(Original: 5 junio del 2018)
24 de Agosto del 2015
Adrianna es una chica de casi 12 años que acababa de ingresar al primer año de secundaria. Aunque estaba disgustada porque no le había tocado en el grupo en el que ella deseaba estar, estaba muy contenta por iniciar una nueva etapa, en la que le prometían muchas personas, que sería de las mejores e inolvidables en la vida. Eran las 6 de la mañana y ella ya estaba despierta, estaba sumamente emocionada por ir a lo que será su escuela por los próximos tres años; rápidamente se viste con su nuevo uniforme y acto seguido se dirige a la cocina para ver qué había preparado su soñolienta madre para desayunar.
Adri. —¡Mamá! ¿Qué preparaste el día de hoy?
Madre de Adri. —Ya ni das los buenos días, ¿verdad?, Hay huevo frito con pan tostado, en el refrigerador está el jugo de naranja, ¿Lo podrías sacar de ahí, mi cielo?
La niña se toma su tiempo para alimentarse para iniciar lo mejor posible la secundaria. Sabía que vería muchas caras nuevas y una que otra conocida, lo que significaría que tendrá que hacer nuevos amigos. También está algo nostálgica: sabe que ya no verá tan seguido a su única amiga de la primaria, Eva; puesto que ella se mudaría a una ciudad un tanto cercana de dónde ella vive, pero no se desanima, sabe que ella estará bien ahora.
Termina de arreglarse frente al espejo y 20 minutos antes de las 7 de la mañana ya está lista con sus útiles escolares dentro de su mochila nueva para irse. Su mamá insiste en ir a llevarla en su auto, aunque la escuela no queda muy lejos de la casa como para necesariamente usarlo, pero Adri accede a ello; es entonces que, a eso de las 7:10 de la mañana ya están en la escuela. Ella suponía que muchos padres de familia harían lo mismo que su madre, y sabía que tenía razón, se demoraron poco menos de 5 minutos para encontrar dónde estacionar el vehículo, a un par de calles de las instalaciones de la secundaria.
Al llegar, es notorio quiénes son los alumnos de nuevo ingreso. Muchos no llevan el uniforme reglamentario, pero los perfectos lo pasan, es primer día de clases, no todos los chicos de primer año tienen las facilidades de tener listo el atuendo antes de comenzar el nuevo ciclo escolar. Es igual de notorio el caos que hay en la entrada, muchos alumnos y padres de familia un poco desconcertados por no saber qué hacer ante tanta multitud. Al fondo se escucha la voz del director, intentando poner un poco de orden mediante el uso de su micrófono.
Poco después de las 7 de la mañana con 20 minutos, se escucha el timbre de entrada a la jornada escolar. Los estudiantes de segundo y tercer año ya saben con un poco más de certeza en dónde formarse para dar inicio el acto cívico. La escolta espera pacientemente formados a un costado del pequeño escenario que está frente a los salones administrativos de la escuela, todo es cómo lo habían visto los aproximadamente 165 chicos hace poco menos de 2 meses al venir para aplicar el examen de asignación a los 4 grupos: A, B, C y D. Esos mismos 165 jovencitos se aglomeran en sus respectivos grupos al escucharlos de los perfectos. Pasados algunos minutos ya todos están en su respectivo lugar.
Toma el micrófono el maestro Director para iniciar los honores a la bandera. Al terminar, da el discurso de bienvenida al año escolar, y como es costumbre de cada año, presenta al personal de la escuela. Faltan 5 minutos para las 8 de la mañana y ordenadamente los grupos pasan a sus respectivos salones recién pintados. El grupo de 1º C ingresa en silencio y cada uno de los 39 alumnos toma el lugar de su preferencia; Adri no quiere sentarse al frente o hasta atrás de su nuevo salón de clases, toma asiento cerca del centro del lugar.
Ella observa a su alrededor y efectivamente, había nuevos rostros, unos cuantos conocidos y otros pocos que eran sus compañeros en la primaria. Toma su mochila y saca el cuaderno de ahí junto con un bolígrafo azul, para esperar pacientemente al profesor o profesora correspondiente a los escasos 15 minutos que quedan del primer módulo.
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Estúpido Amor! (En re-edición)
أدب المراهقينAdri, como toda adolescente, ha sufrido muchos cambios y vivido muchas experiencias, las cuales hacen que madure como persona y al fin comprenda que el amor no es cosa sencilla. Acompañala a lo largo de su travesía...