Cuando eres un vampiro pasas la mayoría del tiempo solo. Así había sido en mi caso, porque yo vivía sola y aislada detrás de los muros de la gran Mansión Sgrim. Desde allí yo solía observar el exterior, siempre ocular a entre las tenebrosas sombras del Bosque de la Soledad: espiaba a todas horas a la gente... mayoritariamente a los vecinos, siempre presenciaba todas la salidas y venidas de los inocentes niños que jugaban por las aceras desbordadas de árboles y arbustos. Era la calle Perry Green. Claro, podía ver todo mi alrededor, escondida y en todo caso protegida por los muros deteriorados de mi espectacular guarida en la copa del Manzano de la Angustia. Yo me conocía todos y cada uno de los centímetros de la finca de la familia, la mayoría de las hierbas, arbustos y arboles estaban retorcidos y al borde de la muerte. También sabía donde mi encantador perro Fieror tenía enterrado sus juguetes y sus valiosos huesos. La desgracia de todo esto es que ni puedo estar siempre escondida. Estaba obligada a abandonar temporalmente mi mundo oculto para entrar detenidamente en lo que yo no conocía. Mis padres me ordenaban, asistir a primero de la eso en el instituto de Wendy Right, que estaba totalmente en contra de lo que yo deseaba.
¡¡¡Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiinggg!!!
Sonó el insoportable timbre al que no estaba acostumbrada porque sonaba demasiado alto y yo eso no lo soportaba. Me tocaba ir a la clase del insoportable y esbelto profesor Antoni que estaba en su escritorio como de costumbre. Este mi gran primer día. La enorme masa de alumnos dejaron de gritar y dejaron de reír cuando el profesor golpeo la pizarra con el borrador, produciendo otro insoportable ruido que yo también odiaba. Los chicos empezaron a atender al profesor con una curiosidad extraordinaria. Eran tan tan ridículos. Al lado mía, el maestro apestaba a perfume que me recordó al perfume que me encontré un día en la calle Peckerman. Yo tuve que contener la respiración de forma que el profesor ni los alumnos notasen mi agobio. ¿Se habría bañado en colonia?
-Cállense ya- comentó el profesor un tanto molesto. Su papada era alarmantemente grande y temblaba como si de una hoja movida por el viento se tratara, además de su insoportable olor a perfume estaba comenzando a marearme-. Hoy vamos a recibieron a nuestra nueva compañera: Su nombre es Clara además...
-Clarence- le corregí, algo avergonzada. ¡Yo odiaba con todas mis fuerzas el nombre de Clara! Era superior a mi. ¿Porqué mis padres pensaron en ese nombre? A sido cruel por su parte.
- ¿Cómo has dicho? - El profesor Antoni comenzó a mirar y mirar a través de las gafas redondas inspeccionandome con el ceño algo fruncido; sus cejas con abundante pelo parecían dos orugas besándose.
-Cla-ren-ce- le repetí molesta, completando su boba expresión-. Es un nombre de origen Bélgico.
-¿Osea que eres de Bélgica?-preguntó con un interés bastante falso.
Su cara regordeta simuló una sonrisa. Sus dientes eran amarillentos y llenos de manchas, caries y restos de comida. Necesitaba una limpieza bucal urgentemente.
"Vete al dentista, Antoni", pensé mientras creé una sonrisa demasiado falsa pero creíble. Le comenté:
- Realmente, soy de París.
Se apagó su sonrisa. ¿Habría posibilidades de que aquel pobre memo de profesor consiguiese enseñarme alguna cosa? Lo dudaba mucho; estaba completamente convencida de que conociera la existencia del cepillo de dientes y la seda dental.
-Bueno..., no importa- comentó y se aclaró la garganta-. Alumnos, demos una cálida bienvenida a ... Clarence Sgrim.
-¡Bienvenida, Clarence!- dijeron todos.
Agh. Eso fue lo contrario a música para mis oídos. Continué con la mirada perdida en el dedo gochete y estirado de Antoni, que me estaba señalando el único asiento libre que quedaba en la clase. ¡ Como si yo no fuera lo suficientemente lista para darme cuenta! Avancé entre las conversaciones y cuchicheos del resto de los compañeros de clase, después dejé mis nuevos libros debajo de la mesa. Todos ellos menos el de Lengua, que le iba a utilizar para la primera clase de aquel día- que estaba segura de que- iba a ser muy, muy insoportable y suficientemente larga para ser insoportable. Una chica que estaba en el pupitre de al lado concretamente a mi derecha se dirigió a mi y me dijo que su nombre era Amelía Stand.
-Yo te he visto- prosiguió-. Vives en la calle Perry Green, al lado de Don Tacaño.
¿Quéeeee? ¿Cómo era posible que esa niña creída pudiera conocerme? ¿ Y a que se refería con Don Tacaño? Debía de hablar de Pole Ftorn, el hombre mayor que estaba muy deteriorado que se había instalado en esa casa mucho tiempo atrás, y que de alguna forma, vivía en la casa contigua a la mía. Cerré mi nariz al percibir el odioso olor de la piruleta de esa niña. ¿Solo comía chucherías para desayunar? ¿Y que tenia hecho en el pelo? Parecía que se había cambiado el pelo por una peluca y después hubiera metido los dedos en un enchufe. Ni siquiera podía ver al rechoncho del profesor a través de esa gran maraña pelirroja. El profesor estaba sentado enfrente de toda la clase, siguiendo con su famoso dedo regordete la lista de asistencia.
Amelía Stand continuó parloteando:
-Tu perro es horroroso y tu padre tiene un coche azul demasiado destartalado, ¿a que si? Vives en la mansión que tiene unos muros muy grandes y deteriorados, ¿no es así? Mi padre la detesta. También le gustaría saber porque tu padre pensó en pintarla de negro.
¿Quien era esa niñata? ¿Me habría espiado? ¿Y que estaba diciendo de mi perro? Mi adorable perro era perfecto, un autentico ángel. A no ser que lo molestasen, que en cuyo caso te convertirías en su merienda.
-¿Y como sabes tu eso?- le pregunté, intentando de ocultar mi desagrado.
-Yo vivo en la casa que esta en la esquina, la de los columpios. Estoy segurísima de que la has visto.
Hastaaquíelprimercapitulodeestelibroquedemomentonoestaclaroperoqueenpróximoscapítulostendremosclarodel temadelque se realizará lahistoria.
¿Habrá espiado Clarence aesta niña tan irritante?
¿Conoceremos más cosas de esta sigilosa protagonista?
¿Averiguaremos más cosas sobre su especie?
¿Conseguirá integrarse y conocerá más gente?
Espero que os haya gustado y pronto subiré el segundo capitulo.
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La profesora tambien es vampiro
Humor¿Porqué nadie sabe que sea vampiro? Yo lo dejo muy claro: mi piel es extremadamente pálida, siempre visto de negro, duermo de bajo de la cama desde que nací y como alimentos de color...rojo típico de un vampiro no?Mi nombre es Clarence, aunque la ma...