#3: 1/3: ''Stigma''

73 4 0
                                    

 El concepto de estigma es uno que se puede encontrar tanto en el ámbito religioso como en el social o sociológico. Sea como fuera, la noción de estigma siempre se relaciona con la idea de marcas o huellas que están presentes o en la piel o físico de la persona así como también en su alma, en su emocionalidad, etc. El estigma no es otra cosa que una marca o símbolo que está impreso en la persona y que marca su existencia.

Los estigmas son señales o marcas que aparecen de forma espontánea en el cuerpo de algunas personas, casi siempre místicas extáticas cristianas. Estas heridas son similares a las infligidas sobre Jesús de Nazaret durante su crucifixión según la iconografía cristiana tradicional, y van precedidas y acompañadas de tormentos físicos y morales.​ Suelen aparecer en las manos, pies y costado izquierdo, y a veces también en la cabeza y en las espaldas, lo que recuerda la coronación de espinas y la flagelación de Jesús de Nazaret.

Hablemos de la Envidia. 

  La envidia es aquel sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles.​​ La RAE la ha definido como tristeza o pesar del bien ajeno, o como deseo de algo que no se posee.​  

La persona codiciosa está consumida por la envidia:

"Es cierto que al necio lo mata la ira, Y al codicioso lo consume la envidia."

"No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2 Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán."

"El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos."

"He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu."

No debemos tener envidia de los pecadores:

"No tenga tu corazón envidia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová todo el tiempo;"

"No tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con ellos;"

"No te entremetas con los malignos, Ni tengas envidia de los impíos;"

  Cuenta una fábula que en un día caminaban juntos un envidioso y un codicioso. En eso, divisan una vieja vasija toda cubierta de polvo, tirada a un costado del camino. El envidioso la toma, saca su pañuelo para limpiar el polvo y al frotarla con el pañuelo, ¡oh sorpresa! De la vieja vasija sale un geniecillo y dice: Gracias por haberme liberado de mi prisión. En gratitud por tan noble gesto, les quiero hacer un regalo a los dos. El regalo consistirá en cualquier cosa que Ustedes quieran, pero con una condición. Uno de los dos podrá elegir el regalo, mientras que el otro recibirá una doble porción. El envidioso sabía exactamente lo que más le gustaría tener, pero sabía también que no podría soportar la envidia de ver que el codicioso tenga el doble que él. Por eso esperaba que el codicioso elija el regalo. El codicioso por su parte, también tenía su preferencia en cuanto a lo que le gustaría recibir, pero su codicia le obligaba a tener el doble de lo del envidioso. Por tanto, él también estaba esperando que el envidioso elija el regalo. Así se miraban el uno al otro en silencio por un buen rato. Por fin el envidioso se abalanzó al cuello del codicioso y apretándolo con todas sus fuerzas le dijo: Elige el regalo o te mato. Apenas recuperado el aliento, todo asustado, el codicioso dijo: Está bien, está bien... yo elegiré el regalo. Quiero quedarme ciego de un ojo. Al instante perdió la vista en un ojo, mientras que el envidioso perdió la vista en ambos ojos. La moraleja de esta fábula es que la envidia nunca paga bien a los que la toleran en su corazón.  

𝐿𝒶 𝒸𝒶𝓊𝓈𝒶 𝒹𝑒 𝓃𝓊𝑒𝓈𝓉𝓇𝑜𝓈 𝓅𝑒𝒸𝒶𝒹𝑜𝓈.  [Bts. +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora