CAPITULO 13

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  La semana había pasado rápido y las chicas seguían con su rutina de encontrarse en algún tiempo libre que tuvieran y afuera dentro de la escuela o en ese pequeño hotel que se había trasformado en su refugio. En su lugar, dónde la misma señora  las seguía recibiendo con una gran sonrisa. Lauren de alguna manera sentía que iban avanzando en esa no-relación, Camila se mostraba más relajada, incluso a tener detalles con ella, a necesitar abrazarla después de haber hecho el amor, porque para la chica de ojos verdes, ni siquiera la primera vez fue sólo sexo, ella la quería y seguir negándolo resultaba absurdo. Pero se controlaba, no quería asustarla, no quería que corriera lejos de ella y perder la única oportunidad que tenía con la latina. 

 Camila iba como cada sábado en la mañana desde que a Reynolds se le había metido en la cabeza que no era suficiente entrenar sólo en la semana, a las prácticas con las porristas. Cuando sonó su despertador, odio a Reynolds y sus estúpidas ideas para arruinar su fin de semana, ¡Que acaso esa mujer no tenía una vida!, la respuesta estaba a la vista, no, no la tenía, por eso se esmeraba en que ninguna de sus porrista tampoco la tuviera.Al abrir los ojos, el primer pensamiento inconsciente que tuvo que intento borrar de inmediato fue Lauren. Eran tantas las veces por semana que dormían algunas horas juntas, que en ocasiones su cuerpo le pedía, ese contacto con la piel de la chica, para poder lograr un sueño más reparador.

 La práctica menos mal no estuvo tan pesada, al parecer Reynolds se había levantado de buen ánimo por lo que con torturarlas medianamente se había conformado. Se dio una ducha, cambiándose a un cómodo jeans que se le ajustaba perfectamente y una camiseta en tonos azules, de manga tres cuartos para poder disfrutar de ya los últimos días de sol que había en Arizona. Caminó hacía su descapotable, como no estaba tan agotada, iría por una cosas que necesitaba al centro comercial. Al salir, le llamó la atención que Ashley fuera caminando hacia la parada de los taxis, eso era extraño, dado que en cada una de las prácticas anteriores Lauren había ido por ella. Le tocó la bocina, y le hizo un gesto para que se acercara a lo que la nueva porrista, por supuesto no se negó.

 -¿Qué pasa?-. Preguntó la castaña-.

 -¿Tu hermana no viene por ti?-. Expresó intentado sonar indiferente, pero lo cierto es que quería saber porque Lauren no estaba ahí, no quería pensar que tuviera planes con su novia por ejemplo-. 

-No, está ocupada, así que hoy me voy en taxi-. Respondió sin quitar esa sonrisa que siempre traía-.

-Entonces sube, yo te llevó-. Le dijo la morena amablemente-. 

-¿En serio?, No te queda algo lejos-. Preguntó amable-.

 -Para nada de hecho vivimos bastante cerca-. Eso la sabía porque Lauren no se demora más de quince minutos en ir a buscarla a su casa, desde la propia-. 

Ashley frunció el ceño sorprendida por la respuesta de su capitana, puesto que no recordaba haberle dado su dirección. Pero al momento tampoco es que fuera tan extraño, Arizona era una ciudad pequeña, prácticamente todos se conocían, sin tomar en consideración el hecho de que su padre con el de Camila eran colegas. Eso debe ser, pensó la pequeña castaña. 

-¿Subes o no?-.Presiono la latina al darse cuenta de lo que su pequeño filtro de información estaba provocando-.

 -Claro, muchas gracias-. Respondió abriendo a puerta del copiloto. 

Pasaron algunos minutos hablando de las porristas y también de lo que se les venía encima referente a las competencias. Camila intentaba infructuosamente conseguir algo de información, porque se había dado cuenta que realmente no es mucho lo que sabía sobre su actual amante y tener a la hermana pequeña, era sin duda una gran oportunidad para averiguar algunas cosas. 

INALCANZABLE CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora