33.

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– No puedo creer que Zayn quedase con Gigi.

Niall se encogió de hombros aun tumbado sobre el regazo de Harry.

– No sé por qué te sorprende –murmura como si nada.

El chico de rizos le miró ligeramente cabreado. Entendía que le hubiese dolido, incluso que no quisiese hablar de tema, pero fingir indiferencia no, eso no se lo iba a permitir porque sabía con certeza que eso le iba a doler más.

– Me sorprende porque te quiere a ti.

Niall soltó una risa triste casi sin poder evitarlo.

– No somos nada, Harry. Ni somos ni hemos sido, solo hemos compartido un par de besos.

– Un par de besos y sexo, pero eso es lo que hacen todos los amigos –argumentó Harry, sin despegar su mirada sobre el cuerpo que descansaba sobre él.

Niall cerró los ojos y soltó un pequeño suspiro.

Era cierto, había tenido sexo con Zayn tantas veces y en tantos sitios que era incapaz de recordar todos con certeza. La primera vez fue el mismo día en el que se besaron por primera vez, como se suele decir, una cosa llevó a otra y la tensión sexual y las ganas completaron lo demás. Después de eso el moreno trataba de ir todos los días a verle y, por supuesto, terminaban acostándose. Se dejaban llevar por la pasión de sus besos y el rumbo desenfrenado de sus manos sobre el cuerpo del otro. La mayor parte de las veces todo había ocurrido en algún lugar de la casa del más pequeño, otras veces Zayn reservaba una habitación en cualquier hotel disponible para poder dormir juntos también y otras veces en el coche.

Y ciertamente Niall no se arrepentía de ello. Había disfrutado al máximo cada momento con el moreno, el roce de sus cuerpos desnudos, sus labios y la forma que tenía este de abrazarle por las noches.

Pero solo había sido durante una semana y media, ahora estaba Gigi. La preciosa y simpática Gigi. En otras circunstancias le hubiera gustado conocerla, pero ahora no puede evitar sentir un ligero odio hacia ella.

El timbre resonó por todo el salón y Harry y Niall se miraron con una ceja alzada.

– Ve tú, por favor –susurró acomodándose fuera de las piernas de su mejor amigo, el cual solo asintió.

Harry se levantó y fue decidido a abrir la puerta, encontrándose tras ella el segundo chico con ojos más bonitos que conocía, siempre después de Niall.

– Lou.

El mencionado sonrió.

– ¿Puedo pasar?

El más alto se hizo a un lado para que pudiera pasar, cosa que hizo segundos después.

Niall se incorporó en el sofá al escuchar el chasquido de la puerta al cerrarse y sus ojos se abrieron ampliamente al ver la pequeña y esbelta figura de Louis.

Y entonces comprendió, mientras alternaba su mirada de Harry a Louis y viceversa.

– Bueno, yo voy a, em, ducharme, si eso, voy a ducharme –buscaba una rápida excusa para dejarles solos–. No sabía que habíais quedado, lo siento.

Louis negó con la cabeza y rió.

– He venido a que tengamos un día de chicos, los cuatro, de hecho Liam debía estar aquí ya – murmuró con una sonrisa–. He traído comida y cerveza.

Niall esbozó una sonrisa y sin poder evitarlo pensó en la suerte que tenía de tener unos amigos tan buenos y de que Louis ahora formase parte de su vida.  

stalker »ziallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora