Peter

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Después de una relación tóxica que le dejó una cuántas secuelas, el exitoso dueño de la Industria Stark, Tony Stark, se dió una oportunidad con el Doctor Stephen Strange, y le sentó tan bien que ya había olvidado todo el dolor que tuvo que pasar con su anterior pareja.

Ahora vivían juntos en un departamento, bastante amplio, pero ambos sentían que les faltaba algo, no porque el amor que se tenían era insuficiente, sino porque les sobraba, es por eso que tomaron una decisión que cambiaría sus vidas para siempre.




— ¡¡Stephen! — Gritó mientras cortaba los vegetales

Al no escuchar respuesta soltó un sonoro suspiro, su novio era demasiado silencioso y pareciera que no estuviese allí

— ¡¡Steph...!!

Calló de inmediato al sentir los fuertes brazos del más alto rodearlo con cariño

— ¿Qué sucede...? — Preguntó mientras lo acariciaba con las manos suavemente — ¿Me necesitas?

— Pensé que te habías esfumado o algo así... — Rió leve bajando el cuchillo, tomando un sartén

—No, de hecho, llevaba observándote un buen rato. — Susurró en su oído sin dejar de acariciarlo, esta vez de forma más fogosa, mientras repartía húmedos y lentos besos en su cuello

— S-Stephen... — Cerró los ojos

— Shhh... Déjate llevar... — Dijo apegándose más al cuerpo del más bajo

— E-espera, Stephen, ¿Q-qué día es hoy? — Preguntó con dificultad

— 27 de Mayo,  ¿Por qué?

— ¿¡Qué!? ¡¡Stephen!! ¡¡Es hoy!! — Se giró emocionado, sin percatarse que aún sostenía el sartén, golpeando sin querer la cabeza de su novio, dejándolo medio inconsciente en el suelo— Dios mío, ¿Te encuentras bien?

— S-sí... Eso creo... — Respondió levantándose — Bonita forma de bajarme la calentura





La pareja ahora se encontraba en el lugar que habían visitado hace meses, los trámites tardaron demasiado, más aún porque no estaban casados, pero por fin podrían llevar a casa al pequeño que decidieron adoptar.

— Me alegra bastante que el pequeño Peter quede al cuidado de ustedes, sé que no le faltará nada. — Expresó la encargada del orfanato — No tardan en traerlo, por favor tomen asiento

— Gracias. — Respondieron al unisono sentándose en sillas aparte frente al gran escritorio

La encargada se retiró dejándolos solos, Tony observó a su novio con detenimiento, le temblaban ligeramente las manos y su respiración era un desastre.

— Yo también estoy nervioso... — Dijo cortando el silencio — Esperamos mucho para este día.

— Me siento extraño, Tony. — Respondió — Es una mezcla entre felicidad y miedo, me da miedo no hacer bien esto, yo de verdad no quiero que...

— Lo haremos bien. — Le sonrió con ternura — Te amo Stephen.

— Yo también Anthony, te amo demasiado. — Respondió más tranquilo

— Aunque... Si te hubieras especializado en pediatría no estarías tan nervioso. — Bromeó haciendo reír a Stephen

La encargada llegó acompañada de un pequeño niño de no más de tres años que cargaba una mochila en forma de araña.

— Sólo tienen que firmar unos últimos papeles y podrán irse.






Al salir del lugar Tony llevaba en brazos a Peter que se había dormido después de la aburrida firma de los papeles que tardó más de veinte minutos, a su lado Stephen cargaba la mochila del pequeño.

Antes de subir al auto Tony se sintió observado, se detuvo y desvió la mirada a un callejón a lo lejos.

— ¿Tony? ¿Pasa algo? — Preguntó Strange preocupado

— No, no fué nada. — Dejó al pequeño con cuidado en uno de los asientos traseros y le acomodó el cinturón de seguridad

Quizá sólo fué producto de su imaginación





Cuando llegaron al departamento dejaron al pequeño en la cama de su nueva habitación, la cual tenía todo lo necesario, pues Stephen y Tony hicieron unas que otras compras emocionados por la llegada de Peter.

— ¿Y si despierta llorando?

— No lo creo Tony, es un niño bastante tranquilo. — Respondió Stephen

— Voy a prepararle un biberón para darle cuando despierte.

— Tony... — Dijo acercándose

— ¿Sí?

— Gracias. — Lo rodeó en un tierno abrazo, luego suspiró, intentando asimilar toda la felicidad que le causaba el momento

— ¿Por qué, Stephen? — Correspondió con la misma ternura, acariciándole el cabello

— Por existir, tú y ese pequeño ahora son mi vida completa, y los voy a proteger.

Estaban tan absortos en lo suyo que luego de separarse del abrazo se dieron cuenta que la cama del pequeño Peter estaba vacía.

— ¿¡D-dónde está!?




















Pequeño Peter [Ironstrange] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora