Antes de que alguno de mis seguidores quiera matarme por no actualizar mis otras historias. Lo siento, pero la inspiración me llega cuando me llega.... y esta vez la imagen y la trama que posteo en Facebook Ana Evans me flipo y me inspiró... además está historia es corta....
Aclaraciones tipicas:
-Au
-Winteriro y por detrás steggy, thorki y quizás brustasha, sivereye y spidipool.
-Obviemos, yo no soy el señor disney, ni marvel y mucho menos nuestro adorado stan lee. Así que los personajes no son mios y los uso sin animo de lucro. Pero la historia sí es mía, sooo no se roba thankiu...
-No tengo beta reader o como miércoles se escriba... así que aunque lo he revisado 6 veces es probable que haya alguna falta... Espero comprendáis... 😌😌😌Dicho esto que disfrutéis.
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James Buchanan Barnes era un voluble y frío hechicero al cual todos temían y respetaban. Tal era su mágia que las habladurías decían que era capaz de provocar los mas fríos inviernos a su paso y que de una sola mira de sus filosos ojos azul hielo podía matarte si así lo deseara.
Tal era así su fama que a muchos se le hacia incomprensible la amistad del hechicero con el rey steven y su esposa Margaret y con el rey Thor y su compañero y consorte el rey Loki.
Y es pues en una de esas amistosas reuniones con los soberanos donde se le encomendó una ardua tarea.
-Por favor, Buck... -Pedía el rey steven con ojos de cachorro.
-Me pides imposibles... -Gruño el moreno hechicero acariciando de forma nerviosa la mecánica articulación de su muñeca izquierda.
-Tienes el poder suficiente como para rivalizar con mi magia, si alguien puede eres tú.- Siseo el rey loki jugando con desinterés con uno de sus largo y oscuros mechones de pelo mientras leía su libro sentado en el regazo del rey Thor.
-¿Y porque no vas tú?¿No son los tuyos, oh gran rey dragón? -Preguntó el hechicero ofuscado.
-Loki no se moverá de mi lado.- Gruño el rubio rey abrazando de forma posesiva al moreno.
-Esta es mi dulce condena por salvar a mi gente de la extinción y no puedo salir de palacio sin él. -Continúo el moreno como si no estuviera siendo estrujado como peluche de felpa.- Además me debes una...
El hechicero miro al que alguna vez fue su maestro, y salvó su vida aún a costa de su brazo izquierdo, y suspiró sabiéndose derrotado, pues bien sabía que Loki, mejor conocido como rey dragón, pactó la salvación de su especie a cambio de unirse de por vida con el rubio monarca, Thor, el cual cayó pérfidamente enamorado del dragón nada más verlo y era un tanto controlador.
-Está bien, pero si me encuentro con una cría solitaria no pienso quedarmela... -Gruñó recibiendo la sonrisa de todos los monarcas.
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Aquel mercado ilegal llegaba a ser nauseabundo a momentos con el trafico ilegal de diferentes seres e incluso personas, los cuales eran encerrados de forma inhumana en pequeñas y sucias jaulas. Todo el lugar provocaba que el hechicero poco a poco fuera sacando su forma mas fría y animal sin remordimiento alguno. Todos aquellos vendedores no era humanos y no se les daría un trato humano.
Poco a poco lo que era un mar de risas y regateos se convirtió en un paraje de gritos y fría muerte. Los comerciantes y compradores caían asesinados, manchando la ya de por sí negra calle mientras las jaulas se abrían al paso de aquel al que llamaban la muerte en persona.
Se desplazó de forma lenta a sabiendas de que nadie de allí, por mucho que corriese, saldría vivo, después de todo su barrera de muerte estaba puesta y solo los que recibían su marca, como los seres y personas esclavizadas y liberadas por él, sobrevivirían.
Llego a su destino, una enorme y costosa construcción perteneciente a una de las familias mas nobles y ricas del lugar, los Stark.
Al rey Steve se le cayó el alma al suelo al saber que los que estaban tras aquel horrible mercado negro eran sus amigos cercanos, Howard y Maria Stark. Pero no había tiempo para sentimentalismo, con pesar, dio la orden a su amigo hechicero, el cual al investigar las horribles, crueles y turbias acciones de los condenados aceptó sin proferir reclamaciones.
Con calma entró a la mansión aniquilando a todo guerrero, guardia, hechicero y demás gente que se encontraba. as muertes se hicieron mas violentas y crueles tras el terrible hallazgo en el sotanos de los cuerpos sin vida y sin corazón de los dragones capturados. Aunque para su sorpresa el que fuera mayordomo de la casa, Jarvis, le sonrió con lo que parecía agradecimiento señalando la habitación donde estaban sus señores antes de morir.
El hechicero aún un poco impactado entró a la habitación encontrándose a los dueños del lugar muertos sobre la cama, al parecer prefirieron el suicidio antes de la fría muerte dada por el enviado del rey.
Con un suspiro decidió marchar para avisar a sus reyes de la desafortunada muerte de todo los dragones y la merecida aniquilación de todos los vendedores y cabecillas, pero un ruido le hizo retroceder. Con cautela se adentró en la habitación, ignoró los cuerpos desparramados en la cama y siguió el sonido hasta una puerta semiabierta de lo que parecía un vestidor. Al entrar se encontró con la horrible imagen de una cría de dragón totalmente envueltas en cadenas, las cuales a la legua se veía que lo estaban dañando en demasía, y con una especie de mascara de metal que le impedía ver y abrir la boca.
Con presura, el frío hechicero se aproximó quitando la máscara, encontrándose con unos hermosos y grandes ojos marrones cristalizados por las lágrimas de dolor, terror y odio.
-Pobre criatura... -Susurro quitando las cadenas recibiendo un mordisco a cambio.- ¡AUCH! -Gruño el hechicero tomando su mano dañada.- Maldita rata voladora... -rugió encolerizado pero cuando vio el pequeño y magullado cuerpo del dragon temblando mientras cerraba los ojos en espera de un golpe su corazón se estrujó.
Con un suspiro se acercó de nuevo al pequeño ser y comenzó a sanarlo con su magia. El dragón al no recibir daño, es más al sentir como sus heridas sanaban, abrió los ojos algo asustado viendo a aquel desconocido hombre, al que había mordido, sanando sus heridas. Lo miro desconfiado haciendo reír al moreno.
-Tranquilo, no vine a dañarte... -Le dijo con un tono de voz suave.- Me mandaron para salvaros... aunque he llegado tarde... lo siento...
El dragón observó detenidamente al hombre y, verificando la honestidad de sus palabras, se dejo sanar. Una vez todas las heridas cerradas observó al hombre ponerse de pie, por instinto se alejo, pero al ver como daba la vuelta y se marchaba algo en su pequeño corazón se termino de quebrar. Con un pequeño rugido, que más que un rugido parecía un llamado sollozante, corrió hacía el hombre, el cual se detuvo ante tan triste sonido producido por el ser mítico, y se enrollo en su pierna cerrando los ojos por si algún golpe le era propinado.
El hechicero sintió otro tirón en el pecho al ver al pequeño dragoncito aferrado a su pierna con pequeñas lágrimas que al caer se convertían en diamantes. Ahora comprendía por que el pequeño estaba vivo y no tirado en el sótano como sus compañeros. Con un suspiro lo tomo de la parte de atrás del cuello como a un cachorro de lobo y lo colocó en su pecho dándole leves caricias en su escamada cabeza para calmarlo.
-Tranquilo... ya pasó... ya no te harán daño... -Susurro besando o que suponía seria la frente del pequeño.
El dragón abrió sus ojitos para ver aun con estos cristalizados al moreno y este al notar el pesar, la tristeza y la perdida en ellos no pudo dejarlo atrás. Con un suspiro resignado observó mejor a la pequeña cría, sus escamas eran rojas y dorado brillante y en el centro de su pecho había una luz azul, impresionado se dio cuenta de que era el mismísimo corazón de la criatura que brillaba tras unas escamas transparentes. Sin duda era un dragón muy especial.
-Esta bien... ¿Quieres venir conmigo? -Preguntó aun algo dubitativo sin saber que ese seria el inicio de su larga historia.

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Dragonheart (Winteriron)
Fiksi PenggemarDurante milenios los dragones fueron cazados por la falsa (o no tan falsa) creencia de que al tener su corazón se obtendría la longevidad del mismo, pero esto llevo a su rápida desaparición. Los reyes, al ver la desaparición de tan magníficas criatu...