TELL ME THAT YOU LOVE ME

Callejón sin salida

— ¡No te quiero volver a ver en mi vida!, ¡eres una traidora! ¡Quisiera odiarte! ¡Te odio por amarte! ¡Largate y nunca regreses!

Esas palabras y muchas más fueron las que habían terminado por romper mi corazón, me sentía como en un callejón sin salida, no podía correr a ningún lado porque en todas partes estaba, estaba dentro de mí, debajo de mi piel, era todo lo que tenía y de repente no estaba y todo por mi culpa.

Hoy era día de la foto escolar, por lo que me reporté enferma, me encontraba en casa de mi madre, quien había decidido no ir a trabajar para cuidar de mí, yo estaba harta de que todos sintieran pena por mí, bueno, todos excepto Beck, el único que me importaba.

Cada veinte minutos recibía una llamada de Cat o de Tori preguntándome si todo iba bien... como si mi respuesta fuera a cambiar de un momento a otro, como si todo mi dolor desapareciera por arte de magia.

Me tiré sobre el sillón de la sala y comencé a hacer zapping en los canales, hasta que vi que mi reality show favorito estaba en la mejor parte...

De repente me acordé que Beck y yo habíamos decidido saltarnos el día de la foto para ver el programa, La voz América era nuestro favorito... No era mi favorito.... Era nuestro y ahora el "nosotros" no existía más.

Suspiré frustrada, incluso la comida me recordaba a él, mi hermano, sus videojuegos, la sala, ¡Todo! ¿y ahora que iba a hacer?

Decidí dormir un rato y escuché como mi madre me llamaba para decirme que tenía que llevar a Paul a casa de un compañerito a jugar, yo ni siquiera le contesté, solamente escuché como se cerraba la puerta detrás de ellos.

Al poco tiempo desperté y quise creer que todo lo ocurrido había sido una terrible pesadilla, pero no era así, todo era real, mi vida me estaba obligando a tomar otro sentido.

En ese momento tocaron la puerta, decidí ignorar a la persona que estuviera afuera, pero luego se volvió más insistente, así que tuve que ir a comprobar que no fuera mi madre, pues olvidaba las llaves a menudo.

— ¡Jade! — exclamó Moose y yo azoté la puerta, pero él la detuvo con su brazo

— Lárgate, no quiero ver a nadie y menos a ti— dije y avancé hacia el interior de la casa, seguida por él

— Jade... entiendo que estés enojada pero...

— ¿¿¿ENOJADA??? ¡ARRUINASTE LO ÚNICO BUENO QUE ME HABÍA PASADO EN LA VIDA! — le grité y empecé a llorar muy fuerte

Su mirada era intensa, era puro sufrimiento, casi tanto como el mío, pero ¿Por qué? Decidí calmarme en ese momento, tenía que averiguar que le pasaba.

— ¿Te hizo algo Beck?

— A parte de casi romperme la cabeza y los dientes, no— me dijo

— ¿Entonces? ¿Qué es lo que te tiene así? — le pregunté con amargura, señalando su cara llena de moretones

— Ya te lo dije, Beck me rompió el labio y me tuvieron que dar tres puntadas en la ceja

— ¡No! Me refiero a tu expresión, es más que dolor físico

— Tú me tienes así, Jade.... Yo creo que.... Te amo

Mi mandíbula cayó al suelo y le miré sorprendida, el gran Moose sin sentimientos estaba enamorado de ¿mi?

— Estas de broma— dije rodando los ojos

— No... eso quisiera

— Moose, ¿Qué te pasa?

— Ya te lo dije

— ¿Desde cuándo? — quise saber, cruzándome de brazos

— Desde que te caíste de esa moto

— ¿Y por eso me dejaste ahí tirada y te largaste? ¡Nunca volví a saber de ti! Vaya manera de demostrar el amor— le dije rodando los ojos

— ¡Tuve miedo! ¿de acuerdo? ¡Yo el gran Moose tuvo miedo de algo! Y no me gustó, pero desde ese momento no pude sacarte de mi cabeza, Jade ¿no lo ves? Tu y yo somos iguales

— No... no lo somos, yo nunca le haría a Beck lo que tú me hiciste a mí, nunca,,,, si yo supera que Beck ama a otra persona lo dejaría ir aun que me partiera el alma

— ¡¡No es verdad!! Tu asesinarías a la que se atreviera a salir con él

— Probablemente... pero si yo supiera que él la ama, me apartaría y se lo he dicho... si amas a Tori, Merdith o cualquier chica, vete con ella, así se lo he dicho— dije con tristeza

— ¿Podrías perdonarme?

— Moose necesito tiempo, tal vez cuando las cosas se calmen, podamos ser amigos— dije

El chico aceptó lo que le dije y se retiró de mi casa, yo me recargué en la puerta y cerré los ojos, no me gustaba está en un callejón sin salida.