TOXIC ≈juego de la corona≈

Cap. VI

(Evan)

Sentir sus labios en los míos es la mejor sensación que he sentido, no puedo creer que el haya seguido el beso.

Escucho pasos cerca de mi puerta y como empiezan a girar la perilla, me separo rápidamente y veo como entra Lilly.

—Chicos la comida ya esta lista— dice con una sonrisa.

—Si Lilly ya vamos— digo nervioso.

—Bueno— sale de la habitación.

Veo a Matteo buscando incomodidad o algo por el estilo, pero en vez de eso veo una sonrisa juguetona en sus labios un poco hinchados, sorry.

—Que pasa?— cuestionó.

—Imagínate si hubiera abierto la puerta antes— dice y comienza a reír.

Le veo retándole pero en un segundo me uno a sus risas.

—Callate nos matarían— digo riendo.

—Correré el riesgo— dice serio.

—Eh?—

Se acerca a mi y deposita un cálido beso, y se separa para caminar hacia la puerta.

—Vamos Evan la comida se enfriara— dice riendo.

—Porque ríes?— digo aún atónito.

—Si vieras tu cara lo comprenderías enserio parece como si estuvieras en la luna— dice aún riéndose.

—Oh! Callate— le digo y le persigo.

Corrimos hasta llegar a el comedor donde todos ya estaban sentados.

—Los estábamos esperando para comer — dice mi padre.

—Disculpen ustedes por la tardanza pero no escuchamos la campana y Lilly se dio a el trabajo de avisarnos por ese motivo tardamos — digo.

Veo al cara de Matteo y se ve como quiere estallar en risas.

—Esta bien sentaos— dice con su firme voz.

Caminamos hasta nuestras sillas, donde los platos ya estaban puestos.

—Que comen aquí aire?— me susurra Matteo.

—Espera tonto!— le digo soltando una risita.

Después de el discurso de mi padre (el cual me se de memoria ya que en todas las comidas lo dice)  comienzan a llegar los cocineros con las grandes y burbujeantes cacerolas.

La comida pasa divertida, ya que Matteo se equivocaba de cuchara, o de plato, y al explicarle siempre decía lo mismo: SON TODAS LAS CUCHARAS IGUALES!! y me hacia estallar en risas.

Una vez que terminamos, Matteo me mira con cierta vergüenza, supongo que quiere irse de aquí y lo comprendo, estar sentado en la mesa de la realeza es taaaaan aburrido, solo hablan de estúpidas alianzas, de reinos caídos, o de sus estúpidos juegos.

—Si nos permiten, tenemos que retirarnos— digo mientras veo la aprobación de mi padre.

—Adelante, donde dormirá el señor Castellar?— veo a Matteo y el me mira con esos ojos esmeralda hermosos.

—En mi habitación Rey— es rara la vez que le digo papá, ya que se a ganado su puesto con mucho esfuerzo y hay que honrarlo, o eso es lo que el dice.

—Esta la habitación de huéspedes— dice mientras ve con desagrado a Matteo.

—Por favor Rey dejadlo domr..—

—Se hará como yo digo Evan!!  Dormira en el cuarto de huéspedes y punto.— dice furioso.

—Papá por favor — digo sin esperanza.

Veo sus ojos, brillan, hace mucho que no le decía así y creó que lo extrañaba.

Abre la boca para decir algo pero mi madre se adelanta.

—Vamos cariño, ten misericordia de el muchacho, ya bastante a sufrido con el castigo no correspondido y ademas es amigo de Evan—dice.

—Esta bien, puede dormir en tu habitación Evan—dice — Y tu Reina— mira a mi madre, mi corazón late, tengo miedo de que la castige— Estas en deuda conmigo— dice mientras le giña el ojo.

—Genial, mi habitación esta a un lado de la suya, lo lamento Matteo escucharas ruidos extraños toda la noche — Mis padres estallan en risas.

Ver como mi padre ríe mientras abraza a mi madre es lindo, daría todo por ver esta escena todos los días pero lamentablemente solo pasa una vez en mucho tiempo.

Una vez ya despedidos yo y Matteo caminamos hacia mi habitación, caminamos cerca el uno del otro, nuestros brazos rozan y eso hace que una sonrisa tonta aparezca en mi labios.

Cuando estoy frente a la puerta de mi habitación los nervios se apoderan de mi, hace una hora estabamos aquí, siendo cómplices de algo ilícito  y ahora solo pienso en eso.

—Abriras o no Evan?— dice Matt en tono burlón.

—Uy! Que carácter! — río.

—Vamos quiero dormir— hace un puchero, se ve tan lindo.

—Esta bien ya voy — digo.

Giro la perilla y abro la puerta, el olor de mi perfume penetra la habitación, me encanta ese perfume, me lo regalo mi padre antes de volverse tan mierda.... Trae buenos recuerdos.

—Por fin!!— exclama Matteo.

—Calmate, es solo una habitación como cualquier otra— digo.

—Para mi es como mi diario lleno de secretos— dice y me guiña un ojo.

Camina enfrente de mi, y se recuesta en la cama, esta cansado, todo lo que paso hoy fue una locura.

—Quieres ducharte? — preguntó.

—Disculpa? —dice levantando la ceja pícaro.

— Pervertido te digo bien — tomo una almohada y la arrojó hacia el.

—Haha lo lamento — ríe —Donde esta tu baño?— cuestiona.

Señalo con mi dedo la puerta que da a el baño y el asiente, se levanta de la cama y se dirige hacia ella.

—No vienes nene?— dice bromista.

—Eres un tonto!— le vuelvo a arrojar una almohada, el ríe y entra a el baño.

Me acuesto en la cama y escuchó como el agua cae.
No se que me pasa, estoy actuando raro, además besarlo fue una estupidez algo sin pensar o no? Tenia tantas ganas de sentir sus labios que no pensé en las consecuencias, el parece normal pero a la vez nervioso creó que siente lo mismo que yo o talvez no pero no intentare incomodarle con ese tipo de preguntas.

Pasan los minutos y escucho los pasos de Matteo, mi corazón palpita fuerte al verle salir del baño, la parte de su cintura hacia arriba esta completamente descubierta, de su cabellera ondulada caen gotas de agua con su mano alborota su cabello, dándole aspecto sexy muy sexy.

—Que vez?— dice riendo.

—Emmm... Nada— digo nervioso.

—Jaja, entra ya, porque tengo sueño y si no te apuras te ganare la cama— una sonrisa se forma en sus labios.

—Esta bien— digo.

Entro a el baño, cierro y entro a la ducha, los chorros de agua helada recorren mi cuerpo, esto me gusta.

Tras una larga ducha decido salir, no tengo idea de porque mi corazón esta latiendo demasiado rápido, siento que saldrá de su lugar.
Una vez fuera veo a Matteo dormido en mi cama, wow hablaba enserio, me ha ganado la cama pero no pienso despertarle, se ve tan lindo dormido.