Carta tras Carta (ThorKi)

Parte 1

Loki, un muchacho solitario, dejó de asistir al colegio debido al fuerte trauma que le provocó la repentina muerte de sus padres. Comenzó a encerrarse en su hogar, ya no salía a las calles, no socialisaba con nadie, él simplemente quería estar solo, sin que nadie le molestara. La mayoría de personas que lo conocían, empezaron a darlo por muerto o desaparecido, absolutamente nadie sabía ya sobre Loki.

Un día como cualquier otro, se encontraba el pelinegro sentado junto a la chimenea mientras leía un libro de fantasía. De pronto, notó que una carta cayó por el pequeño buzón que estaba en la puerta. Curioso y a la vez algo extrañado, se levantó de su lugar y se acercó hasta la puerta para tomar aquella carta. Al principio no le tomó mucha atención, ya que pensó que sería alguna equivocación o algo asi, pero la curiosidad comenzó a ganarle y la abrió.

Querido Loki...
Probablemente tú no me recuerdes,
pero yo si me acuerdo mucho de ti
cada momento.
Tal vez ésto sea un poco repentino,
pero desde que comenzaste a faltar al
colegio he estado pensando en si enviarte
ésta carta o no.
Sólo quería decirte que siento mucho lo
que ha pasado con tus padres, solamente
espero también que tú te encuentres
en buenas condiciones.
Tal vez leas ésta carta, tal vez no,
pero no perdía nada con intentarlo, y tenía
la esperanza de que lo hicieras.
Quisiera saber de ti en algún momento,
espero que lo puedas pensar y que
decidas salir de tu hogar, pues a pesar de
que no nos hablamos mucho en el
colegio, quiero saber tantas cosas sobre
ti que, desgraciadamente no se me dió la
oportunidad de preguntártelo cuando
pude. Sé lo que estarás pensando, es raro
que alguién que conocías muy poco esté
enviándote cartas, no pude evitar hacerlo,
ya que posiblemente sea una de las
pocas o el único que se ha acordado de ti.
Siento mucho haberte quitado el tiempo,
pero la curiosidad y las ganas de
hablarte me han ganado.
Espero una posible respuesta de tu parte.

Atte: Thor

Se sentía extraño, nunca había recibido una carta, ni mucho menos de una persona de la cual recordaba muy poco. Debía admitir que le daba curiosidad saber quién era ese chico que hace poco le había enviado la carta. Pero no quería salir, se quedaría esperando y pensando en si responder o no a aquella carta.