¡Es tan hermosa!

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Nunca tuve tanto miedo como esa tarde, cuando esperaba que mis padres llegaran y luego cuando tuve que enfrentarlos. Decirles que no había tenido ganas de ir al colegio y que había ido a dar un paseo al parque. Obviamente no me creyeron, sabían que había estado con Yongsun, aún no había manera de demostrarlo pero ellos no descasarían hasta encontrarla, y lo harían si yo seguía actuando como una estúpida y dejaba que ella me llevara a su departamento. Dios, cómo rayos iba a alejarme de ella si de tan solo pensar en lo que pudo haber pasado si mi padre no hubiese interrumpido era como invocar a todos los demonios que habitaban en mí.

No tenía sueño, resultaba imposible dormir con esas ansias que se habían mezclado con mi sangre y viajaban por todo mi cuerpo. Era de madrugada cuando golpearon la puerta de mi habitación. La persona al otro lado no espero mi respuesta para entrar. Pero yo sabía muy bien quien era. Cerré los ojos, confiando en que al verme dormir me dejara en paz pero en lugar de ello se sentó en la cama a observarme por un largo rato.

—Byul —susurró finalmente.

No me moví.

—Byul, por favor.

Suspiré.

—Ahora toca el turno a la policía buena. Vas a fingir ser mi amiga, te vas a identificar con mi situación, me prometerás un caballete nuevo y querrás que te diga la verdad. Pero no hay más que decir, ya saben lo que hice por la mañana y lo único que hace falta es que me crean.

—Tienes que confiar en mí. Soy tu madre.

—Si va a continuar el interrogatorio entonces llamaré a mi abogado.

—Tú no vas a necesitar uno —murmuró con cariño— pero ella sí.

Sus palabras detuvieron un milisegundo mi corazón.

—¿Y de qué se le acusa si se puede saber?

Esta vez es mi madre quien suspira. Parece cansada y da la impresión que en un solo día ha envejecido escandalosamente.

—Jugar contigo es delito suficiente para mí.

—Ella no ha jugado conmigo. No sé de qué hablas.

—Claro que no lo sabes —dice— tú no la conoces como yo.

—La conozco muy bien, es mi profesora. Es muy inteligente, preparada y más que nada respetuosa… tal vez cometió errores en el pasado, como mucha gente, pero ella aprendió la lección y eso es lo que ustedes no entienden.

—Eres tu quien no entiende Byul. No viste a esas chicas, no sabes…

—Claro que lo sé mamá, lo sé todo. Sé que eran muchas, la querían, conozco a la perfección ese cuento. Te puedo recitar toda una nota periodística referente al acontecimiento. No hay nada sobre ese incidente que yo no sepa.

—Byul, tú no estuviste allí —me suelta, al parecer la policía buena ya se había ido — esas niñas la adoraban. Niñas hermosas, con un futuro brillante, que no hubieran dudado ni un segundo en ir a la cárcel por ella.

—Para empezar eran universitarias —le recuerdo— no tenían nada de niñas. Y Yongsun no es una bruja ni nada por estilo como para manipular la voluntad de las personas, lo que sea que sus novias hayan dicho lo hicieron por propia voluntad.

Cierra los ojos y se levanta. Al parecer quiere gritarme, pero se contiene.

—Tanto tu padre como yo sabemos que estuviste con ella.

—¿Son adivinos? —pregunto molesta.

—Hablas igual que esas chicas —susurra—Ni siquiera llevas mucho de conocerla, Byul, por Dios. Imagina que tu padre la atrapa con las pruebas suficientes para llevarla a la cárcel. Y que cabe la posibilidad de que tú puedas tomar su lugar. Solo imagina ese escenario y pregúntate algo ¿Lo harías?

➸ Si fueras mía | MoonsunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora