Chapter 9

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Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a thecellarfloor y esta historia fue beteada por AliciaBlackM.

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—Si abrieras los ojos, Granger —dijo con irritación—. Podrías realmente ver esto.

Hermione sacudió su cabeza aun sabiendo que Malfoy no podía verla. El viento frio le perforaba la piel, sabía que estaban a gran altura y ahora se le revolvía el estómago. Sus ojos estaban fuertemente cerrados, odiaba volar.

—¿Y si me caigo?

—¿Y si no?

—No.

—Confía en mí.

—¿Qué confíe en ti? —cuestionó soltando una amarga risa—. No soy estúpida.

Draco hizo una mueca ante su respuesta. Cuánta razón tenía en no confiar en él.

—Accediste a tener una cita conmigo, ¿verdad? —dijo, enfatizando la palabra "cita" para el disgusto de la castaña—. Eso significa que confiaste en mí. ¿Por qué no confiar ahora?

—¡Esto no es una cita! —gritó en un intento de defensa—. Es simplemente mi única opción para que no sigas metiéndote en mis asuntos.

—Abre tus ojos o te dejo caer.

Si Hermione lo conociera mejor, no hubiera ignorado el tono serio de su voz... pero aparentemente su testarudez pudo más que ella.

—No.

Repentinamente, giró a gran velocidad, haciéndole perder el equilibro y la arrojó lejos de la escoba. Hermione soltó un grito, pero el rubio rápidamente la sostuvo de la cintura antes de que cayera al vacío.

Quedo colgando a cientos de metros en el aire, con solo los brazos de Malfoy sujetándola.

—¡Muy bien! ¡Los abriré!

Draco la acomodó fácilmente sobre la escoba, como si ella no pesara nada. Tenía la respiración entrecortada y sentía ganas de llorar mientras le abrazaba fuertemente, como si su vida dependiera de ello.

Bueno... así era.

—¡Estás aplastándome los órganos!

—¡Tu! —golpeó la espalda con fuerza—. ¡Imbécil sádico! ¡Casi me muero del susto!

Malfoy simplemente tuvo la osadía de reírse.

—¡Deja de reírte! —gritó—. ¡Basta!

Malfoy no le hizo casi, solo rio con más fuerza. La risa se había agolpado en su estómago y no podía parar. Hermione le regañó, pero luego de un rato ella también se rio. Su risa era bastante contagiosa, no era nada parecida a las risas frías y vacías que usualmente le escuchaba proferir.

Era cálida y agradable... casi humana.

Hermione se dio cuenta de que le gustaba bastante.

Luego de que se detuviera Draco se sostuvo el estómago. No podía recordar la última vez que se había reído tanto.

—¿Terminaste? —preguntó Hermione.

—Si —dijo aun sonriendo. Draco se sorprendió aún más cuando se limpió del rostro unas cuantas lágrimas. Lágrimas de risa.

Si no lo hubiera visto por sí mismo, no lo habría creído. ¿Lágrimas? ¿De risa?

—Oh Merlín. Granger, realmente eres única.

Sus hermosos y aterradores ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora