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El invierno había caído en la ciudad, el ambiente se encontraba gélido, los copos de nieve bailaban con la más bella melodía de la temporada, mi mirada se encontraba perdida en la ventana viendo como pasaba la gente sin inmutarse por el ambiente, como si el tiempo les cobrará la cuota más cara, que diablos sucedía por que la humanidad no se podía detener a ver tan bello espectáculo, suspire con amargura tratando de olvidar ese pensamiento pero alguien tomo mi mano; aquel hombre de cabellos azulados y ojos rojizos llamaba mi atención, no podía enojarme con el, siempre buscaba la forma de como sacarme una sonrisa, un simple puchero o un beso no importaba que fuera, el lo lograba, y me hacia feliz con eso. Sus brazos cubrieron mi cintura con suavidad, mientras mis manos tocaron sus mejillas tibias para así acercarlo a mi rostro y dejar su respiración de junto a la mía hasta sentir sus labios unidos a los míos.

Nos habíamos conocido de forma extraña, nuestro primer encuentro había sido en el sótano de mi casa, me encontraba buscando unos libros para estudiar y mi padre había mencionado donde debía buscarlos no estaba muy segura de bajar al sótano pero lo hice, a primera vista parecía un lugar tranquilo hasta ver las montañas de cajas, enmarque una ceja al ver que debería revisar caja por caja y acomodarla, maldeci para mis adentros mientras comenzaba a buscar. Habían pasado unas cuantas horas y no encontraba los libros comenzaba a rendirme hasta encontrar un libro en especial de portadas rojas y un detalle en plata en forma de un lobo, mi curiosidad creció y no evite abrirlo, la primera página de encontraba una dedicatoria.

- Has recibido el regalo más bello de mi país, has encontrado a un espíritu heroico ahora depende de ti recibirlo o concebirlo .-

No estaba segura de que significaba esas palabras pero habían hecho que mi corazón latiera con fuerza, continúe mirando encontrando la historia de aquel espíritu que mencionaba la dedicatoria; Cú Chulainn aquel hombre que de había dado su palabra para ser guardián de aquel herrero, haber conseguido aquella lanza divina y a ver vivido al máximo, mis labios suspiraron con demasiado emoción parecía que el había vivido momentos que yo ni en sueños hubiera pensado, pegue el libro en mi pecho ahnelando conocer al sujeto que mencionaba.

- Ese sería el mejor sueño conocer al perro irlandés Cú Chulainn .-

En ese instante mi cuerpo sintió demasiado calor un enorme círculo de magia se había marcado bajo mis pies, no podía moverme me encontraba asustada, como había pasado eso, que díantres estaba sucediendo, unas cuantas lágrimas corrieron por mis mejillas hasta escuchar esa voz gruesa y mirar aquel hombre frente a mis ojos.

- ¿ Usted es mi máster, joven dama ? .-

Mis ojos quedaron perplejos al verlo el verdadero Cú enfrente de mi, aquella imagen en el libro no hacía justificación a como era en persona, 1.80 cm, cabellos azules, ojos rojos rubí, una bella sonrisa, ropa de la era zelta y aquella enorme lanza que podría atravesarme, trague saliva, sabía que debía responder pero antes me levanté y sonreí con bastante nerviosismo.

- Si soy tu máster es un gusto .-

Mi mano de inmediato se extendió, esperaba que el hiciera lo mismo solo sonrió y comenzó a caminar alrededor mío cómo buscando un punto débil, trataba de estar tranquila hasta sentir su cuerpo unido con el mío, su respiración estaba demasiado cerca de mi cuello, mis piernas comenzaron a temblar solo pude gemir ligeramente y abrazarlo con fuerza como si mi vida dependiera de ello.

Cú ChulainnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora