Cú Chulainn

>// ... Unión ... \\<

Nos encontrábamos en mi habitación profundizando el beso haciendo que ambos nos perdiéramos en la locura y pasión, sus manos recorrían con bastante agilidad mi piel, me mostraba que no era su primer rodeo, mientras mis manos eran algo más temerosas, torpes e inexpertas pero de a poco comenzaba a tocar el lugares estratégicos haciendo que Cú gimiera con bastante gusto, no entendí como habíamos llegado tan rápido a mi cama el estaba sobre de mi, analizando la situación, observando a su presa, mostrando el dominio que tenía sobre el ajeno, mi mano se acercó a su mentón para sacarlo de su transe y acercarlo a mis labios.

— Tranquilo no me rompere. —

— Master. —

Fue lo único que pronunció para comenzar a comerme la boca con demasiada desesperación, mi mano acariciaba con ternura su mejilla en señal de que continuará, su cuerpo se acomodo entre mis piernas, sus manos comenzaban a tocar de nuevo mi piel pero de forma más lasciva haciendo que separara el beso y gimiera de placer, por unos segundos se detuvo al notar que temblaba por su yugo, haciendo que el sonreirá triunfante como si ese fuera su cometido desde el inicio, acercó su labios a mi cuello para lamerlo mientras sus caderas se movían de forma lenta y circular, mi respiración se volvió a acelerarse y mis uñas comenzaban a encajarse en su espalda tratando de sobre llevar el placer, mi mente se iba perdiendo me dejaba embriagar por el placer que el me provocaba por primera vez, hasta escuchar su voz completamente ronca y lasciva.

— Voy a entrar máster, comenzaré lento si te duele dímelo. —

Asentí con la cabeza con cierto temor ya que sería la primera vez que lo hacía, acomodo su miembro, suspiré con nerviosismo al sentirlo tan cerca y entró sin más que con una estocada, gemi con toda mi fuerza ya que habia sido muy doloroso no era para nada amable y precavido, sentí un leve beso en mi frente como señal de disculpa para calmar mi dolor, mis manos se aferraron más a su espalda comenzando a dejar rasguños que fácil no se quitarían, mientras el comenzaba a mover su pelvis lo hacía de una manera lenta aún era doloroso pero comenzaba a sentir de a poco el placer de inmediato lo noto haciendo sus movimiento más bruscos su voz comenzaba a sonar muy ronca por el placer brindado, deseaba que el gritara mi nombre así que hice lo mismo, mover mi pelvis trabando de llevarle el ritmo para que el placer en ambos se intensificará, así fue, mis gemidos se hacían más contastes, no podía evitar ver su rostro lleno de placer sus ojos carmín lo demostraban idos por la lujuria, unas cuantas gotas de sudor se mostraban en su rostro, su cuerpo comenzába perlarce por aquel acto, habia cumplido mi cometido hacerlo mio, como pude lo bese para callar mis gemidos no evite jugar con su lengua quería perderme completamente en el placer que me daba, sus estocadas con cada besos se volvían más violentas, sus manos buscaron las mías para levantarlas sobre mi cabeza y hacer los movimiento de su pelvis más duros, gemi con todas mis fuerza me sentía demasiado extasiada estaba a punto de llegar a mi clímax cuando lo escuche por primera vez decir mi nombre con su ronca y excitada voz me hizo llegar al orgasmos y el se corriera conmigo.