Todos en la ciudad habían oído los rumores y eran verdad, Solange Mine estaba en la ruina. A sus 26 años ya se había casado dos veces, las dos por dinero. Su primer matrimonio fue arreglado por su padre, que al verse en la ruina no dudó en ofrecer a su preciosa hija al mejor postor. Solange no puso tampoco ningún reparo ya que se sentía enamorada del pretendiente, Alfred Connor.
Él también parecía estar enamorado de ella. ¿Y quien no lo estaría? El conjunto de su belleza era impresionante: un cuerpo esbelto lleno de curvas, una cara preciosa compuesta por unos labios carnosos y unos ojos color esmeralda y una larguisima melena lisa de color azabache. Desde pequeña se sabía que resultaría ser toda una belleza y así fue. Su altura de casi 1,75 a veces resultaba un handicap ya que solía usar tacones y eso hacía que muchos hombres se vieran poca cosa a su lado.Aún así, seguía siendo impresionante.
El matrimonio,sin embargo, fue horrible. Alfred no le dedicaba ninguna clase de atención y Solange aprendió a conformarse con las joyas que este le ofrecía, las más lujosas que había. Además su marido prefiría poner atención a otras mujeres alegando que su esposa era una mujer fría, sin pasión.
Solange no podía reprochárselo, no se sentía una mujer apasionada, bueno solo sentía pasión por los lujos ya que había comprendido que su amor por Alfred no era más que una ilusión. El amor no existía y había comenzado a dudar de que el deseo tampoco.
Se casaron cuando ella tenía 18 años y el matrimonio apenas duró 3. La dejó por otra y gracias a Dios nadie pareció enterarse de ello, cosa que ella agredeció ya que ahora su reputación era lo único que le quedaba.
Robert Versyl, su segundo marido. En resumidas cuentas lo suyo fue un matrimonio de conveniencia. Él era gay, ella lo sabía y le parecía perfecto. Un hombre de muy buena posición, que le sacaba 30 años y que ni siquiera sentía deseo por ella, era sencillamente perfecto. HIcieron buenas amigas porque ambos querían sacar alguna cosa del otro, pero en la fiesta del 23ª aniversario de Solange Robert sufrió un infarto y murió.
Y ya habían pasado tres años. Se podía decir que sentía un ligero afecto por su marido así que le dolió que no le hubiera tenido en cuenta en su testamento.
-No me ha dejado nada Ingrid..NADA.. yo me casé con él para hacerle un favor y ¿así me lo paga?
Ingrid era su mejor amiga, una alegre y simpática pelirroja con unos rizos adorables. Desentonaban juntas, Ingrid era la dulzura y la bondad personificada mientras que Solange era la sensualidad y el peligro. Nadie en el pueblo se explicaba como una chica tan amble y dulce como Ingrid pudiera ser amiga de alguien como ella, a veces ni Solange lo entendía.
-¿Que esperabas Sol? no era un matrimonio real.. ya sacaste suficiente de él.. y apaga el cigarro, sabes que no puedes fumar aquí.
¡Mierda! otra vez se había olvidado que Ingrid estaba embarazada.. o quizá lo quería olvidar.. Ella se comportaba como una hermana mayor con ella y sabía que cuando llegara el dichoso bebé todo cambiaría.
Tampoco odiaba los niños, simplemente no entendía porque todo el mundo tenía bebes por el simple hecho de dar sentido a su vida. Ella hasta le fastidiaba a veces cuidar de su querido Miumiu, su preciado chihuahua.
-Perdona,Ingrid- dijo apagando el cigarro- ¿Que tal el embarazo?
-Bien y gracias por preguntar aunque se que no te importa -dijo riéndo.
-Me importa--y era verdad--todo lo que tenga que ver contigo me importa.
-Lo sé mi pequeña brujita-dijo mientras me abrazaba-- y algún día tu también encontrarás a alguien tan maravilloso como mi Jhon y querrás formar una familia con él.
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Solange
RomanceCon 26 años y dos matrimonios a sus espaldas,la considerada la mayor cazafortunas de la ciudad, Solange Mine se dirige al último sitio donde desearía estar: un rancho. Este pertenece a Ethan Harris,un atractivo ganadero que solo con ver a Solange le...