>// ... Concepción ... \\<

147 23 6
                                    

El agua caliente relajaba mis músculos no sabía cómo podría continuar si mi naturaleza sádica había despertado entendía que podría ser un desastre más adelante pero que más podia hacer querían quedarme con Lancer más tiempo, me había acostumbrado mas a él, mis sentimientos se habían hecho demasiado densos, quería que él me tomará, lo anhelaba, no evite suspirar y golpear con fuerza uno de los azulejos de la ducha, era una cobarde escondía mi necesidad de el, terminé de ducharme para después entrar a la tina debía pensar como hacerme entender, como ganarme su respeto, el perro veía a su dueña como un juguete, una carga, alguien que lo alimentaba, necesitaba que el aflorara su humanidad, estaba tan metida en mis pensamientos que no escuche los golpecitos que venían de la puerta, hasta verle frente mío con su rostro mostrando preocupación.

— Máster, ¿estas bien? Te vez  ansiosa. —

Mis ojos se enfocaron en los suyos unos instantes para nuevamente enfocarme en la nada y responder con cierto cariño.

— Estoy bien, solo cansada por que no vas a tomar una ducha y regresas aquí conmigo te lo mereces. —

Al acabar mi frase voltee a ver ese rostro sonrojado y solo le sonreí con ternura sabia que le encantaban los mimos y se los daría, no tardó mucho en hacerme caso y ducharse la habitación de nuevo se llenaba de vapor, el ambiente se hacía cálido, me levante de la tina para llenarla de nuevo con agua caliente. 

Lo vi salir con ese espectacular cuerpo de espíritu heroico, musculo definido, marcas de batallas en puntos estratégicos y sobre todo aquella melena azul con las pequeñas gotitas de agua que la hacían sobre salir más, con un ligero movimiento de dedos le pedí que se acercara y se metería a la tina, no lo pensó dos veces e hizo lo ordenado, me quedé afuera para poder darle un merecido masaje lo cual hizo que comenzará a suspirar mi lindo animal.

— Vaya alguien está muy estresado, ¿por que lindo Cú ?, parece como si alguien te quisiera quitar algo. —

— Eres mía y de nadie más, entiendes máster. —

Su voz se escuchaba diferente más ronca, molesta, agobiada y sobretodo sobre protectora, sonreí ligeramente al verlo de esta manera tan autoritaria me gustaba que fuera así, lo abrace con sumo cuidado y le hable al odio. 

— Disculpa por preocuparte, no volverá a pasar... Respire con cierto nerviosismo pero no me podía detener... Me gustas demasiado como para lastimarte. —

En ese momento iba desaciendo el abrazo poco a poco hasta sentir su mano en mi antebrazo para no separarme, me apegue más a él y ríe; me sentía la chica más feliz del universo esa simple acción me había hecho entender al universo.

— Entra conmigo a la tina, puedes resfriarte y no quiero eso. —

Obedecí a sus palabras y entre a la tina el agua se encontraba en su punto, mientras su cuerpo estaba unido con el mío, ahora era yo la que recibí los mimos, acariciaba con sumo cuidado mis brazos, a pegaba su torso con el mío, un ligero suspiro salío de mis labios, sentí como mis mejillas se volvían carmín, mientras sujetaba mi mano donde se encontraban los hechizos de comando. 

— Máster por favor se mi dueña, mi doncella, mi todo, ni nada, se mi fuerza, se mi lanza, se mi mañana. —

Escuchar sus palabras tan sinceras me hicieron extasiar,  retire mi mano de la ajena para poder voltear a verlo y besarlo como respuesta. 

Cú ChulainnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora