En el capitulo anterior;
-¿Y como sabes tu eso?-le pregunté, intentando de ocultar mi desagrado.
-Yo vivo en la casa que esta en la esquina, la de los columpios. Estoy segurísima de que la has visto
¡Por supuesto que sí! ¡Así que era una de las chicas del columpio! Ahora reconocía mejor aquel gigantesco matojo de pelo pelirrojo. Había visto un millón de veces a la señorita Chupa Chups jugando como una posesa en su patio.
-¿Por qué nunca sales a la calle a jugar?- me preguntó la muy niñata. Después señalo hacia adelante y dijo-: Este niño es Manuel Millnigth. El vive a las afueras del pueblo en la calle Cuarteto Creciente. El chico que estaba delante tenía la cabeza tan grande como un melón. ¡Y no exagero! Sus gafas eran de montura gruesas que hacían que sus ojos fueran grandes como dos pelotas de tenis.
-Claro, yo también te he visto –dijo-. Siempre estás subida en tu casa del árbol.
¡El Manzano de la Angustia! ¿Al parecer todo el mundo sabía de mi existencia y me había espiado? Toda esa gente que estudiaba en este horroroso instituto.
-Tú eres la de los prismáticos azules.
Decía el chico que estaba a izquierda, un niño americano con cara de atontado.
¡Me sentía rodeada completamente por fieras extrañas!
-Me gusta ver a los animales jugueteando por la calle (Totalmente mentira, yo siempre los espiaba)
-¿De verdad? Yo también lo hago me encanta –comentó Manuel Millnight con mucho entusiasmo, y abriendo su enormes ojos-. Mi hermano y yo tenemos una lista con todas las clases de animales que hay en nuestra calle. ¿Tu también? Yo me paso casi toda la tarde observándolos. La mayoría de los animales ya los he visto en varias ocasiones y…
-No hables más, Manuel –le dijo de forma muy mandona Amelía-. Esta chica no observa a los animales y esta claro que no le gustan: claramente debe ser… una espía.
¡Claaaaro, una espía! ¡Como puedes acusarme de esa forma! (Tenía razón pero ha sido una grosería por su parte claro esta). Pero yo sabía perfectamente como salir de la acusación de esa niñata.
-Se sabe científicamente que los animales son unos de los seres vivos más bonitos del mundo –les comenté-. Claramente me encanta disfrutar de ellos y de toda su belleza, especialmente de los pájaros. También me gustan los…
-Vale, vale- me interrumpió bruscamente Amelía-. Claro, lo que tú digas… Eres una espía.
-¿Por qué no has venido al colegio hasta ahora? –pregunto el americano.
-Yo estudio en casa- le dije-. Bueno, ya no.
Mi padre ha empezado hoy con su nuevo trabajo de maestro privado.
¡De cualquier trabajo, tenía que haber elegido eso, como si no lo hubiera estado haciendo conmigo estos años! Ahora daría clases a niños ricachones y malcriados que necesitaban un profesor privado para no juntarse con los demás niños a los que ellos denominan pobres. ¿Cómo podría preferir eso a enseñar a alguien tan brillante como yo, su hija?
-Seguro que te acaba gustando este instituto- dijo Matt, el niño americano.
-Wendy Rigth es el mejor instituto que existe –comentó Manuel. Sin embargo, me daba igual lo que ellos dijeran, el día no podía ser más horrible. No era solo por el apestoso olor a colonia del profesor Antoni, sino que era el peor profesor que había conocido, al contrario que mi padre. La clase de Lengua fue un coñazo. Mi padre le daba mil vueltas a este entupido profesor. El profesor solo leyó un libro interminable en voz alta para que todos les escuchásemos. Una clase muy aburrida. No dijo nada gracioso, ni interpretó lo que leía, no hizo nada para que la clase fuera interesante. No se como iba a aguantar en pie todos los días en esta insoportable clase de Lengua. Era una tortura absoluta. Cuando acabó Lengua, tocaba la clase de Mates: como me imaginaba, fue horrorosa y no hizo que mi entusiasmo se despertara. Aunque creo que la profesora tenía un diente de oro, que era muy guay. A continuación llego la absurda clase de Educación Física. Odiaba ir en pantalones largos. En absoluto. Luego, llegó la esperada hora del almuerzo. Como yo solo como alimentos rojos, traje mi propia comida de casa. Siempre todo el mundo cree que los vampiro siempre beben sangre para vivir, que es totalmente falso: Pensarlo ¿Cómo alguien puede sobrevivir solo bebiendo sangre? Eso solo vale para los mosquitos y los piojos, pero no es un buen alimento para algo mas grande que un bichito. Porque al fin y al cabo somos vampiros no bichejos. Ciertamente nosotros podemos comer de todo pero que sea rojo. Por eso me llevé para el almuerzo un batido de tomate, fresas con nata, un sándwich de chorizo (todos los alimentos que sean blancos como el pan del sándwich y la nata son neutrales), y una deliciosa tarrina de gelatina de fresa.
De pronto llegó Manuel Millnigth.
Hasta aquí el segundo capitulo de este libro espero que os haya gustado y votéis y comentéis. Pronto subiré el tercer capitulo y espero que lo disfrutéis tanto como este.
¿Descubrirá Clarence si tendrá algún enemigo en el instituto?
¿Descubriremos más cosas sobre la protagonista?
¿Sabremos más acerca de su especie?
Todo esto lo descubriréis en el siguiente capitulo.
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La profesora tambien es vampiro
Humor¿Porqué nadie sabe que sea vampiro? Yo lo dejo muy claro: mi piel es extremadamente pálida, siempre visto de negro, duermo de bajo de la cama desde que nací y como alimentos de color...rojo típico de un vampiro no?Mi nombre es Clarence, aunque la ma...