Un olor horrible inunda el aula...

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Dicho y hecho...

AHÍ ESTÁ BONSANT, dale que dale con los lentes.
En la clase no vuela una mosca porque sabemos que toma sus revanchas.
Es insensible.
A veces se las agarra con Banana Zanca porque dicen que tiene inmadurez emocional. Se corrió la bola de que está en tratamiento porque no parece un chico de catorce años sino de nueve, o algo así.
Tiembla como una hoja cada vez que da una lección y tartamudea un poco cuando empieza una frase.
Después arranca, pero todo lo que dice es a destiempo. Si tiene que señalar las partes de la oración va de atrás para adelante; si tiene que ordenar hechos históricos pasa lo mismo. Mezcla batallas y fechas.
Le ocurre en todas las materias, no solo con el profesor Bonsant.
Alguien dijo que lo que tiene es miedo y por eso va al baño muchas veces en la mañana, lo que provoca el enojo de todos los profesores.
El profesor Bonsant está en su salsa: "¿Qué le pasa, Zanca, es la segunda vez que pide ir al baño?"
"Zanca, ¿por qué no se trae el baño al aula?", y cosas por el estilo.

En medio del silencio su dedo recorre lentamente la lista y dice:
-Troncoso, al frente.
Me quiero morir.
¿Por qué no lo esperé afuera del aula y me disculpé? Le hubiera podido decir: "Perdóneme, pero hoy no preparé mi lección", o "no pude", o cualquier cosa menos para pasar al frente.
-Hable, Troncoso.
Yo, mudo.
-¿No escuchó?
Y me enfoca con sus ojos.
- Preferiría que me preguntara -digo.
-No es mi costumbre, Troncoso. Y sus preferencias no me interesan. Empiece.
- No recuerdo exactamente el tema de hoy.
Silencio + silencio = dos silencios. Me mira sin decir palabra.
-Lo estoy esperando, Troncoso.
¿Esperando qué? Ya le dije que no recuerdo el tema y el tipo como si nada. Pero no me voy a quedar callado.
Me acuerdo de que en una de las últimas clases se habló de unitarios y federales. Así que ataco con todo, por que del tema conozco bastante.
No porque me interese, sino por casualidad.

El mes pasado One Direction dio un recital en Buenos Aires y ninguno en el interior. Mi hermana Dani estaba sacada porque quería verlos y era imposible viajar hasta a allá. A mí me dio bronca porque no es la primera vez qué hay cantantes que no llegan a Santa Fe o a otras provincias m. Lo mismo había pasado con Metallica, mi banda preferida, así que empecé a preguntar. Entonces mi viejo me taladró el cerebro con sus explicaciones, y terminamos hablando de unitarios y federales. O sea, vivir en una provincia es un bardo.

Parado al lado de Bonsant, incendio a Buenos Aires y digo que es un pulpo maldito que se come a las pobres provincias.
Pulverizo a la capital del país y termino diciendo que deberían trasladarla cada cuatro años a distintos lugares para terminar con los privilegios.
Bonsant era un ardiente unitario (yo no lo sabía), así que rápidamente me había transformado en su enemigo federal.
-Su lección corresponde al mes pasado, Troncoso.
Hable del tema que había que estudiar para hoy. Y no se meta con los unitarios.
Lo miro. Su cara es la expresión del triunfo, me tiene en sus manos y lo sabe.
-Alcánceme su cuaderno de notificaciones-vocifera.
Entonces sucede.
Un olor desagradable inunda él aula.
Bonsant olfatea y mira despavorido. Se tapa la nariz. Los chicos se miran buscando la causa.
Banana se había hecho encima.
-¿Qué hizo, Zanca? ¿Qué hizo?
Pregunta estúpida.
Bonsant sale espantado en busca de ayuda.
Los chicos gritan "¡qué baranda!", y otras cosas que van subiendo de tono.
Veo que Banana está temblando.
No sé si me sale voz de trombón o de flauta, pero grito:
-¡Al que diga una palabra más lo reviento!

No puedo agregar nada más porque entra Marisú, la preceptora.
Todos salimos al patio, menos Banana.
Afuera se forman grupos. Algunos se ríen, otros vociferan contra Bonsant.
Yo voy hasta el sector de guardarropa del colegio. Ahí cada chico tiene su armario para guardar algo de ropa, zapatillas, mochilas.
Me encuentro a La Peste y me pregunto:
-¿Qué hacés?
- Buscando algo para que se ponga Banana.
- Ahhhh, vengo para lo mismo.
-¿Tenés un pantalón por ahí?- me pregunta.
-Hummmmm...- miro en mi ropero-. Acá, pero le va a quedar bailando.
-Peor es estar cagado-me contesta mientras saca de una remera larga de color azul.
Y salimos disparados para él aula.
En el patio no hay nadie. Aparentemente llevaron a los chicos al gimnasio.
Golpeamos la puerta del aula y le damos la ropa a Marisú. Una ordenanza baldea el piso.
Banana llora sin parar.

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⏰ Última actualización: Sep 26, 2018 ⏰

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