Capítulo 15: Aroma

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La vida de (TN) se transformó en una completamente apacible. Aunque la presencia de aquel chico castaño le hacía tanta falta, no dejaba de percibir el ambiente reconfortante que la rodeaba.

Con el tiempo, se había dado cuenta de tantas cosas sobre su vida: Cómo de una manera enteramente extraña, su corazón empezó a pertenecerle a Toby; el mismo que causó tanto caos en su vida, al que juró difícilmente perdonarlo, situándose en un extremo radical que la empujaba a odiarlo con tanta insistencia. Sin embargo, nada acabó como hubiera deseado en esos precisos instantes. Ella estaba totalmente enamorada de él, y así mismo, el parecía estarlo también. Aunque no comprendía varias cosas entorno a él, simplemente le bastaba con saber que también la quería.

De esta forma, trascurrieron dos días en absoluta soledad.

[...]

Narra Toby:

Hoy trabajaríamos en equipo después de un largo tiempo.

El Operador permanecía estático ante mi repentina aparición. Ni siquiera sospechaba un poco. Es así como me dispuse a realizar mi acostumbrado ritual: Molestar a Masky. Aquel pérfido sin duda estaba causándome tantos problemas y ansiedades, que atormentarlo no bastaba. Tenía que sufrir.

Así pues, caminé unos pasos hacia su espalda. Esta mañana el jefe nos encargó asesinar algunos curiosos que ingresaban al bosque – Esto lo molestaba tanto- Y, aprovechando su concentración, decidí comenzar con lo mío:

Masky avanzaba a pasos confiados, ingresando sus cigarrillos intranquilamente a sus labios. La mañana estaba abrazada por sus vapores vomitivos y cada tira de humo que bailaba por los aires se mezclaba con rapidez en lo pulcro del bosque. Podía escuchar los gritos de cada hoja en las ramas de un árbol rogando que se detenga. Ignorando lo que mis oídos percibían, lo golpeé:

-Hey Masky, hey idiota. No sabes cuánto deseo que te ahogues en tu propio humo. Es un asco, hermano -. Comenté.

Sin esperar más, mi receptor gruñó y me dedicó unas tiernas y cálidas palabras:

-Estúpido. Sin duda espero lo mismo de ti. Dios quiera que te ahogues en tus mentiras, imbécil. – Espetó mientras expulsaba un fino humo del interior de su boca. Él continuaba caminando con su ya acostumbrado ritmo, hasta que agregó -: Mentiroso de mierda.

Claro que no iba a permitir que se saliera con las suya. Hoodie, quien caminaba a su costado, no dejaba de bufar con molestia. Nuestras palabras lo aturdían tanto, que prefirió alejarse unos dos metros.

-Ah, es increíble. Ahuyentaste a tu amigo. Realmente eres desagradable. – Me burlé. A veces celaba la relación de Masky y Hoodie. Ellos eran tan unidos que parecían hermanos. De hecho, antes de mi llegada, ellos ya habían establecido una relación filial que no tenía en claro del todo pues se la pasaban golpeándose e insultándose. Eso no es lo que hacía con Lyra, mi hermana.

Entonces, sin previo aviso, el paso de Masky se vio interrumpido.

-Es mejor que te calles, idiota.

El ambiente rápidamente se transformó en uno tenso. Luego de la sentencia de Masky, lo único que podían percibir mis oídos era el aleteo de las aves y una suave brisa que acariciaba las hojas de cada abeto. Él volteó aún con la máscara puesta sobre el rostro. A juzgar, se notaba muy molesto a pesar de mantener el rostro oculto.

-¿A sí? ¿O qué? ¿Intentarás pegarme? – Respondí. Apreté los puños, sabía que estaba llegando a su límite. Tal vez no tomó sus pastillas al despertar.

|Dolor| Ticci Toby y TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora