•Taehyung•

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Dicen que las parejas que se forman en la secundaria no duran, que bueno que no somos una pareja.

...

Taehyung, 19 años

Un escalofrío me recorrió, busqué a ciegas la sábana para cubrirme, pero lo único que encontré fue un abdomen desnudo, pero caliente, esto me sirve. Lo abracé, tratando de obtener su misma temperatura. El cuerpo se removió para quedar de frente, en la oscuridad no lograba verle el rostro. Me dormí de nuevo dejándome vencer por el cansancio de un sábado en la mañana.

La luz del sol se comenzó a colar por la ventana, de repente el sueño abandonó mi cuerpo, y me quedé perdido en mis pensamientos un momento. Antes de que mi estómago me reclamara.

Me sujeté de su brazo, colocando al mismo tiempo una mano en su cuello, tratando de despertarlo.

— Tengo hambre—murmuré en su oído, él se removió apenas.

— Tae duérmete—masculló poniéndome una mano en el rostro.

La cual sujeté zarandeándola un poco— Pero tengo hambre—abrió un ojo y le dedique un puchero infantil, él solo suspiro con una sonrisa.

— Prepara algo entonces—me senté en la cama como indio examinando si Hoseok lo decía en serio o seguía dormido. Lo vi estirarse, sus músculos se contrajeron para después relajarse despertándose por completo. Fue suficiente que me observara dos segundos para recobrar la razón.

— Quieto ahí, iré a preparar el desayuno —soltó con su voz un poco ronca, me volví a relajar en la cama retorciéndome entre las sabanas para luego quedarme quieto.

— Buenos días—dejó un beso en mi oreja para después desaparecer de la habitación.

Las ganas de no levantarme se apoderaron de mí, me encantaría pasar este sábado tirado en la cama todo el día, miro la hora en el celular de Hobi.

Son apenas las siete, Jungkook tiene la fuerza de voluntad de mil hombres, ¿Cómo puede hacer ejercicio tan temprano?

Me levante perezosamente, estar en la cama parecía tentador, pero el hambre podía conmigo, además tengo que terminar un trabajo para el lunes, a pesar de que tuve diez días —¿Cómo es que termine por hacerlo a última hora? —refunfuñé viendo a Hobi en la cocina, una sonrisa maliciosa se hizo presente y viéndolo de espaldas camine a hurtadillas para sentarme en una silla de la barra.

— ¡Hobi! — grité animado, el mencionado volteo apoyándose en la barra de la cocina poniéndose una mano en el pecho y mirándome con reproche.

— ¡No hagas eso! —recuperó la compostura sonriendo divertido.

—Lo siento — solté inocente —dicen que quien se asusta rápido es porque tiene la conciencia sucia ¿Necesitas un lavado de conciencia? — bromeé mientras lo veía desplazarse por la cocina con facilidad para hacer el desayuno. Me dedicó una pequeña sonrisa terminando de tostar el pan.

—Oh por supuesto, quiero confesar en este instante, que cuando hicimos la mudanza hace tan solo dos meses, Jungkook y yo rompimos dos vasos de los rojitos— me dedicó una sonrisa expectante, mientras yo procesaba la información.

— ¡¿En serio?!— me exalté al pensar en mi ahora incompleta colección de edición limitada.

—Lo siento— se acercó despacio, me robó un beso y se limitó a colocar frente a mí una taza de té y pan tostado con una mirada de cachorrito tratando de evitar que me molestara. Muy tarde para eso.

No deje de mirarlo en lo que mordía el pan y con la boca llena le solté un —gracias —mis vasos, eran solo seis, justo en ese instante la puerta de la entrada se abrió.

Poliamor •KookVHope•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora