Ares siempre cumple con su palabra. Conoció a Dafne cuando era un niño. Se crió con ella. Hasta que su padre los separó.
Años más tarde, él volvió para convertirse en el nuevo Presidente del club.
Y le hizo una promesa.
Promesa que ambos no pueden...
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5 MÁQUINA DE FELICIDAD
Cinco años atrás.
Caer es mucho más fácil cuando dudas de si dar el paso o no. Tu cerebro tarda y analiza más las probabilidades de que algo salga mal, a que todo se desarrolle correctamente. No dudo de que mi caída vaya a doler, tampoco de que lo haga.
Sabía que Ares era el camino por donde ando, y Tyler la piedra que me haría caer.
Aunque hay algunas cosas que no se pueden evitar. Simplemente suceden y no puedes hacer nada que para que no ocurran. Y no pude evitar que Tyler se enfrentara a Ares.
—Pensé que lo tuyo con ese imbécil había acabado. —interrumpió Tyler mi tarea de mover algunas cajas fuera del almacén.
—Te he dicho miles de veces que te alejes de mí. No sé cómo decírtelo. —suspiré, cansada de trasladar tantas cajas y de Tyler.
—Vamos, no seas estúpidas. ¿Enserio piensas que voy a dejar que ese imbécil se quede con mi mujer? —negó, cruzando sus brazos y fijando su mirada sobre mí—. No soy un enclenque. No he luchado por ti toda mi vida para que ahora venga un gilipollas y te tome.
Reí, a mandíbula batiente. ¡Menudo gilipollas! ''No he luchado por ti toda mi vida'', ¿a eso le llama luchar? ¿A acosarme, perseguirme e intentar violarme? No sé qué mierda tenía en la cabeza, pero definitivamente nada bueno.
—Eres realmente un idiota si piensas que dejaré a Ares para irme contigo —repliqué, pasando por su lado, pero tomó mi brazo—. Suéltame. Ahora mismo. Partiré tu cara si es necesario.
—¿De verdad? —se burló—, ¿cómo hiciste la última vez que intenté besarte?
—¿Intentar besarme? —rugí, deshaciéndome de su toque con ira corriendo entre mis venas—. ¡Intentaste violarme!
—¡Eso es mentira! Yo sólo quería besarte, pero fuiste tú quien se negaba. ¡Algo tenía que hacer! —gritó.
—No pienso seguir hablando contigo. Es perder el tiempo. Ya sabes dónde está la puerta, al fin y al cabo, estás fuera del club.
Antes de que pudiera decir algo, cerré la puerta con llave cuando él aún estaba dentro. Así aprenderás, estúpido, pensé. Sus gritos no tardaron en aparecer, seguido de fuertes golpes a la puerta intentando salir. Sonreí, sacando la llave y tranquila de que, por esta vez, había ganado yo.
Ayudé a papá y Lucifer a crear un documento en PowerPoint para una reunión. Alexander Mansen no es un hombre con el que te gustaría meterte, definitivamente no. En cuanto los hermanos del club entraron, gruñó e intentó que yo saliera.
