Para evitar ser un demonio...

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Al despertar de ese sueño me di cuenta de lo grave que era mi vida. No era mi culpa el ser como era, mis padres y mis familiares escogieron mi camino, al decir que yo era alguien sin sentimientos por el simple hecho de nacer sin llorar, y a mi como apenas un niño no me tocó nada mas que aceptarlo y creérmelo.

Es decepcionante saber que en el ajedrez de otra persona los demás son las piezas que mueve a su gusto y antojo. Pero eso es algo que una sola persona pueda cambiar.

Al despertar solo quería ver a mis padres para reclamarles,ellos siempre se asustaban cuando yo hacia algo fuera de lo común, pero eso " fuera de lo común" fue algo que ellos implantaron en mi. Pero no solo ellos, mi tío movió a los peones y les hizo creer eso y luego ellos me lo hicieron creer a mi, pero a mi tío alguien se lo tuvo que hacer creer que un niño que nace sin llorar es igual a un "demonio". Todo en esta vida tiene sus efectos en cadena, por eso es mejor pensar muy bien lo que queremos decir.

A mis padres les faltaban unos días para venir, pero en mi interior solo lograba sentir rabia de que en 14 años de mi vida me hicieran creerme algo que en realidad no soy, el creerme algo solo porque alguien mas lo dijo.

Aun no había clases, pero todo el día me la pasé en mi casa, repitiéndome a mi mismo "¿Quien soy en realidad?" Pues ahora que sé que es mi decisión, y lo que decidí ser era algo que los demás no impusieron en mi.

Después de ese día de tanta rabia y enojo llegó la noche, solo esperaba saber que otra cosa sobre mi podía darme cuenta. Pero esa noche nada pasó. Al día siguiente igual, solo pasé en mi casa esperando todo el día hasta que la noche llegara, pero igualmente nada pasó. Y así pasé por 5 días, queriendo saber algo, pero no soñaba nada, los sueños esos siempre me llegaban en momentos inesperados.

Al 6to día, en el que ya había perdido las esperanzas de que volvería a soñar algo, pasó. En la noche me quedé dormido sin pensar en ningún problema, sin pensar en absolutamente nada. Pero otro sueño vino a mi.

Esta vez era solo un mundo negro, no había nada mas que ese lúgubre color como el que se veía en uno de los pétalos de la pulsera de flores después de haber experimentado mi propia muerte.

–Llegas tarde– escuché una voz.

Me voltee y lo vi, era alguien físicamente idéntico a mi, pero al mismo tiempo se sentía tan diferente. En su cuerpo emanaban llamas de fuego de color azul y morado, en sus ojos no se veía luz, pero lo mas sorprendente es que en su espalda llevaba las alas de un ángel iluminadas por seres parecidos a los de aquel bello mar de estrellas. Aquel ser se acercaba mas a mi así que decidí por fin hablarle:
–Yo– y ahora ¿Tú quien eres?.–
–No es mas que obvio– me dijo sin expresar nada en su rostro.
–Yo– Creo quien no, si fuera obvio creo que si sabría quien eres.
–Veo que has cambiado mucho– me respondió
–Yo– Simplemente decidí ya no ser mas el peón de nadie, ni siquiera el de mi familia.
–Veo también que sigues con tus errores.–
–Yo– No entiendo a que te refieres.–
–Que tal si para demostrar tu error hacemos lo siguiente.–

De pronto fuego empezó a salir del suelo que al apagarse mostraron una mesa y en ella un tablero de ajedrez.
–¿Jugamos?.– me dijo el ser
–Yo– Está bien, le respondí.

Aparecieron dos sillas y ambos empezamos una partida. Empezábamos a mover las piezas una a una, empezando desde los peones que siempre son los primeros en caer, los alfiles que se mueven hacia los costados, las torres que son las encargadas de proteger en linea recta, los caballos que pueden ponerse al frente de cualquier caballería y la reina que es la mas libre y la encargada de siempre proteger al rey. Pero como en todo juego de ajedrez, el rey es una de las piezas que menos se mueve, pero un paso en falso y el rey cae lo que significa que pierdes.

¿Como escapar de un juego de ajedrez cruel?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora