Una amistad como la nuestra.

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-Siento la demora. Ya había escrito el capitulo pero sin querer lo bore y me enoje -_-. Y lo abandone pero bueno. Aquí la siguiente parte-


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Estaba tan placenteramente dormida que no me había dado cuenta que mi despertador vibraba. Bufe mientras me estiraba y lo paraba. Joder. Se me había olvidado apagarlo. Siempre aprovechaba los sábados para dormir hasta que mi cuerpo decidiera levantarse. Baje de la cama y me di cuenta que el dolor se había ido. Gracias a Dios.

-¿Pero qué mierda te ha pasado? - Di un saltito para atrás sorprendida. Estaba medio dormida y ya me estaban asustando.

Levante la vista y ahí estaba mi hermano. Estaba recostado en la puerta, con la carta que le había dejado. Me ruborice un poco y vi hacia otro lado.

-Me eh caído cuando estaba corriendo por las escaleras.-Le dije como si aquello no me importaba.

-Mamá dice que te bañes y bajes a comer.-Dijo Neethan saliendo de mi habitación, sonriendo.

-¡Hey! ¿No se te olvida algo? - Le pregunte antes que saliera de mi cuarto. Él también debía disculparse.

-No que yo recuerde - Dijo obviamente sabiendo a le que yo me refería se fue. Así nada más. Es que es menso. Pero bueno, por lo menos me libre de ese sentimiento que tenía en el pecho. Al menos ya me hablaba.

Camine hasta mi baño personal y me vi ante el espejo. Aun tenía las curitas que Elián me había puesto. Me las quite con cuidado y las tire. Me desvestí y al llegar a la media negra, quite el vendaje y lo deje encima de mi lavamanos. Me metí a la ducha y tome un encantador y relajador baño.

Salí unos minutos más tarde, fresca y en paz. Me seque. Me cambie con un conjunto casual para estar en casa y me maquille las heridas - ya que se notaban un poco. Salí de mi cuarto en mis botas para estar en casa y camine por el pasillo. No sé porque lo sentía tan diferente a como lo era antes. Baje las escaleras y llegue al comedor.

-Por fin llegas - Dijo mamá que ya estaba sentada.

-Me eh quedado dormida - Le dije viéndole. Pero mi vista se desvió a Lucí, la cual estaba sirviéndoles a mis hermanos. En silencio.

-Lucí - dije llamándola y vi que la pobre se asustó un poco y levanto la cabeza rápidamente.

-¿Si señorita?- Pregunto nerviosa. ¿Me tenía miedo? Joder. No quería que me tuviera miedo.

- Lo siento - Dije sin más y me senté a comer. Vi como daba una sonrisa y asentía. Yo también sonreí. Mis padres y mis hermanos me miraban como si hubieran visto a un fantasma.

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