Epílogo.

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7:54 PM.
Casa de la Familia Jeon.

Estaba desesperado. Esta situación, me estaba desesperando.

Tal vez exageraba, seguramente estaba exagerando pero ¡Maldición yo nunca había tenido una cita antes!

-Mierda Jungkook ¿Podrías quedarte quieto?- dijo Jimin por milésima vez mientras seguía quejándose entre-dientes, si era absurdo que el mejor amigo de Tae me este ayudando a mí y no a él. Pero de todas formas, no es como si conociera a alguien más y con el tiempo Jimin se había vuelto una agradable compañía, aparte de los muy divertidos celos por parte de Taehyung.

Jimin intentaba terminar de maquillarme -una de sus sugerencias- y todo era tan molesto.

-Sigo sin entender porque debo maquillarme ¡No soy una jodida niña!- bufe y Jimin rió mientras negaba.

-A Tae le gustará créeme, confía en mí y quédate quieto ya casi terminó.- asentí y deje que terminará su trabajo, todavía no podía creer que el pobre seguía ayudándome y no se había largado hace rato.

El caso era simple, mi primer cita con Taehyung. Y estaba que explotaba como si hubieran puesto una bomba dentro mío.

Tal vez si...era tonto, idiota, estúpido y lo que sea, pero yo de por si, no me catalogada como una persona inteligente. Y es que mi relación con Tae había ido mucho más lejos que esto y yo no podía evitar sentirme como una pequeña y estúpida adolescente a punto de enloquecer por su amor platónico.

Suspire, Jimin terminó y prácticamente me empujó hacia el gran espejo de cuerpo completo que se encontraba en mi cuarto, a un lado de la cama.

-Mírate, al menos no siento que perdí todo mi tiempo.- dijo y sonrió mientras se sentaba en la cama, mi sonrisa fue totalmente de disculpas hacia él, y él sólo le restó importancia con un gesto. Lo cual agradecí nervioso.

Me voltee mirándome en el espejo y casi cayó mi mandíbula contra el suelo de la sorpresa.
¿Realmente, ese era yo?

Analice mi imagen por completo, era sorprendente lo que ropa bonita, maquillaje y un buen peinado podrían hacer. Hasta podría decir que ya no me parecía él típico nerd de siempre.

Tenía pantalones negros que por poco y sentía que me estaba asfixiando las piernas de lo ajustados que eran, sobresalían de mis ellas músculos que no recordaba tener y mis muslos eran demasiado visibles. Estaba en shock. Era por mucho los más sexi que me había visto en mi vida.
Tenía puesto una camisa blanca holgada con los dos primeros botones sueltos, mostrando parte de mi pálido pecho y con detalles bordo, era mi camisa favorita pero esta de más decir que nunca la había utilizado. Era demasiado para alguien como yo... aunque Jimin no lo veía así.

Hasta me veía masculino.
¡Masculino!
Debía darle un premio a Jimin.

Mi pelo a diferencia de como lo llevaba siempre -sobre mi frente- se dividía de una perfecta manera y estaba ligeramente hacia arriba.
El maquillaje en mi rostro era simple y no muy notorio pero cabe destacar que era lo suficientemente sexi, sin contar las pequeñas perforaciones en ambas orejas que aún dolían. Por supuesto, otra idea de Jimin.

Empezaba a tener un amor-odio por ese maldito enano nalgón.

Corrí a abrazarlo y agradecerle hasta que nos interrumpió el golpeteo en la puerta de mi habitación para luego ver a mi madre asomarse curiosamente.
Ella sonrió y me dio un corto abrazo luego de alejarme de Jimin, se podría decir que le tenía un cierto desprecio al enano ya que les pedía más ayuda a él que a ella.

Sin Duda, Fue El Destino. VKook [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora