|Dolor| Ticci Toby y Tú

Capítulo 9: Diantre

"Fea, esta noche te ves hermosa"

(TN) Pov's

Esto era muy similar a jugar con niños. 

Él era juguetón, infantil e incluso serio. Al referirme a Toby con la palabra "infantil", no pretendía mostrarlo como a alguien que disentía con su edad, sino, como alguien bromista y hasta mal perdedor.

Sus heridas eran profundas, por lo que pensé llevarlo a un doctor. Sin embargo, él no quiso y optó por quedarse conmigo.

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-Deberías mantenerte quieto.- Le dijo ella con notable disgusto. - ¿Cómo puedes moverte con semejantes heridas? ¿Qué no sientes dolor? ¿no quieres recuperarte? - Agregó, con tono maternal.

Él la miró.

-Lo que menos necesito en estos momentos, es una madre. - Respondió él.

El ambiente era cada vez menos tenso. Se notaba, desde lo más lejos, que sus relación había mejorado. Ella por su parte estaba algo confundida por aquel cambio, no obstante, le encantaba estar acompañada de él.

-Dime, ¿cómo te hiciste esas heridas? - Interrogó la chica a la cual la mirada de curiosa no podría pasar desapercibida.

Sus ojos se entrelazaron y al instante el dicho de hace segundos se disolvió de manera repentina: El ambiente se sumergió en desconfianza y no faltó mencionar la palabra "estresante". Toby empezó a notarse nervioso y un tic apareció sorpresivamente. Ella siguió observándolo:

-¿Y? -Añadió.

Toby se mantuvo callado, casi con la mirada baja.

-¿No me dirás?

El silencio reinaba. La boca de Toby aún no había articulado alguna respuesta para ella y, es más, tampoco pensaba en hacerlo. Sus ojos, impregnados sobre el suelo, no dejaban de mostrar un destello de inseguridad. Prontamente (TN) interrumpió.

-Entonces no me dirás.

Ella comprendió que el tema podría no ser de su pertinencia, así que prefirió dejarlo en su privacidad sin no antes bufar por la desconfianza que el otro mostraba. La chica se levantó con un gesto melancólico  y una fuente de plata en manos, donde había colocado todo el material para cuidar al castaño. 

Se dirigió hacia la puerta de la habitación planeando dejarlo solo pero, antes de que lograra tocar el picaporte con las yemas de sus dedos, su contrario empezó a hablar. Ella paró y lo escuchó atentamente, aunque sin devolverle la mirada:

-Eso no debería preocuparte.

(TN) estaba a pocos pasos de desembocar en rabia. No sabía si era su orgullo o el pronto cariño que había nacido en su corazón para su visitante. Pensaba las cosas con bipolaridad: -¿Es que me dice que me preocupo por él? ¿Yo? Puede ser, pero, ¿quién no lo haría si aparece de la nada con semejantes heridas y una gran pérdida de sangre? ¡Diablos! ¿En serio?- Reprochaba iracunda entre sus pensamientos. Ella tragó saliva para calmarse, después suspiró.

-¿Tan sólo era eso? 

-Sí. 

-Bien. 

Su molestia era notable hasta para la persona menos retroflexiva. Nuevamente intentó abrir la puerta, con gran autocontrol a no perderse en su ira.

-No te molestes.  - Agregó Toby, quien la esperaba con un gesto muy compresivo. - De lo contrario yo también lo haré y te mataré aquí mismo, siguiendo por esos mocosos.