-Papá ¿Por qué nos mudamos y si mamá regresa y no nos encuentra?-Me agarro de los hombros y me guio a la silla del comedor -No tienes nada de que preocuparte Yeon, no he cambiando mi número de teléfono, deje una llave en el escondite de siempre y hay una nota enorme que dice donde estamos, si nos quiere encontrar ella lo ara-después de esas palabras quedamos que no íbamos a hablar de ella nunca y seguiríamos nuestras vidas.
Mis alucinaciones fueron progresando, las alucinaciones que hacían mas constantes, intente ignorarlas, nada funcionaba, hasta que un día mi padre me llevo al psiquiatra, las primeras consultas me preguntaba que era lo que veía o escuchaba después de unas cuantas me recetó unas píldoras no muy fuertes por mi edad, ya no tuve las alucinaciones tan constantes talvez tres por semana , sinceramente algunas no me desagradaban, había una que se repetía constantemente, era un muchacho maso menos de mi edad, de pelo negro, ojos color miel, unos cuantos centímetros mas alto que yo, de tez clara, con un lunar bajo de su ojo derecho, unas pestañas largas que realmente envidiaba mucho, casi siempre ocupaba una playera blanca en la que en el centro decía Levis con letras rojas, pantalón de mezclilla claro y unos tenis rojos, mi padre decía que era peligroso y que no le hiciera caso cuando me pidiera hacer algo, en una ocasión trato de convencerme de que Lucas y mi padre me odiaban y tenían un gran rencor por lo de mi madre, me decía que tenia que escapar con el, robar dinero de mi padre, era de noche ya había hecho mi maleta, algunos pantalones , playeras, ropa interior y asta arriba de todo una foto familiar, de cuando todavía estaba mamá, ya me encontraba en la puerta de la casa junto con Bruno, abrí la puerta y empezamos a caminar hacia la estación del tren, en ese momento lo vi como mala suerte pero ahora lo veo como la mejor cosa que me pudo haber pasado, estaba ya en la plataforma para tomar el tren a Seúl, pero el tren ya se había ido, uno de los trabajadores me dijeron que me podían cambiar mi boleto al siguiente tren que saliera, el siguiente salía en una hora, pero no importo, estuve esperando en un banco junto a la taquilla una media hora.
-Hay que ir a otro lado, en 5 minutos sale un tren a Daejeon, vamos Yeon, no le importas a tu familia, será mejor para ellos -Bruno no dejaba de insistir, pero ¿y si tenia razón? ¿Mi familia si me quiere? Talvez tenga razón, será mejor irme cuanto antes. El tren a Daejeon llego, garre mi pequeña maleta, me levante del banco y me dirigí al tren justo cuando iba a subir ese pequeño escalón que me separaba de mi familia y mi supuesta libertad, pero en ese instante sentí como alguien me galo de la cintura asía afuera del tren.
-A donde crees que vas Yeon, estaba preocupado, ¿Por que te querías ir?-era mi hermano, me guio al banco donde estaba antes, tenia una cara de angustia, los ojos rojos y mucho mas pálido de lo normal-¿A donde ibas? Respóndeme-que le iba a decir, que un amigo imaginarlo me convenció de robar y abandonarlos tal como lo izo mi madre-Iba a ir a Seúl, Bruno me convenció, lo siento-Las lagrimas no tardaron en salir de mis ojos-Ya tranquila, no estoy enojado, vamos a casa y hay hablaremos de el tal Bruno-Lucas agarro la maleta que se encontraba en el suelo de la estación, los levantamos del banco, no podía sentir pena, remordimiento y sobre todo culpa, que hubiera pasado si lograba completar mi escape, donde iba dormir, no pensé en los sentimientos de mi padre y de mi hermano, sufrir el abandono de dos personas importantes en tu vida en menos de 10 años, en ese momento supo que nuca me perdonaría por realizar ese acto tan egoísta.

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En mi mente
Non-FictionYeon una joven adulta narra lo difícil que es su vida, su transtornos mentales, la repercusión que tuvo el abandono de su madre y la ayuda que a sido para ella su hermano y padre