*☆.Cadenas rojas.☆*

Parte 6

Como cuando esperas algo con demasiadas ganas, el tiempo casi parecía no caminar para mí. Las horas se habían pasado eternas desde que sabía que, a la tarde siguiente, vería a la persona a la que amaba mucho más cerca que nunca antes.

No podía negar que además de ansiosa, estaba completamente aterrada. Pero, ¿por qué? Sólo le iba a ver, no iba a ser el fin del mundo y mucho menos debía esperar algo emocionante, debía tratar de relajarme.

Pero no podía.

Me miré una vez más al espejo, viendo mi rostro reflejado en él. Me traté de acomodar el pelo, incluso lavé mi rostro una vez más, como si así consiguiera verme algo mejor al volver a mirar al cristal. Pero eso no pasó.

Suspiré y aparté la mirada de ahí, no serviría de nada preocuparme sobre mi aspecto, solo para empeorar mi ánimo. Pronto salí del baño y me dirigí hacia el comedor.

— ¡Cuidado con los vasos Shisui! —gritó Norma con preocupación.

— Ya, ya... Tranquila que no los romperé.

Continué caminando hacia la salida de la casa, ya no quedaban más cajas que desalojar ahí dentro, solo quedaba trasportarlas a la zona del voluntariado.

La verdad, la mano de obra que Norma había contratado era innecesaria, con Shisui y el novio de Iris habría sido suficiente, pero estaba segura de que la segunda había comido el tarro a la primera para contratar un grupo de más.

Dicho grupo, debía estar al caer.

Al salir a la calle no podía parar de cambiar de postura una y otra vez, Iris se percató de ello y rió por mi actitud, pero yo casi ni podía pararme a pensar en eso.

La tensión que había en mi cuerpo, y el palpitar de mi corazón aumentó drásticamente cuando vi como la sonrisa de Iris desapareció poco a poco, mientras que su mirada se mantenía en el horizonte de la calle.

¿Ya estaban aquí?

— ¡¡Aquí llega el equipo Guy!!

Casi como un balde de agua fría, toda mi felicidad se desplumó. Lo sabía, ¡lo sabía! Nada podía ser tan bonito como para que realmente fuese a estar cerca de Kakashi. Mis ojos se desviaron y vieron a un grupo de tres jóvenes y un hombre de mayas verdes. Sabía que Iris se había quedado con una cara similar a la mía al no esperarles a ellos tampoco.

— ¿Qué hacéis aquí? —cuestionó mi amiga. 

— Tenemos la misión de ayudaros, así que eso vamos a hacer. ¿En qué necesitáis ayuda? —El hombre mayor empezó a mirar a su alrededor en busca de aquello por lo que habían sido contratados. 

Bien, he de decir que no todo era malo, toda la presión, el nerviosismo, y mi estómago revoloteado había terminado por cesar. Eché mi cabeza hacia atrás y suspiré aliviada a la vez de desilusionada. 

— Vale, esto no era lo que esperábamos —Iris se había acercado a mi lado para comentar aquellas palabras—. Lo siento... quizá hayan...

— ¡¡¡¡No nos robéis las misiones dattebayo!!!!

Un grito repentino hizo que tanto Iris como yo diésemos un respingo, incluso Norma asomó su cabeza a través de la puerta principal al escuchar el alboroto. 

Un joven rubio había llegado a la escena  y se encontraba amenazando con su dedo índice al pequeño que era una calcamonía del líder de su grupo. 

— ¿Qué dices Naruto? Si tú mismo fuiste el que dijo que no querías hacer una misión tan absurda como esta. 

— ¡Oye, de absurdo nada! —gritó Norma al escuchar aquel comentario.

— Naruto, cálmate.

Ni una palabra más tuvo que ser dicha, yo ya había muerto en ese instante. Aquel tono de voz... 

— Kakashi-sensei, pero es que...

— ¡Calma te dijo! —chilló una niña.

En condiciones normales habría detestado aquella conversación iniciada por gritos, pero yo, sencillamente no podía moverme. Aún así, mi cuerpo amenazaba con girarse a la velocidad del rayo para ver al hombre que tanto amaba, pero no podía hacer eso, sería ridículo.

"Actúa normal, actúa normal..." Pensaba una y otra vez. Tuve que obligarme a girarme lentamente sobre mis talones para no parecer una loca desesperada por ver a un hombre que ni siquiera me conocía. 

Y, cuando mis ojos vieron su cuerpo, mi corazón bombeó con fuerza toda la sangre de mi cuerpo. 

Sí, estaba enamorada, demasiado enamorada.