CAPITULO 30

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-Hola... ¿Camila?-. Preguntaba por el teléfono una preocupada rubia-. Pero la latina aún no lograba controlar sus sollozos por lo que emitir alguna palabra se le dificultaba mucho.

-D-Dinah...-.Dijo con un hilo de voz-.

-Camila... ¿Qué sucede?... Me estás preocupando-.

-¿Estás en tu casa?-. Preguntó-.

-Si-.

-Voy para allá-. Le dijo antes de cortar la llamada-. Camila puso en marcha su auto desde la residencia Jauregui. Había logrado controlar su respiración y ya sólo caían algunas lágrimas.

 No sabía exactamente que había sido lo que le afectó más, si que no la viera a los ojos en ningún momento mientras hacían el amor o esas frías palabras finales, cuando la echó de su habitación. Ella, muchas veces había hecho eso. De tener relaciones, para luego tomar su ropa, vestirse e irse o de lo contrario pedirle a la chica de turno que lo hiciera y entre más rápido mejor. Pero con Lauren desde un comienzo fue diferente. Durmieron juntas, abrazadas, eso para Camila resultó incluso más intimo que haber mantenido relaciones sexuales. Por eso la hería tanto, que ahora Lauren la haya utilizado de esa manera. Llegó a la casa de Dinah y no tuvo necesidad de tocar el timbre porque su amiga la esperaba en el umbral de la puerta, con una expresión de preocupación en el rostro.

-Hola-. Saludó desganada la morena-.

-¿Estás bien? No sabes lo preocupada que me tenías-. Expresó Dinah mirándola detalladamente-.

-¿Estás sola?-. Preguntó-.

-Sí, ven pasa, vamos a mi habitación-. Le contestó-. ¿Quieres algo?-.

-Una soda-. Respondió subiendo las escaleras-. La rubia fue a la cocina y en tan sólo unos minutos ya estaba en su habitación. Vio cómo Camila estaba sentada en el borde de la cama con su mirada perdida. Le entregó la soda, la latina la abrió y se la bebió prácticamente de un trago para luego dejar la botella en un costado.

-Me vas a decir ahora que es lo que te pasa...-.Preguntó suavemente la rubia rompiendo ese silencio en el que se había sumido Camila-. Camila no respondió a la pregunta, pareciera que aún estaba cuestionándose si todo aquello de verdad ocurrió o sólo era una horrible pesadilla.

 -Camila-.

-¿Qué?-. Preguntó girándose para mirarla-.

-¿Qué te pasa? No me has dicho el porque me llamaste así, y mírate ahora, parece que un camión te paso por encima-.

-Gracias por tus palabras de aliento, Jane-. Intentó bromear la morena-. Dinah conocía casi a la perfección a Camila, y se daba cuenta que la latina no quería hablar sobre el tema que la aquejaba. No porque no necesitara desahogarse, sino que era tan normal para ella reprimirse los sentimientos que no sabía cómo hacerlo cuando debía ser sincera o mostrarse vulnerable.

-Ya dímelo, sabes que puedes confiar en mí-. La alentó la rubia-.

-Es...es...Lauren-. Susurró muy despacio, tanto que Dinah casi le leyó los labios más que escucharla-.

-¿Discutieron?-. Preguntó-.

-No sé si llamarlo así, no sé que le pasa, ha estado extraña desde la mañana-. Respondió a medias-.

-¿Extraña cómo?-.

-Distante, fría, me rechazó, no me miraba a los ojos, no sé, extraña-. Intentaba explicar al tiempo que se levantaba de la cama para comenzar a caminar de ida y vuelta en un par de metros-.

-¿Sabes cómo me suena eso?-. Preguntó-. Camila se la quedó viendo esperando una respuesta.

-A que Lauren es para ti mucho más que sexo, te importa Camila, te importa tanto que es capaz de hacer que la reina de Stanford estalle en un ataque de histeria porquehoy no la miró lo suficiente-. Explicó con suficiencia la rubia-.

INALCANZABLE CAMREN G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora