¡También tengo sentimientos!

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-Este capitulo fue difícil de escribir.¡ Bueno! espero que lo disfruten y voten! xd esto ya parece YouTube. y APROBECHO PARA decir que lamento lo que paso con Guatemala. Y espero que si ustedes pueden ayudar a dar víveres , los den. ¡Gracias!-


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-Nos vemos Marta - Dije despidiéndome de mi amiga. Habíamos pasado todo el camino de regreso en silencio. Ninguna de las dos estaba de humor como para hablar.

-Nos vemos Jade- Dijo Marta dándome un beso en el cachete a modo de despedida.

Comencé a bajar las lindas escaleras que daban al jardín de enfrente de la casa de Marta. Era muy linda. Me refiero a la casa. Bueno, no tan linda como la mía pero linda. Era una casa blanca de dos niveles. Con un techo de madera de cedro. Habían unos pedestales que le daban un toque elegante a la estructura junto a las puertas que eran echas de ébano -Un tipo de madera obscura-. El jardín de enfrente era grande y espacioso. Tenía un camino de piedras que comenzaban desde el final de las escaleras hasta la pequeña baranda blanca que protegía el jardín de animales y personas. Aunque cualquiera podría saltarla. El césped era verde y brillante. Habían varios arbustos y una banca blanca adornándolo. Tenía unos tipos de faroles en miniatura que se prendían en la noche haciéndola ver aún más bonita. Era tranquilizador estar ahí.

Salí de la casa de Marta y comencé a caminar a paso lento. Con la vista fija en el suelo. No sabía muy bien porque tenía ese repentino sentimiento de querer saber más acerca de la vida de Elián. ¿Quiénes era sus padres? ¿Por qué actuaba de una manera tan rara? ¿Era extranjero? ¿Por qué el origen de aquel nombre tan raro? Me molestaba no poder de dejar en pensar en él. No era tan importante como para tener espacio en mi cabeza. Además, era un pobretón, y no había nada que hacer para cambiar eso.

Me detuve al final de la acera esperando a que el semáforo se pusiera en rojo. No quería repetir lo de la vez pasada. Un corriente de viento hizo que cerrara mis ojos al momento que mi cabello se agitaba con el viento. En ese momento logre percibir un leve olor a canela, amaba el olor a canela. Es dulce y tranquilizador, me hace sentir en paz. Cuando la ráfaga de viento paro y mi cabello regreso a su posición normal abrí los ojos y comencé a olfatear en busca del lugar donde provenía aquel dulce olor. Era el paraguas de Elián. Era cierto. Ya había sentido ese olor cuando nos conocimos por primera vez, pero no le di mucha importancia.

Cuando el semáforo dio rojo comencé a avanzar, disfrutando de aquel placentero olor cuanto pudiera. No quería perder aquel sentimiento.

Llegue a mi casa y me percate que el carro de papá no estaba. ¿Había salido? Toque la puerta y cerré el paraguas.

-¡Jaadeee! - Grito con alivio mi madre al verme aparecer detrás de esas puertas caoba. -¡trate de llamarte pero no eh podido! Papá se fue a buscarte al colegio pero me ha llamado avisándome que no podia pasar ya que habían parado el paso por la desbordación del rio no sé qué.

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