Witch Among Us

CAPÍTULO 4

Primero de todo, pediros perdón por haber estado sin subir capítulos tanto tiempo.

Segundo, daros las gracias por las visitas y por los comentarios de apoyo que he recibido.

Tercero, comunicaros que cada viernes subiré un nuevo capítulo. CADA VIERNES. ¡No lo olvidéis!

Cuarto, a leer, a comentar y a votar. ¡Gracias!

CAPÍTULO NARRADO EN TERCERA PERSONA

 - Abra la jodida puerta-. Dijo Cordelia a la anciana.

 - No…, no antes de que te mate a ti también - señaló el cuerpo descuartizado de la otra chica-, como hice con ella.

Cordelia empezó a aporrear la indestructible entrada –bloqueada- de la cueva intentando fabricar una salida. Pero por más que la aporreaba con todo su cuerpo, con toda su fuerza, no lograba mover ni una sola roca.

 - Ni con tu fuerza ni con tus poderes de bruja novata podrás derribarla – dijo la anciana entre carcajadas.

‘’Poderes de bruja.’’  Pensó Cordelia.  ‘’¿Qué poderes tendré?’’

Apuntó con sus manos a la anciana en señal de intentar lanzarle algún hechizo pero…, resultó completamente inútil.

 - ¡AHORA! – dijo Cordelia intentando crear algo de magia. - ¡RAPIDO! ¡HECHIZO!

 - JAJAJAJAJAJAJA… - dijo la vieja – esto no funciona así. ¡Te mostraré cómo se hace! - Pronunció algo así como: ARTTENYA e hizo que Cordelia perdiera el equilibrio. - ¿Ves? Y eso no es todo lo que sé hacer.

Cordelia sintió verdadera vergüenza y se decidió a luchar contra esa asquerosa bruja.  Se levantó del suelo y fue directamente hacia ella. La estampó en pocos segundos contra a la pared de la cueva y su cabeza comenzó a sangrar. La sangre brotaba repentinamente y el suelo se tiñó de rojo.

Cordelia cogió un extraño frasco con un líquido amarillento y lo virtió sobre la bruja.

 - Esto por haber intentado matarme, bruja asquerosa.

A la anciana le comenzaron a brotar musgos de su propia piel – debido al líquido anterior – cubriendo completamente  su cuerpo y transformándola en una simple bola de musgo. Asqueroso.

Era la primera persona a la que Cordelia había matado. A aquella mujer… la que la había salvado de unos guardias hace unos días.

Entonces, Cordelia se acercó a un gordo libro de magia situado en una mesa al fondo de la cueva. Lo abrió y comenzó a leerlo atentamente, intentando buscar algún hechizo para abrirse paso  de entre las rocas que bloqueaban la salida.

 - Chicas… abridme la puta puerta – dijo una señora desde fuera de la cueva.

En ese mismo instante, unas señoras de aspecto mayor entraron lentamente en la cueva, apartando piedra por piedra con sus poderes.

Cordelia se escondió tras una mesa de piedra con unas pociones sobre ella, y las brujas entraron y comenzaron a charlar.

 - Chicas… ¿dónde puede encontrarse Nyna? Hace días que no la veo…

 - Ni idea, seguro que estaba terminando de destruir a esta pobre chica – dijo señalando a la descuartizada.

 - Jajajaja… que  bien se le dan estas cosas.

Cordelia pensó que era buena idea levantarse y entablar conversación con las otras brujas.

 - Hey… me llamo Cordelia. Y… ¿quién es esa tal Nyna de la que habláis?

 - Es algo así como nuestra reina… es nuestra jefa: la jefa del Clan Nyna.- Por cierto, ¿qué hacías ahí escondida, Cordelia?

 - Yo… eh… nada, ya me iba – se levantó y salió corriendo de su escondite.

 - Eh… para el carro Cordelita. ¿Qué es esto de aquí? – señaló el musgo - ¿Lo has hecho tú? ¿A quién has convertido en musgo? ¿También eres una bruja?

 - ¡DEJADME! ¡DEJADME! – gritó Cordelia y salió corriendo de la cueva.

Sabía que lo que acababa de hacer no estaba bien… Había asesinado a su Reina y nunca se lo perdonarían. Tendría que huir a otro lugar no vaya a ser que la pillasen. ¿Quién podría haber matado a Nyna? ¡SÓLO CORDELIA, CORDELIA LA HABÍA ASESINADO!

Siguió corriendo por el bosque esperando alguna ayuda, pero entonces disipó a lo lejos que los campesinos, los aldeanos de Salem, todavía estaban vivos.

‘’Mierda.’’ Pensó Cordelia. ‘’Aún siguen esos cerdos en pie.’’

Y entonces las lágrimas salieron de sus ojos.

Todo Salem la perseguía por ser una bruja y todo el Clan Nyna la perseguía por haber matado a su Reina. ¿Qué más le podría ocurrir?

 - Cordelia… ¡cuánto tiempo! – Una vieja mano familiar la tocó- Soy yo…, la anciana del otro día. ¿Recuerdas cuando te salvé de esos dos caballeros?

Esa mujer…, esa vieja que estaba hablando con Cordelia era…

 - ¡¡¡NYNA!!! ¡PERO SI ESTABAS MUERTA! – gritó Cordelia.

 - Pues ahora no.