No había vuelta atrás. Todavía no había desecho sus maletas y ya se estaba arrepintiendo.
Solange estaba acostumbrada a los lujos, las fiestas, la ciudad y aquí no había nada de esto.
Por otro lado, el rancho era bastante grande y si lo decorara a su manera podría hasta gustarle pero nunca viviría aquí indefinidamente.. ni por todo el oro del mundo. Su objetivo estaba claro: hacer que su presencia disgustara tanto al granjero como para venderle las acciones a un buen precio.
Ya casi era la hora de comer así que se cambió de ropa. Optó por unos tejanos amarillos pitillo, una blusa blanca de seda y unas cuñas del mismo color.
Al terminar de ponerse los zapatos escuchó un fuerte ruido en el pasillo. Fue a echarle un vistazo y se topo con un niño llorando en el suelo.
De repente apareció la cría pelirroja.
-Blake! ¿Que le has hecho a mi hermano?
-Para el carro, guapa. Yo acabo de llegar.¿Que te ha pasado niño?
-Me he caído-dijo alzando los brazos para que Solange lo cogiera.
-¿A que esperas? ¿Nunca has cogido a un niño en brazos?
´-Pues no, lista, nunca he tenido el "placer".
Tras dudarlo un instante cogió al niño en brazos.
- Niña, guíame donde haya un botiquín.
-Esta bien. Pero no me llamo niña, soy Jenna.
-¿hiena? ¿como el animal?-dije para molestarla.
-Te creerás muy graciosa..
-Que es una hiena?-preguntó el niño
-Es un animal con bastante mal caracter.
Entonces el niño se rió. Guardaba un enorme parecido con Ethan, los mismos ojos grises y la misma boca y quizá tuvieran la misma sonrisa cosa que seguramente nunca sabría porque se notaba que el granjero no era muy dado a sonreír.
Llegamos a una habitación enorme con un montón de medicamentos.
-¿Teneís también un hospital?
Los dos niños se rieron. Solange sentó al niño en la camilla y comprobó que tenía una pequeña rascada en la rodilla.
-Te pondré un poco de alcohol y escocerá un poquito. Sé un hombre.
Resultó terriblemente gracioso cuando el niño intentó mantener la compostura mientras le ponía un poco de alcohol. Finalmente le pusó una tirita.
-¿Ya está? Cindy siempre me canta el cura sanita para que se cure más rápido.
-Te diré un secreto, el alcohol actúa mejor.Ahora abajo- dijo mientras lo bajaba de la camilla.
-¿Como te llamas? ¿Que haces aquí? Yo me llamo Blake!
-Soy....una invitada de vuestro padre. Mi nombre es Solange.
-Que nombre más guay!
-Lo sé. Es francés.
De repente una voz femenina comenzó a llamar a los niños.
-Cindy nos llama, es la hora de comer.
-¿Quien es Cindy?
-La cocinera, es un poco pesada pero maja- dijo Jenna. Dios esa niña era igual a ella cuando era pequeña.
-Bajemos todos.
Llegamos a una enorme cocina donde una chica pequeña estaba preparando la mesa. Se giró y me encontré cara a cara con una rubia risueña con cara extrañada.
-Perdone, ¿Quien es usted?
-Solange Mine, una invitada del Sr. Harris.
Eso todavía la extrañó más. Quizá porque no solía haber muchas visitas femeninas en el rancho.
-No me habían comentado nada aún señorita perdone. Sientése, le prepararé algo- Dijo con una gran sonrisa.
-Nada de hidratos, con una ensalada bastará,gracias.¿Teneis salmón ahumado de Noruega?
-mm No. Nunca hemos tenido, señorita.
Solange estudió a fondo la cara de la mujer. Era bonita aunque llevaba la sombra de ojos equivocada y aunque tenía unos labios bastante decentes no hacía nada por destacarlos.
Ya en la mesa contempló como los nños comían con ella sin ningún tipo de modales.
-La pasta no se come así. Deberían haberos enseñado.
-Somos pequeños aún- dijo la niña con la boca manchada de salsa de tomate.
-Yo a los 4 años ya pelaba las gambas con cuchillo y tenedor.
-¿ Me cortas la carne? -le preguntó el niño.
La cocinera había desaparecido..
-Si no hay más remedio...
Ethan encontró lo que menos esperaba al llegar a casa: Jenna comportándose como una señorita para agradar a la nueva invitada a esta misma ( la mujer de hielo) dar de comer con extrema paciencia a Blake. Observó perplejo en el marco de la puerta hasta que su hija le vió.
-Papi!! Mira, Solange me está enseñando a comer como una señorita.
-Mi vida, tu ya eres una señorita, princesa.-dijo mientras daba un beso en la frente a Jenna
-¿Que te ha pasado en la rodilla, hijo?
-Me caí en el pasillo pero Solange me ayudó. Dile que no lloré cuando me pusiste alcohol.
-Tiene razón, es todo un hombre- dijo la mujer sarcasticamente.
Se fijó en como iba vestida y no pudo evitar reírse.. solo ella sería capaz de ponerse ese atuendo en un rancho.
-¿De que te ríes?
-¿Ves normal llevar ese atuendo?
-Lo siento, me he dejado las camisas de cuandros y los petos tejanos donde deberían estar, en la basura.
-Buenos días, Ethan.-dijo la cocinera entrando por la puerta.
-Hola Cindy..vengo muerto de hambre, preparame algo bien bueno como tu sabes, por favor.
La cocinera se sonrojó y Solange se preguntó si habría algo entre los dos.
Los niños acabaron de comer y preguntaron si podian irse a jugar.
-Está bien
-¿Puede venir Solange?
-Él es vuestro padre no el mío me lo podeis preguntar a mí.
Él rió.
-Solange comerá conmigo.
-Pero..
No había anda más que hablar, en esa casa se hacía todo lo que el señor consideraba oportuno.
-¿Cuando me venderás las acciones?
-¿Ya no puedes más? apenas llevas unas cuantas horas...
-No es eso.. Simplemente encuentro una tontería todo esto.
-Mira... Solo quiero saber si te mereces el precio de estas acciones.
-Juegas a ser Dios .. esas acciones son mías.
-Y yo decido si te las vendo o no. He estado pensando mucho esta mañana y creo que te he juzgado demasiado pronto. Con esto no quiero decir que no piense que eres una sucia cazafortunas, simplemente te doy el beneficio de la duda.
-Que detalle por tu parte! Me concedes ese preciado honor-dijo solange enfadada levantándose- Todo el mundo cree saber lo que soy así que te lo ahorraré: no soy lo que se dice una buena persona, no siento simpatía por casi nadie y todo lo que la demás gente considera bueno yo lo considero penoso. No vas a descubrir nada que la otra gente no haya visto, porque no lo hay- dijo saliendo de la cocina.
Ethan se quedó aún más pensativo. Había algo en ella que no encajaba...
ESTÁS LEYENDO
Solange
RomansaCon 26 años y dos matrimonios a sus espaldas,la considerada la mayor cazafortunas de la ciudad, Solange Mine se dirige al último sitio donde desearía estar: un rancho. Este pertenece a Ethan Harris,un atractivo ganadero que solo con ver a Solange le...