*Narra Suga*
Luego del alboroto que causamos en las calles, decidimos ir al hotel en el que se estaba quedando él, pues ya era muy tarde y estaba haciendo mucho frio.
Mientras caminábamos, podía verlo sonreír y juguetear como un niño. Esto me hacía recordar aquel tiempo en el que nos conocimos, cuando íbamos juntos a todos lados y recorríamos la ciudad de la mano, compartiendo cada momento.
¿Es posible estar más enamorado de alguien?Al llegar al hotel, Tae pidió sus llaves y nos dirigimos a su habitación. Era un cuarto bastante grande, cálido y con muy buena vista de la ciudad.
-¿Aún tienes frio, hyung?- preguntó.
-No mucho. ¿Tú sí?
-Ya no.- sonrió.- ¿Sabes? Estoy feliz de tenerte a mi lado de nuevo.
-Si tú estás feliz, imaginate yo.- me acerqué a él y lo abracé.- No me separaré de ti por ninguna razón.
Tae comenzó a llorar, podía sentir cómo mi hombro se empapaba poco a poco de sus lágrimas.
-Viajemos de vuelta mañana, ¿sí? Volvamos a nuestro hogar, volvamos con nuestros amigos.- dijo entre sollozos, mirándome fijamente.
-Como tú quieras pequeño.- deposité un pequeño beso sus labios.- Nos iremos cuando tú decidas.
-Hyung eres el mejor, te amo.- sonrió y me abrazó fuertemente.- Ahora debemos dormir, mañana arreglaremos las cosas para tomar un vuelo lo antes posible.
-Está bien, ahora ve a lavar tu hermosa carita y ya vamos a dormir, debes estar muy cansado.- dije revolviendo suavemente su cabello con mi mano.
-Sí Yoongi hyung, ya vuelvo.
Cuando salió del baño, se dirigió a su armario y sacó unos pijamas.
-Ten, este te quedará muy lindo, es de gatitos. Son como tú.- rió suavemente.
-¿Qué tienen de parecido a mi?- pregunté confundido.
-Bastante, son muy tiernos y bonitos.- dijo colocando una de sus piernas dentro del pantalón de pijama.- Además, aman dormir.
-En eso coincidimos bastante.- dije mientras me cambiaba.
-¿Tanto te gusta dormir, hyung?- Tae se metió a la cama y yo le seguí.
-No tanto como me gustas tú.- respondí y él se sonrojó.
-Recuerdo la primera vez que te vi, creí que eras un chico zombi o algo así, realmente te veías muy cansado.- se acurrucó a mi lado.
-Y tú parecías un bebé.- acaricié delicadamente su rostro.- La verdad es que siempre estaba aburrido, no habían muchas cosas que llamaran mi atención en el instituto, mas que los recreos en donde podía tomar una siesta.
-Hasta que llegué yo.
-Hasta que llegaste tú.- le sonreí.- Eres sin duda, lo mejor que existe en este mundo, lo mejor que existe en mi mundo.
-Gracias por todo hyung, te amo.- dijo cerrando sus ojos, aferrándose más a mi.- Buenas noches.
-También te amo, pequeño. Buenas noches.- besé su frente y luego me dispuse a dormir.