Tony refunfuñaba sentado en lo mas alto de la montaña. ¿La razón? Simple, había discutido con su tonto Buckaroo.
Todo comenzó tras su primera transformación. En un primer momento estar en los brazos del moreno y tener sus adictivos besos era suficiente, pero con el paso de las semanas su cuerpo se calentaba mas y sus instintos le llamaban a hacer algo más, sin embargo el moreno siempre le negaba cualquier acción. Dio un resoplido sin saber que hacer cuando cierto rey dragón vino a su cabeza. Sin pensar muy bien lo que hacía, y más importante, sin avisar a su hechicero personal, tomó su forma dragón y voló a gran velocidad por las extensas comarcas y grandes lagos siguiendo el olor conocido hasta un enorme castillo. Cuando fue descendiendo al hermoso y extenso jardín de aquella construcción, pudo ver a los guardias corriendo histéricos de un lado para otro. Una vez en el suelo esperó pacientemente, aún en su forma dragón, hasta que vio dos figuras conocidas. Al tenerlas delante rápidamente cambió de forma.
-Hola, Tony, veo que te has transformado en un joven muy apuesto. -Comenzó Loki mirando de arriba a abajo al mas pequeño, notando también el breve destello de deseo en los ojos de Thor, lo que le provocó un leve pinchazo de celos, aunque debía admitir que si no fuera por cierto hechicero genocida se lo quedaría él. Seguro a Thor no le molestaría.- ¿A que debemos esta grata visita?
Tony el cuál se había sentido un poco cohibido por las miradas de los monarcas y, agradeciendo a un rubio y coqueto guardia que le había acercado una sabana para cubrir sus desnudez, apretó la suave tela con nerviosismo antes de hablar.
-Yo... Yo quiero hablar con vos... Señor Loki... sobre... Buckaro... -Pronunció aquellas palabras mientras se sonrojaba de sobremanera. Era la primera vez que hablaba con otra persona que no fuera su moreno hechicero.
Para los monarcas la imagen del joven ante ellos era adorable y seductora a momentos, así que Loki, sabiamente (ya que conocía a su estúpido y amado esposo), accedió a su petición y lo guió hasta la biblioteca (su santuario) donde mando traer unos ropajes del tamaño del mas pequeño.
Una vez echado al rubio monarca de la sala. Los dos dragones quedaron en silencio uno sentado en frente del otro, uno buscando las palabras exactas y el otro esperando pacientemente... pero todos sabemos que Loki no tiene mucha paciencia.
-Y bien ¿Qué querías decirme? - Preguntó un tanto exasperado.
-Yo... bueno... es algo que me avergüenza un poco... -Murmuro el castaño un poco cohibido ante la intensa mira esmeralda que esperaba con paciencia su respuesta.- Es sobre Buckaroo.... vera... yo lo amo... es mi alma gemela... y sé que él también me ama... pero... pero... -Fue bajando el tono avergonzado.
-No habéis pasado de besos y abrazos. -Concluyó el monarca con un tono aburrido. Ya se imaginaba algo por el estilo, los instintos de los dragones eran fuertes en la continuación de la especie y de por sí no es fácil avergonzar a un dragón debido a su orgullo. Suspiró un poco resignado al ver el ligero asentimiento del mas joven.- Tranquilo no es nada por lo que avergonzarse. Es normal querer hacer ese tipo de cosas con el ser amado.
-Lo sé... pero... yo creo que Buckaro no me quiere... no al menos de esa forma... -Susurró comenzando a dar pequeños hipido mientras intentaba controlar las lágrimas que delatoras caían al suelo en forma de diamantes.
El rey maldijo en voz baja al idiota de su discípulo y dio un suspiro antes de levantarse y abrazarle con delicadeza. No soportaba ver a los suyos sufrir.
-Ese hechicero cabeza hueca.... -Gruño el monarca antes de dar un largo suspiro.- Debes hablar con él, decirle como te sientes.... y si hace falta dejarlo. Aquí siempre tendrás un hogar.
El castaño se separó aun con los ojos acuosos y asistió aun dubitativo, no sabía si podría vivir sin su Buckaroo.
Finalmente se despidió de la pareja de reyes antes de tomar su forma dragón y volar hacía casa. A diferencia de la ida, la vuelta la hizo lenta, disfrutando del viento, los paisajes y las estrellas mientras reflexionaba sobre lo vivido con James y lo hablado con Loki.
Una vez en la montaña, ya con la noche muy cerrada, fue recibido por el grito de enfado del hechicero que al verlo aterrizar cerca de la casa corrió hasta él.
-¡Maldita sea, Anthony, te dije que avisaras si llegabas tarde! ¿¡Sabes el susto que me has dado!? ¡No, claro que no, el señorito siempre distraído y jugando y yo muerto de preocupación como siempre! -Comenzó con su retahíla de mamá gallina pero al ver al dragón tan callado y sin cambiar de forma se preocupó.- Tony, ¿Que pasa? ¿Ha ocurrido algo?
El escamado finalmente tomo su forma humana, pero esta vez dejando algunos de sus rasgos de dragón como sus uñas, sus alas, su cola, algunas escamas por sus brazos, piernas, cuello y cara y su brillante corazón expuesto por las escamas transparentes en su pecho.
-Dime... Buckaroo... Tu... ¿Tu me amas? -Preguntó sin rodeos mirando directamente a los ojos de un impresionado hechicero, el cual anonadado, no solo por el aspecto del castaño y su pregunta sino también por el inmenso dolor y miedo reflejado en aquellos dorados y sobrenaturales ojos, apenas pudo balbucear una respuesta.
-Claro que te amo... Daría mi vida por ti...
El dragón tuvo una lucha de emociones, felicidad por ser lo mas especial en la vida de su amado y dolor al pensar que era solo un amor filial.
-Pero no me amas como yo a ti... -Concluyó sintiendo las pequeñas piedras caer de sus ojos.- Tu no deseas compartir vida conmigo, no quieres formar una familia... Ahora lo entiendo... -Finalizó cubriendo sus ojos y dando la vuelta con la intención de marcharse, el dolor en su pecho era tan intenso que incluso el brillo en su pecho se atenuó dejando apenas una luz fría y poco brillante. Pero antes de poder salir de allí, una mano fría tomo su muñeca y lo arrastró hacia dentro de la cabaña.
Una vez dentro tras forcejeos y reclamos por parte del castaño, el pequeño dragón fue arrojado al mullido lecho donde fue dominado por el musculoso cuerpo del hechicero.
-¡¿Como te atreves a prejuzgar mis sentimientos!? ¿¡A elegirlos por mi?! -Gritó verdaderamente enfadado provocando una fuerte tormenta de nieve en el exterior y que sus ojos se volvieran fríos, agudos y casi asesinos.- ¡Dimelo, Anthony!
Tony estaba aterrado, estaba inmovilizado no solo por los fuertes brazos del hombre sobre él, si no por la mirada fría y calculadora del moreno. Mirada que distaba mucho de la cálida y cariñosa que siempre recibía. Con terror y reviviendo su infancia cerró lo ojos esperando los golpes mientras todo su cuerpo se sacudía en espasmos de miedo. James al ver a su kotenok así se tranquilizó un poco apoyando su frente en el pecho ajeno mientras aspiraba el suave olor a café y vainilla del otro.
-No quería que me vieras así, pequeño... -Murmuró con suavidad soltando los brazos ajenos para pasar los propios con delicadeza por la cintura de piel morena y algo escamada.- No soy un buen hombre kotenok, no estoy bien, no quiero hacerte daño, por eso te aleje creyendo que mi amor solo te dañaría... Ahora veo que aun así te dañé. Lo siento mucho, mi pequeño príncipe. -Susurró aferrándose a la cintura ajena.
Tony se había tranquilizado un poco tras las dulces palabras del hechicero, aun temblaba un poco, después de todo los traumas seguían ahí, pero tuvo fuerzas como para abrazar de vuelta al contrario.
-Por favor... No me alejes... -Gimoteo con la voz estrangulada por todas las emociones vividas en los últimos minutos.- Yo te amo...
El hechicero levantó su mirada encontrándose con los acuosos iris dorados y asintió acercándose hasta besar los rosados labios del ser mítico de forma lenta y suave, demostrando así todo el amor que sentía.
-Nunca más kotenok.... Nunca más
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Por fin!!! Se me ha atragantado este extra con narices.... lo empecé pensando en algo por- *perritos bonitos* -no, pero al final se me ha quedado en algo romántico/dramático... no se si hacer otro extra más erótico festivo... ¿Que decís vosotros?

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Dragonheart (Winteriron)
FanfictieDurante milenios los dragones fueron cazados por la falsa (o no tan falsa) creencia de que al tener su corazón se obtendría la longevidad del mismo, pero esto llevo a su rápida desaparición. Los reyes, al ver la desaparición de tan magníficas criatu...