~Boruto POV~
El camino de regreso a la ciudad fue bastante caótico.
Luego de someter a Kawaki y una vez que el equipo de Sai, Shikadai y Mitsuki entraron para atraparlo y poner en resguardo a Sarada; gire para verla, al fin estaba a salvo. Pero mi sorpresa fue cuando la vi ahí, de pie, estática mientras tenía las manos cubiertas de sangre. Ella estaba cubierta de sangre. !No! Sarada, mí Sarada estaba herida. Corrí hacia ella y la tomé en mis brazos y sin mirar ningún momento atrás salí del hangar a la noche helada en donde tres SUV, cuatro autos de policía y una ambulancia estaban estacionadas y hacían brillar el pastizal con luces rojas y azules.
No escuché ninguna de las palabras que Kawaki me gritaba, tampoco miré como los agentes de Sai lo arrestaban y finalmente lo esposaban. Simplemente dejé aquel maldito lugar donde había pasado los momentos más terribles de su vida, y dejé a Sai y a Shikadai encargarse de aquello sin mirar un solo instante atrás.
Lo único que importaba ahora era que atendieran a Sarada de inmediato.
-Sarada, por favor resiste preciosa-
Estaba seguro que esa sería la penúltima vez que vería a Kawaki en mi vida. La última vez sería en su juicio, donde me encargaría que lo encerraran de por vida.
Sin olvidar un instante que mi esposa estaba inconsciente y herida en mis brazos, la aferré contra mí mientras un montón de policías entraban al hangar y tres paramédicos se cernieron sobre mí acompañados de una camilla y equipos médicos.
-Está…- comencé atropelladamente- Está herida, recibió un impacto de bala y …-
Fui incapaz de decir algo más mientras la depositaba en la camilla y los paramédicos la llevaban a toda prisa a la ambulancia, tomaban su pulso, le quitaban sus prendas para presionar la herida, la acomodaban y hacían anotaciones. A mí lado, Mitsuki se encargó de lidiar con los fotógrafos, paparazzi y prensa que por supuesto se había enterado de lo sucedido y habían acampado a unos metros de distancia, separados del lugar de los hechos por un simple cordón amarillo que la policía había puesto. Oía sin escuchar el montón de preguntas con mi nombre, el de Kawaki y el de Sarada hechas de la manera más grotesca e irrespetuosa posible mientras corría a un lado de la camilla de Sarada y aferraba su mano fría e inerte.
Una vez en la ambulancia, subieron a Sarada y me trepé para sentarme a su lado mientras los paramédicos la preparaban para irnos y uno de ellos se iba al puesto del conductor para encender el motor.
-¡Te veré en el hospital!-
Fue el último grito que escuché de Mitsuki antes de que las puertas se cerraran, y en menos de dos segundos arrancamos en dirección a la ciudad mientras aferraba la pequeña mano de mi esposa, con ganas de no soltarla nunca más.
Treinta minutos más tarde llegamos al hospital mientras otro montón de reporteros y fotógrafos lidiaban con la policía en la entrada. Rodeamos el camino para entrar por la puerta de emergencias y en menos de lo que esperé ya estaba fuera de la ambulancia siendo recibido por cuatro médicos y Sarada era arrastrada en la camilla por el pasillo rumbo a las salas de urgencias mientras yo corría a su lado sin soltar su mano.
-Tranquila preciosa, tranquila- susurraba contra su rostro- Vas a estar bien, estoy aquí-
Nos detuvimos frente a unas puertas blancas. El médico que nos había recibido se detuvo y me miró ajetreado.
-No se preocupe, la atenderemos bien-
Fue lo último que dijo antes de tomar una manija de la camilla y sin más los cuatro médicos y la camilla con mi esposa desaparecieron detrás de las puertas deslizantes.
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Negocio arriesgado (BoruSara) [Terminada]
Hayran KurguDesesperada por sacar de la cárcel a su hermano inocente, Sarada acude al único con el suficiente poder para hacerlo: su multimillonario y arrogante jefe Boruto Uzumaki, a quien jamás ha tratado. Para cobrar una herencia bastante importante, Boruto...