá y Cassandra son los únicos que se han mantenido enteros y estoy segura que por mi.
-No te preocupes, no le agregues más estrés a tu embarazo.- musitó Cassandra tomando asiento a mi lado. Sollocé y la abracé.
-No puedo. Mamá... mamá lo es todo para mi.- susurré. Cassandrá acarició mi pelo, supongo que en un intento de tranquilizarme. Sentí como alguien se sentaba al otro lado, dejándome entre Cassandra y aquella persona.
-Los dejaré.- murmuró Cassandra y luego se levantó de ahí. Alguien puso sus manos en mis hombros y me volteó para verlo.
-Richard.- sollocé. Lo abracé, lo necesitaba. Mucho.
-Vine en cuanto me enteré. No hay otra cosa que no salga en la televisión.- habló. Sorbí por la nariz y lo observé con el ceño fruncido. El se encogió de hombros y volvió a abrazarme. Duramos así varios minutos, hasta que salió el doctor de la habitación de mamá.
-Familiares de la señora Stewart.- habló.
-Somos nosotros.- dijo mi padrastro y se puso de pie. Lo acompañé, parándome a su lado.
-La señora se encuentra estable...- suspiré tranquila. -Pero... perdió al bebé. Lo sentimos, hicimos todo lo que pudimos, pero el impacto fue muy grave.- Thomas, mi padrastro, se soltó a llorar de nuevo. No sabía que hacer, así que lo abracé.
-Tranquilo, Thom. Lo importante es que Jennette este bien, podrán tener todos los hijos que quieran más adelante, ambos son jóvenes.- escuché como papá le decía a Thomas. Lo solté y fui con Richard. ¿Eso tendrían que decirle cuándo yo haya muerto?
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-¡Abuela!- gritaron los trillizos entrando a la habitación de mi mamá. Sonreí. Hace apenas unas horas le habían dado el alta, después de estar ahí dos días más. Mamá, tomó bastante bien, o mejor de lo que yo hubiese pensado, el hecho de haber perdido al bebé.
-Niños.- murmuró mi mamá mientras los acomodaba a su alrededor. -¿Cómo se portaron?- les preguntó y los niños se vieron entre sí. Reí junto con Max y Sthep, mi cuñada. -Vaya, entonces le dire a su abuelo que no les traiga nada de París.-
-Yo sí me porté bien, abuela. Caleb y Chloe se pelearon en la escuela.- habló Christian con su tierna voz.
-¡Christian!- dijeron ambos niños al unísono y volvimos a reír.
-Y... ¿cómo va todo con tu disco, hija?- preguntó mamá. Sonreí.
-Sólo estoy esperando un poco. El lanzamiento oficial creo será a principios de mayo.- dije orgullosa. Sería un poco antes de que nacieran mis cositas bonitas y que pasara... eso.
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Nunca imaginé que esto pasaría. Como dicen, del odio al amor sólo hay un paso. ¿Saben dónde estaba mi hermosa amiga Hannah? Con nadie más y nadie menos que Christopher 'ni-loco-estaré-con-tu-amiga' Velez. Ya sabía que ambos sentían algo más que odio mutuo, pero son lo bastante orgullosos como para admitirlo.
-Ya quita esa sonrisa Hannah.- pidió Max, molesto. Reí. Volvía con sus celos de hermano postizo mayor.
-Déjala, Max.- advirtió Sthep.
-Amor, es que... ¿por qué con él Hannah?- preguntó frustrado.
-Ya, Max. Hannah será mayor de edad pronto y puede hacer lo que le plazca.- murmuró de nuevo mi rubia cuñada.
-Con que no quede embarazada de otra estrella.- musitó y lo fulminé con la mirada.
-Dices algo de nuevo y lo siento por ti Sthep, pero no volverán a tener hijos.- hablé molesta. ¿Por qué siempre tenía que sacar mi embarazo a relucir? Sé que odia a Richard, pero también sé que ama a sus sobrinos.
-Vamos, enana. Tú sabes porqué no soporto a ese tipo, hasta que no estén juntos no me caerá bien.- bufé.
-Anda, sigue odiando al padre de tus sobrinos.- dije por último antes de salir del living e ir a la habitación de mis pequeños.
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Stay with us (Richard Camacho)
Fanfiction{Muchos dicen que el amor es lo más importante en la vida, dicen que tu vida no es perfecta si no tienes amor, pero se equivocan.}
