“Lo recuerdo…
¿Lo recuerdas?, ¿Qué recuerdas?
El aroma
¿Aroma?
Si, el aroma
¿Cuál es el aroma?
Huele…huele a sangre, apesta, por todo el lugar, también siento humedad, aunque no estoy segura, porque se mezcla con el olor a fuego, a cenizas…
¿Eso es lo único que recuerdas?
No, también escucho una voz…una voz que dice mi nombre, me llama, pero no puedo ver a quien pertenece
¿Me recuerdas?
No, ¿Quién eres?, ¿qué haces aquí?
Yo soy quien todo lo abarca y todo lo habita, y a la vez quien nada es, soy el silencio, la penumbra, la melancolía y la eterna tortura…estoy aquí porque yo soy tu condena, así como tú eres la mía, somos uno y a las vez somos dos, no nos podemos separar, porque la condena y la maldición recorre nuestras venas, como si nuestra sangre fuera
¿Qué podemos hacer para acabar con esto?, ¿Cuál es tu nombre?
Tan solo recuérdame, sálvame de la oscuridad, esta frio, no hay luz…no me gusta la oscuridad, tan solo recuérdame…di mi nombre
¿Cuál es tu nombre?
Solo di mi nombre…”
Aquello siempre se me repite en la mente, se presenta como un sueño, pero nunca hay imagen que lo represente, tan solo esa triste voz, siempre comienza a hablarme en susurros, diciendo mi nombre; a estas alturas, estoy dudando de lo que es realmente, no sé si es un sueño, o un recuerdo, o simplemente es algo que me he inventado, y que las pastillas no han podido acallar durante todo este tiempo, y para complicarlo todo, cada vez que intento olvidarlo, y lo logro, vuelve a mi esa voz, siempre reclamando lo mismo “solo di mi nombre”.
Creo que he perdido la poca cordura que me quedaba, y he caído hasta lo mas hondo de mi propio ser, tal vez esa voz es simplemente mi conciencia, quien me pide que recuerde, que recupere mi vida, que recupere mi nombre y lo que él representa, pero no estoy segura de ello.
Esta noche aquella voz resonó nuevamente dentro de mi inconsciencia, reclamando, pidiendo, suplicando que yo recordase, que le recordase y dijese su nombre. El sudor frio me recorría la espalda, y mi respiración agitada junto con mí acelerado pulso me recordaban todo, esa voz. Sin embargo algo cambio esta noche, esta vez, no solo hubo oscuridad, en medio de ella, se produjo un pequeño destello de luz, semejante a una luciérnaga que serbia de faro dentro de todo aquello, la voz nuevamente hablo.
“¿Lo ves?
Si, lo veo, ¿Qué es? ¿Eres tú?
Te equivocas, no soy yo, eso es una parte de nuestros recuerdos, es parte de mi nombre…esta tan cerca, y, sin embargo, yo no puedo alcanzarlo…
¿Por qué?
Porque debes ser tu quien lo recupere, así es como ellos lo han querido
¿Ellos?, ¿Quiénes son ellos?
No te puedo decir, al igual que no lo puedo hacer con mi propio nombre. Cada vez que lo intento mi boca se sella sin dejarme hablar o tan siquiera producir un leve sonido
Eso… ¿eso también lo hicieron ellos?
Así es. Ahora, por favor, recuérdame, de mi nombre, no me gusta la oscuridad
Pero yo no te puedo recordar, no te conozco, dame una pista aunque sea
No puedo. Solo di mi nombre, solo dilo…”
Eterno tormento, mi condena y mi maldición, eso es lo que es aquella voz y lo que yo soy para ella o él.
Si tan solo pudiese recordar.
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Cuentos cortos
RandomVarios cuentos que tratan sobre diversos temas. Algunos de estos cuentos están basados en historias que fluyen de boca a boca, como un chisme que ya nadie recuerda si fue invención o realidad con un poquito de condimentos para hacerlo más interesant...