Carta tras Carta (ThorKi)

Parte 2

A la mañana siguiente, Loki se sentó en su cama para revisar su celular con algunas fotos que había tomado en el colegio tiempo atras, con sus compañeros de clase y con sus amigos, pero no lograba recordar muy bien a ese tal Thor que le había enviado esa carta el día anterior. Miró por la ventana y logró ver a un chico rubio parado frente a su puerta, el pelinegro ser quedó mirándolo unos segundos hasta que aquel chico se marchó. Bajó las escaleras y se dirigió hacia la puerta, pensó en si debería abrirla para saber quién era, pero al final se retractó y sólo recogió la carta que había dejado.

Querido Loki...
Sólo quiero decir, además de todo
aquello que ayer te dije, que desde hace
ya bastante tiempo he querido hacerte
especificamente una pregunta.
pero posiblemente hoy no sea el día
indicado para hacerlo.
Por ahora, simplemente te haré recordar
algunas cosas, que puede que tú
hayas olvidado en éste tiempo, tal vez
te acuerdes.
Si es que a ti no te molesta, quisiera hacerlo
de una manera que a muchas
personas ya les parece una manera
muy a la antigua, sin duda yo aún tengo
la esperanza de que así podré lograrlo.
Siempre quise
hacerlo, sincertamente, pero
nunca se me ocurrió hacerlo hasta ahora.
Por que nunca se me dió la
oportunidad de hacerlo cuando aún podía
verte en la escuela, me disculpo por eso...
De seguro estarás pensando "pero qué
ridicules!"

Al pelinegro se le escapó una pequeña sonrisa al leer lo que estaba ahí escrito, pero aún no lograba entender por qué estaba enviándole esa carta, ni mucho menos entendía por qué quería hacer que Loki lo recordara. No sabía qué proposito tenía, y a qué se refería con "una manera muy a la antigua" no sabía qué quería decir, pero aún así decidió seguir leyendo.

Eres para mi una persona muy
especial, sé que crees que ésto es raro,
pero para mi es lo más normal y lo más
común.
Tel vez no has pensado en alguna
respuesta a lo que te dije en la carta
anterior, no importa, puedo seguir
esperando.
Espero que con ésto pueda hacer
un poco para que lo hagas.

Recuerdas la vez que llegaste por
primera vez al colegio? Yo te enseñé toda
la escuela por dentro y fuera, te veías algo
timido, y ése leve sonrojo en tu rostro
te hacía ver muy lindo.

De la nada, el pelinegro se puso serio, probablemente recordaba la vez que aquel chico le mostró el edificio, pero por culpa de los nervios, no pudo ver su rostro.