2 | Negación

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Levi, después de mucho tiempo, salió de su habitación para ir a ver a Hanji a la enfermería. Toda su cabeza daba vueltas pensando en cómo sería el futuro. También sentía rabia con ella por haber sido demasiado imprudente, pero de nada le serviría alejarse debido su coraje contra ella. Eso la destruiría y todo sería peor para ambos.

Al llegar a la enfermería, la encontró poniéndose el uniforme de la legión con ayuda de una enfermera. La mirada de Hanji se iluminó al ver a Levi, debido a que estaba entero, gracias a ella. Después de todo, lo había protegido de ser comido por un titán gracias a un breve momento de descuido por parte de él.

—Cuídela mucho—le dijo la enfermera cuando terminó de ponerle las botas a Hanji—, y como un extra, verifique por favor que se bañe diario.

— ¿Tiene algún problema? —preguntó Hanji mirando con los ojos entrecerrados a la señora, quien respondió con una negación de cabeza—. Así me gusta. Oye, Levi, ¿me llevas a mi habitación? Quiero leer un poco y decirte algo muy importante.

¿Ese algo importante sería lo que ya no existía?

—Erwin quiere verte antes—respondió frío y, después de una mirada confundida de Hanji, salieron de la enfermería.

(...)

Cuando Erwin vio entrar a Hanji a su oficina, no pudo evitar dedicarle una mirada triste, a lo que la mujer respondió con una confundida. ¿Qué le pasa a todos hoy?, pensó ella. Fue a sentarse frente al escritorio para escuchar lo que su Comandante tenía que decirle. Eso la tenía sumamente intrigada, ya que la mirada de Levi en la enfermería le había indicado algo malo, al igual que la de Erwin en ese momento.

—Hanji, ¿cómo te encuentras? —la voz de Erwin iba de acuerdo a su mirada.

—Confundia, Levi y tú tienen una cara que nunca se las había visto, es más triste que nunca.

—Esto es serio.

—Ya lo noté.

—Escúchame con atención, Hanji—la mirada de Erwin ahora lucía más triste que antes—. Tú bebé ya no está.

Hanji dirigió una mirada rápida a su vientre y negó con la cabeza. Su bebé no podía haberse ido.

—Erwin, no es momento para bromas, dijiste que era algo serio—dijo ella con una sonrisa forzada. Quería creer que su hijo y de Levi seguía dentro de ella.

—No es una broma, Hanji. Cuando salvaste a Levi, fuiste golpeada en la cabeza y el titán del que lo protegiste te tomó de la parte inferior del cuerpo y...

El resto de las palabras del Comandante de la Legión de Reconocimiento no fueron escuchadas por Hanji, quien sentía que se moría. Imaginó rápidamente la vida que pudo haber tenido a un lado de su hijo y Levi de no haber ido a esa expedición. ¡Qué estúpida fue! Había negado derechos de tres personas con esa misión, el de Levi a ser padre, el de ella a ser madre y el de su hijo a la vida.

— ¿Guardaron el embrión? —preguntó Hanji cuando Erwin dejó de hablar.

—Sí, se le dará un funeral digno a tu hijo, igual que a cualquier soldado—dijo Erwin a la vez que sacaba una hoja de papel de un cajón de su escritorio—. Sólo necesito que me des un nombre para la lápida.

Hanji se quedó pensando un momento.

—Quería que fuera varón así que, ponle Erwin Ackerman—dijo con tristeza.

El Comandante se sorprendió al escuchar que el hijo de dos de sus mejores elementos se iba a llamar como él. Eso si Hanji no hubiera salido de los muros.

— ¿Por qué mi nombre? —preguntó confundido.

—Quería que fueras su padrino—contestó Hanji a la vez que se levantaba de la silla—. ¿Puedo retirarme?

Erwin asintió mientras una lágrima rodaba por su mejilla. Miró a la Líder de Escuadrón hasta que salió de la oficina cerrando la puerta atrás de sí. Su tristeza se incrementó, porque le alagaba que Levi y Hanji lo escogieron como padrino de su hijo que nunca vivió.

(...)

Cuando Hanji salió de la oficina de Erwin, cerró la puerta y se recargó en ella. No podía creer lo sucedido. Recuperó su posición erguida cuando escuchó unos pasos acercarse por el pasillo. Era Levi. Apretó su puño por la furia que sentía con ella misma por haberle negado el derecho a convertirse en padre.

—Hanji—pronunció él en voz baja—, sé lo que pasó.

Ella agachó la mirada.

—Lo siento—dijo en voz apenas audible debido a que luchaba contra sus impulsos de comenzar a llorar.

—No lo lamentes, tenías un sentido del deber con la humanidad y no pensaste con claridad. Aún con todo lo que pasó, yo sigo queriéndote y confiando en ti.

—Pero, Levi, yo...

Fue interrumpida por un abrazo del hombre de baja estatura. Él sostenía su cuerpo con firmeza, no quería que la científica se librara de sus brazos, quería reconfortarla, hacerle ver que, aunque haya cometido un error, seguiría con ella hasta el final.

—Cierra la boca, Hanji—le ordenó Levi con amabilidad—. A pesar de que hayas cometido un acto imprudente, yo seguiré amándote y, aunque nunca lo haya conocido, también a nuestro hijo.

—Gracias, enano—lágrimas ya comenzaban a rodar por sus mejillas.

—No agradezcas, cuatro ojos.

-.-.-.-.-.-

Hola, espero que les haya gustado esta segunda parte. Ya saben que es lo que le preocupaba a Erwin en el prólogo. La siguiente actualización será el sábado.

Muchas gracias por leer :D

Not in my arms #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora