3 | Aceptación

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El día iba de mal en peor. Había perdido a su hijo y para el colmo, agregándole más tristeza al día, llovió durante el funeral. Después de que se terminó, Hanji se quedó observando la pequeña tumba bajo la lluvia. Levi la vigilaba a unos cuantos metros de distancia. Cuando notó que la científica comenzaba a temblar por el frío, se acercó a ella. Cuando la tuvo en frente, se quitó la capa y la cubrió con ella.

—Vas a enfermarte si no te mueves de aquí—dijo Levi mientras abotonaba la capa de la Legión.

Hanji se quedó callada y con la vista baja. De pronto, sintió la mano de Levi sobre su cabeza.

—Vendremos a ver a Erwin todos los días—dijo tratando de reconfortarla. Ella apoyó la cabeza sobre el hombro de su novio mientras derramaba lágrimas.

— ¡Yo quería tenerlo en mis brazos! —gritó Hanji de forma desgarradora y Levi la abrazó más fuerte que nunca por varios minutos.

—Vamos a darte un baño, no quiero perderte a ti por una neumonía.

(...)

Ya habían pasado varios minutos desde que Hanji había entrado al baño, lo cual preocupó a Levi. Cuando ella se bañaba sola tardaba máximo cinco minutos. Ahora llevaba más de media hora. El azabache entró al baño y la encontró sentada en el suelo bajo la regadera, abrazando sus rodillas contra su pecho.

Su corazón se encogió y sin importarle que traía el uniforme militar puesto, fue a sentarse a su lado, provocando que Hanji lo mirara confundida.

—Te estás mojando—dijo ella en un susurro.

—No me interesa mientras esté contigo—dijo él mientras se juntaba más a Hanji—. Me preocupé porque no terminabas de bañarte.

—El agua me tranquiliza y se confunde con mis lágrimas por haber matado a Erwin—ella recargó su cabeza en el hombro de Levi y lloró más desconsoladamente. Él levantó su mano y acarició el cabello empapado de su amada.

—Al menos estás limpia—a pesar de la tristeza que sentía, Hanji esbozó una pequeña sonrisa por el comentario de Levi.

—Gracias por tratar de hacerme sentir mejor, enano.

—Te propongo algo, Hanji.

Ella se irguió y lo miró atenta. Le intrigaba saber que quería proponerle Levi en un momento tan triste como el que estaban viviendo.

—Casémonos y tengamos hijos cuando todo termine.

La castaña abrió mucho los ojos y después, depositó un tierno beso en los labios del soldado.

—Claro que sí—dijo ella feliz—, aunque después de esto, dudé que volvieras a confiar en mí.

—Siempre lo haré y, cuando tengamos más hijos, les hablaremos sobre las alas de la libertad que los protegen y también a nosotros.

— ¿Las de Erwin? —dijo Hanji con más lágrimas en los ojos.

—Así es, cuatro ojos. Él ya está cuidando de que los titanes no nos coman porque nos ama a pesar de que no pudo estar en nuestros brazos.

—Tienes razón, Levi.

—Los amo a ambos—el azabache besó los labios de la científica.

—Yo también.

-.-.-.-.-.-

Hola a todos, espero que les haya gustado el capítulo final de esta historia corta, pero aún no eliminen la historia de su biblioteca, que falta el epílogo, que será publicado el lunes. Nos vemos hasta ese día, gracias por leer, espero que les esté gustando mi pequeña historia triste LeviHan :3

Not in my arms #wattys2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora