Epílogo

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Rachel Jones

Subo la escalera metálica que me lleva al avión. Parece mucho más frágil de lo que debería, y se tambalea ligeramente mientras los pasajeros vamos avanzando, lenta pero inexorablemente. Cómo odio este tipo de escaleras, cada vez que piso un escalón pienso que se vendrá abajo. Al menos no llevo el lastre de la maleta, como otros pasajeros.

Tras la típica cola que se forma por la lentitud de la gente, por fin subo al avión. Suelto un suspiro de alivio cuando piso el suelo firme, y una de las azafatas me sonríe comprensiva.

- Esas escaleras son el demonio.-dice, y yo le sonrío.- ¿Cuál es su asiento?

- Fila 29, A.- sí, tengo ventanilla. He tenido que pagar aún más por ella, pero ha merecido la pena. Es como una tradición para mí; en absolutamente todos mis vuelos he estado al lado de la ventana, contemplando cómo el suelo se iba alejando más y más, hasta que las incluso las ciudades más grandes parecían construcciones de Lego. 

- La penúltima, a su derecha.-me indica. Avanzo torpemente, esquivando a las personas que están colocando sus maletas, hablando entre ellas o simplemente estirando las piernas en el pasillo. Cuando, finalmente, alcanzo mi sitio, prácticamente me tiro sobre él. Me coloco los auriculares y acciono mi playlist. Goodbye de 2ne1 comienza a sonar, y me permito pensar en lo que ha sucedido desde que Scott y yo desvelamos las identidades de los asesinos de Emily Lee.

Es increíble cómo vuela el tiempo: se han cumplido cinco meses desde que resolvimos el caso. Cinco meses de miradas curiosas por la calle, de periodistas pegando a nuestras puertas, de seguir el juicio por televisión. Aunque todo eso se ha acabado. El juicio concluyó ayer, y el anuncio de las sentencias fue el evento del día. Doce años de prisión para David Brooks por asesinato en primer grado y dos años y medio de cárcel para Eleanor Parks por tráfico de drogas menores. 

Sí, Eleanor consiguió evadirse de la acusación por asesinato. Lo único que hubiese asegurado su condena habría sido la confesión de David Brooks, pero él sólo se señaló a sí mismo como mente y ejecutor del plan. 

Este caso se ha convertido en un escándalo nacional, no sólo por la muerte de la hija de una familia importante, sino porque Eleanor, antes acudir a la reunión donde le descubrimos, preparó una sorpresa. Publicó los nombres de todos sus ''clientes'', y algunos de ellos eran muy... inesperados. Entre ellos estaban algunos hombres importantes, como el señor Mills -el tío de Lara y jefe de la compañía donde trabajaba Emily Lee- e incluso como mi superior George. 

Esa fue la sorpresa del día en la ciudad, y otro escándalo. George tuvo que ser retirado temporalmente de su cargo mientras lo investigaban. No le han echado pero, tras pagar la multa que se les puso a todos los ''clientes'', decidió jubilarse anticipadamente. Hace dos semanas vino a despedirse; él y su mujer se mudaban. Me confesó que no podía vivir en una ciudad donde todos le miraban y susurraban a su paso; también necesitaba tiempo y espacio para reparar su matrimonio dañado.

Este caso ha afectado a mucha gente. Fred González ingresó en la cárcel días antes de que el juicio por el asesinato de Emily comenzara. Fui a visitarle hace cinco días; estaba más delgado y pálido, pero no le veía del todo mal. Le trataban bien y de momento nadie se había metido con él. Me contó que, si tiene buena conducta, es posible que salga en menos de dos años. Mientras está en prisión, asiste a la rehabilitación. Me aseguró que, cuando salga, será un hombre nuevo, y yo creo en él.

Hugo apenas tuvo implicación en el caso, pero la muerte de Emily le ha afectado. Ahora vive en un pequeño pueblo en el norte del país. Según me contó Fred, está trabajando en su nuevo libro mientras estudia idiomas. En ocasiones va al psicólogo; el fantasma de su amiga le persigue.

Matty Brush sigue trabajando en el laboratorio. La muerte de Emily le afectó profundamente, aunque no lo mostrara. Una noche, vino a mí y se desmoronó en mi sofá. Aun así, no se ha marchado, quiere continuar con su vida. Le costará, pero sé que lo hará.

Y, en cuanto a Scott y a mí... Nos ha ido bastante bien. Scott se ha comprado una casa aquí y es un candidato para ocupar el puesto de George. En unos meses, cuando el otoño comience, se casará con Andrea, su prometida, y ambos vendrán a vivir a la ciudad. Me han invitado a su boda, y por supuesto asistiré. Le debo mucho a Scott, y él y yo hemos forjado una bonita amistad que espero que no se debilite con la distancia. 

Sí, con la distancia. Este caso ha hecho que mi nombre suene en varios países del mundo. He recibido varias ofertas de trabajo, la mayoría sobre investigar infidelidades, pero una de ellas ha llamado mi atención. Así que ahora estoy montada en un avión que me llevará a Málaga, España, donde me espera un coche que me llevará a la residencia de mi nueva jefa. 

Apenas presto atención cuando las azafatas hacen la demostración que ya me sé de memoria. Sigo con los auriculares, y espero mientras el avión coge velocidad. Y entonces se eleva, y mi estómago da una pequeña voltereta. Amo esta sensación, esa pequeña descarga de adrenalina. Y amo el cielo, infinito, claro. Las nubes son lo único que parece sólido ahí fuera. 

Sólo cuando dejo de admirar el paisaje tras mi ventana me doy cuenta de que Goodbye se ha acabado hace rato. La vuelvo a poner, esta vez en bucle, y trato de no pensar en lo que viene, que ya tendré tiempo. Pienso en el ahora, en mí, en este avión y en todas las personas que lleva, en cómo fueron sus vidas y en cómo serán mañana, en sus historias y en si se arrepentirán de marcharse o sólo se van para volver.

Mira hacia delante, Rachel. Atrás todo está resuelto. Delante te espera una nueva aventura, un nuevo caso y, quizás... Una nueva historia.

FIN

Y aquí acaba ''El asesinato de Emily Lee''

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Y aquí acaba ''El asesinato de Emily Lee''. Aquí concluye el trabajo de meses de escritura, de crear este mundo, de esbozar a los personajes e incluso, sí, incluso encariñarme con ellos. Muchísimas gracias a todas las personas que han leído, comentado, votado, pensado, imaginado -y todo lo que acabe en ado- con mi historia. Ha sido un honor y un placer el poder haber terminado esta (no quiero llamarla novela, porque no llega a eso, pero lo haré) novela, y que la hayáis sentido. Da igual si os gustó o la odiasteis, yo ya soy feliz con que penséis en ella. Me habéis hecho muy feliz. Gracias por todo.

Y no, no he elegido Goodbye por casualidad. ''Hasta el día que nos volvamos a encontrar de nuevo...

Adiós.''

A.P

El asesinato de Emily LeeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora