—Que me pudieras dar un abrazo— respondió evelyn sonriente y YongSun tras la rubia apretó los labios al ver como los ojos de esta se aguaron, una sonrisita estaba en su rostro y cuando menos lo notó ByulYi abrazó la pequeña cintura de la niña y la alzaba en sus brazos, YongSun se acercó a ella al ver sus manos temblar y como había comenzado a parpadear rápidamente—¿Por qué ya no visitas a unnie y a mí?— preguntó la niña enrollando sus brazitos en el cuello de la peligris haciéndole tragar duro
—Unnie no puede salir mucho de casa— Respondió Somi saliendo por la puerta junto a su madre y esta le sonrió —Hola ByulYi
(...)
Sus pasos sonaban estruendosos como si sus zapatos fueran de metal, su enfoqué no le permitía mucho, todo estaba oscuro, nuevamente estaba en aquel sueño, aquella pesadilla, o ¿aquel recuerdo?
Poco a poco el lugar dejó de ser oscuro comenzando aparecer las paredes, blancas y lúgubres paredes, habían diplomas con nombres garabateados y fotos irreconocibles como si su mente no le dejará conocer esa información
Su mirada de fijo en la pequeña niña sentada frente al escritorio, era delicada, cachetona y de cabellos negros, sus piernas se mecían de adelante hacia atrás, y una mirada perdida estaba en su rostro, con tan solo 8 años había ido a diferentes psicólogos en muchas oportunidades, su madre había convencido a su padre en múltiples llamadas, pero el "diagnóstico" no estaba claro, algunos psicólogos decían que podía tener la misma fobia de su progenitor y por otra parte, algunos decían que era una niña completamente sana, pero esa posibilidad de tener aquella fobia seguia latente en heemin, así que le convenció de ir a dos citas más; esa sería su penúltima cita con un psicólogo y por fin estaría libre de aquellas circunstancias.
Ese día no fue el mismo que otros días, ByulYi observó a la niña, ella también lo sabía, ese hombre no era alguien bueno, “¿Afefobia? eso se puede resolver” dijo él, la niña fruncio el ceño, estaba segura de que había escuchado a su padre decir que las fobias eran incurables, el señor le pidió que estirara sus manos, y las pusiera sobre las de él, la pelinegra lo hizo, pero no duró mucho antes de separase “¿Qué pasa? Así no vamos a avanzar” se quejó el y la pelinegra se encogió en su puesto mientras agachaba la cabeza, su madre la regañaria si no colaboraba con el doctor.
—Venga acá ByulYi— Dijo mientras le indicaba que se parase a su lado, MoonByul se movió hacia el hombre sin darse cuenta que ya la niña lo había hecho, cayendo en cuenta, de que esa niña, era ella.
Nadie la veía, era solo un recuerdo.
Aquel psicólogo de moral dudosa le tomó por el vestido arrastrándola hasta que quedo sentada sobre sus piernas, MoonByul quien observaba trato se auxiliarle, más no lo logró su mano atravesaba los cuerpos, como hologramas, la niña comenzó a temblar y él en vez de soltarla comenzó a tocar sus piernas pero su punto principal eran sus pequeños muslos, toqueteaba con deseo y MoonByul podía dejar de verle con repugnancia el hombre comenzó a escalar llegando a los al vuelo de su falda alzándola sin espera, la niña comenzó a gritar mil veces más desesperada que antes y la peligris no pudo detener su llanto todo su cuerpo temblaba y sus piernas no tuvieron la fuerza para levantarse y antes de ver la continuación sintió un golpe, arribo en su cama, las luces estaban apagadas y la castaña a su lado
—¿Qué pasa?— pregunto adormilada, pero la angustia le ganó al ver a la chica que sudaba frío y no podía dejar de temblar
—¿ByulYi? ¿Qué pasa ByulYi?— exaltada se abrazó a su castaña novia, tratando de buscar refugio en el cuerpo de la contraria
“Una pesadilla, sólo eso”
Peligrotso este capitulo no? Jajskaja
Para que vean que no estaba molestando acá tengo la actualización bien puntual ;)
Este es el primer capitulo con titulo principalmente porque quería resaltar la problemática ;)
Aún falta bastante para que aunty llegue a los 60 así que bajare la puntuación hasta 45, va? Vayan y voten!
Y solo eso, hasta el domingo bebés~♥
—HappyVirus06— si ya volví ;)
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"¡Don't touch me!" MoonSun
Fanfiction-No te me acerques...- Eran las palabras que escuchaba la castaña casi todos los días, y odiaba eso, pero maldita sea, quería hacerlo, pero ella seguía repitiendo la misma frase vez por vez "No me toques" De castañas molestas, rubias extrañas y una...