Capítulo 8: Al descubierto

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~Boruto POV~

El sonido de una alarma bastante conocida me despertó de golpe. Abriendo mis ojos de par en par, giré mi cabeza a la mesita de noche donde se encontraba mi celular y extendí el brazo para apagarlo.

Una vez que el sonido infernal hubo terminado me dejé caer de nuevo en la cama y llevé mi brazo a mis ojos para cubrirlos de la incesante luz matutina. Eran las ocho de la mañana, y con las cortinas semi abiertas el sol ya iluminaba la habitación.

Una habitación que conocía muy bien, pero que no era mía.

Era de...

Tomé una larga bocanada de aire y giré mi cabeza hacia un lado para mirar el cabello rubio de Yodo esparcido por la almohada, quien con solo una sábana de seda cubriendo su cuerpo desnudo se movió un poco para acurrucarse contra mi pecho en igualdad de condiciones.

Como única respuesta miré el techo de la habitación mientras los recuerdos de la noche anterior me asaltaban.

Nuestra ropa se encontraba desperdigada por toda la habitación, como clara evidencia de la agitada noche que habíamos tenido. Como en una película, las escenas de anoche pasaron por mi cabeza de manera vertiginosa mientras recordaba todo lo ocurrido.

Sarada con ese vestido, Sarada y yo en el club, Sarada y yo bailando y acariciándonos. Mi desesperada llamada a Yodo, mi rápido viaje a su departamento donde ella ya me esperaba. La casi incontable cantidad de veces, lugares y posiciones en las que habíamos tenido sexo, mientras en mi mente otra mujer ocupaba todos y cada uno de mis pensamientos.

La única razón por la que ahora yo estaba aquí.

Soltando el aire contenido, miré a Yodo moverse de nuevo para darme la espalda mientras recordaba como anoche sus ojos verdes habían sido de color negro en mi mente, y su cabello rubio y ensortijado había sido un cabello liso y azabache.

Sus ojos. Su cabello. El de ella. El de mi esposa.

Sarada.

En mi mente, le había hecho el amor a mi esposa.

Llevé de nuevo mi brazo a los ojos. La alarma de mi celular volvió a sonar y esta vez logró despertar a Yodo quien se removió sensualmente entre las sábanas y parpadeó ligeramente hasta distinguirme.

Componiendo una sonrisa satisfecha, se tendió sobre mi pecho y me miró juguetona.

-Buenos días-

Susurró con aquella voz de satisfacción después de una buena noche de sexo y yo bajé la mirada hasta encontrarme con la de ella.

-Buenos días-

-Excelentes debería decir- comenzó a hacer círculos en mi pecho con su dedo índice- Anoche estuviste fantástico-

Reprimí un juramento.

Sin contestar nada me enderecé lentamente para sentarme en el borde de la cama y tomar mis bóxers que estaban en el suelo. Una vez puestos seguí con mis pantalones mientras detrás de mí Yodo se enderezaba sobre la cama.

-¿Qué haces?-

-Tengo que irme- terminé de subir el zipper- Se hace tarde-

-Pero si son las ocho de la mañana- susurró suavemente, y pasó sus brazos por mi pecho para pegarse a mi espalda- Es muy temprano y además es sábado- besó el lóbulo de mi oreja- ¿Por qué no te quedas a jugar un rato más conmigo?-

Sin darle tiempo a hacer algo más me levanté de la cama para tomar mi camisa negra y comenzar a ponérmela.

-Lo siento, pero no puedo- abroché los botones de mi camisa con rapidez- Tengo que volver al departamento-

Negocio arriesgado (BoruSara) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora