Capítulo Final (parte II): Un punto y a parte...

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   Después de desayunar, vestirse ambos marcharon hacia sus respectivos trabajos, llegaron juntos al pub y en la puerta se despidieron Katsuki cogió su coche y se marchó.

   Izuku por su parte entró por atrás al pub, allí estaba la fixie negra, debería hablar con él, pensó y se adentró a la oficina pero no se encontraba dentro, escuchó el piano salió a la sala; se encontró con el pelimorado tocando delicadamente y con maestría las teclas del instrumento de cola, siempre era agradable escucharlo porque era de las pocas veces que dejaba salir todos sus sentimientos...

   El pecoso se detuvo  frente al escenario, Hitoshi al verlo le sonrió apenas y siguió tocando pero ahora le miraba a los ojos y se la dedicaba a él, a su pequeño "amigo".


   Cuando estaba tocando las últimas notas Izuku se acercó, le acarició  el pelo.

   - ¿Tomamos un café?- le propuso mientras tomaba su mano dirigiéndole a la barra. El pelimorado simplemente lo dejó hacer.

   Una vez acomodados frente a frente en una de las mesas, el pelimorado fue el primero en hablar, siempre había sido muy directo y está no sería la excepción.

   - Ayer os vi, y vi en ti una mirada que no creí volver a ver. Te conozco hace muchos años y casi puedo decir lo que estas sintiendo en estos momentos pero no seré yo quien lo diga.- se expresaba viéndolo fijamente a los ojos y tomando una de las manos del pecoso- Tú sabes que yo te quiero y algo en mi siempre mantuvo la esperanza de que pudiéramos volver pero con lo que teníamos de momento me valía, no iba a presionarte y si tú eras felíz así yo lo dejaría estar. Y ahora veo que eres felíz realmente, que tu mirada vuelve a brillar como hace mucho tiempo no lo hacía y yo me siento bien con eso, porque no deseo otra cosa que tu felicidad.

   - Hitoshi... yo... lamento que hayas tenido que enterarte así y que todo haya sucedido en tu ausencia, parece como si hubiera esperado a que te fueras para hacer esto, pero te prometo que no fue así- le dijo un poco avergonzado pero sin dejar de mirarlo- Yo también te quiero mucho y te respeto por lo que quería hablar contigo cuanto antes y contarte como van a la cosas, sí es verdad que pueda estar enamorandome de Katsuki... lo siento yo no quiero hacerte daño.

   - Pequeño, tú nunca me harías daño... eres tan dulce. Soy perfectamente consciente de lo que tú y yo tenemos y de que algo así podía suceder, no te voy a mentir me jode mucho pero tú eres mi prioridad y lo que tú decidas estará bien.  Te apoyaré y seguiré cuidando y si te hace daño le romperé la cara- le guiñó un ojo y le dió un beso justo en la comisura de los labios.

   - Gracias Hitoshi-kun, eres estupendo- le dedicó una enorme sonrisa y se fundió en un abrazo cálido con el pelimorado.

   - Venga...ahora a trabajar que ya hemos perdido mucho tiempo- dijo Hitoshi metiéndose en la oficina con el corazón en mil pedazos doliendo el alma porque sabía que su pequeño ya no volvería a él, había encontrado el amor... Sintiendo ese puñal clavandose en su pecho cada vez más profundo, intentó mostrarse entero y contento para que su pecoso no se sintiera culpable de nada... pero eso es algo que sólo él lo sabría.

   Izuku sentía un mix de sentimientos dentro de su pecho, sentía un poco de tristeza por el final de su historia con Hitoshi, también contento por cómo a lo había tomado aunque sabía que nunca le diría si le hubiera hecho daño. También la felicidad se a poderaba de él ya que podía estar junto a Katsuki al 100% y no sentir nada de culpa.

    Se sentía muy bien, estaba contento. Le mandó un wsp a Katsuki.

   I: "Esta noche te invito a cenar"
   K: "Acepto sólo si cocinas tú ejejje"
   I: "jajajaja no te prometo nada, no es mi fuerte😖"
   K: "pues tendrás que compensarme de alguna forma 😈"
   I: "trato hecho, a las 12 en mi apartamento...chu😙"

   A partir de de ahora tenía una oportunidad de vivir una historia idílica... en una hermosa isla, trabajando en algo que le gustaba, teniendo amigos estupendos y a una persona que empezaba a amar, una persona que hace nada era un extraño y de repente no se imagina estar sin él... que curioso es el destino, como maneja sus hilos color rojo.

   "Al parecer todas estas palabras no podían estar más  lejos de la realidad ¿cómo llegue aquí? ¿qué  hago? Tus ojos me dicen mentiras y me hacen encontrarme a mi mismo, mientras tú tienes tu agenda una vida a seguir. Así  que por favor déjame ser libre de ti, por favor déjame libre puedo enfrentar la verdad."
Seconhand Serenade.

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Imágenes :: créditos al autor.

  
  

 

  

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