Un día estaba yo sentado comiendo tranquilamente y de repente me dí cuenta de que algo no iba bien Pepe se convirtió en lagarto y Pablo en salamandra, ambos se pusieron a pelear, pero de repente vino mi amigo Juan y les clavó una sustancia que les convirtió en un perro y un gato, yo todo extrañado, fui corriendo a la clase de Lengua y resulta que Juana, mi profesora, tenía la cabeza de su gato y su gato tenía la cola de una serpiente azul, salí corriendo y me di cuenta de que todo en mi mundo había cambiado, los buzones eran cortacéspedes las nubes eran lechugas y el suelo era de madera.
Al cabo de 10 minutos, apareció un portal que me arrastró a dentro y estaba allí, sí, era todo real, estaba en el consejo de los Sabios Protectores del Universo, y allí me juzgaron por crímenes contra la realidad, yo dije que no había hecho nada, pero ellos me dijeron que sí, que echarle azúcar a la sal era un crimen tan grande que alteraba la realidad de la línea temporal en la que estabas, dije que si podía hacer una llamada ellos me dieron una llave y una cabina telefónica mágica, entonces llamé a Juan, Julio y Migue y juntos, derrotamos a los sabios, gracias a las manchas de mayonesa y ketchup que tenía Migue en la camiseta, salimos corriendo mediante el portal de salida de emergencia, ya que ninguno teníamos ni idea de cómo funciona un portal C-345 o W-896, y de repente estábamos en una especie de dimensión en la que solo había un tren y unas vías que atravesaban otro portal, el maquinista nos preguntó que de qué dimensión éramos, como no lo sabíamos nos pasó un escáner,
-- Miguel Augusto García Domínguez Santo Tomás de Allisí, dimensión Z-379, dijo el escáner.
-- Julio Lunestesio Martín Fetiche Pérez de Almodoviéner, dimensión Z-379, enunció el escáner.
-- Juanito Cara... Digo Estupefactius Floranius de Fajardia, dimensión Z-379, dijo el escáner.
-- Nicolasius Anquiosicus III Ryzhov Rando de Florquia, dimensión Z-379,1 dijo el escáner.
En ese momento todos nos sorprendimos según el escáner yo era de un vórtice dimensional entre su dimensión y otra, justo ahí todos pensábamos que me habían cambiado la dimensión por alterar la realidad, entonces empujé al maquinista de mientras cogía a Julio, Migue y Juan y los metía para adentro. Cogí el volante del tren y lo mandé a nuestra dimensión corriendo, no fijé lugar y debido a eso fuimos teletransportados a la quincuagésima segunda Luna de Saturno, por suerte el tren tenía un modo de cohete y pudimos llegar a la Tierra, por suerte tenía una velocidad muy alta, allí, ya solo quedaba hacer una cosa, separar la sal y el azúcar. Fuimos corriendo y con un desintegrador de partículas robado de la NA... Digo fabricado humildemente con el sudor de nuestra frente separamos la sal del azúcar y mandamos la dimensión de los sabios al A-000,01, porque me da a mí que les encantan los vórtices dentro de vórtices a aquella gente.
