c i n c o

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Escaleras. Y más escaleras.

Más que un edificio aquello parecía un maldito laberinto, ya llevaba diez minutos bajando peldaño a peldaño aquellos fatídicos escalones en forma de caracol; pero algo me decía que aún no había bajado ni la mitad.

Seguía descendiendo, mirando a la paredes mientras resoplaba y  me metía las manos en los bolsillos de los pantalones. Las paredes eran grises, y cada más o menos diez metros había una grán W roja plasmada en la pared. Ya me había quedado claro de que todo lo que tuviera aquel símbolo pertenecía a Wild, no hacía falta que estuviera hasta en las puñeteras paredes para quien estuviera allí lo supiese.

Llegué al último peldaño por fin y me estiré tanto como pude, chascando los dedos cuando mis brazos llegaron a lo más alto que pudieron. Suspiré, soltando un pequeño bostezo y miré hacia los lados en  busca de aquel chico que me había descrito aquel tío que se hacía llamar jefe. Pero no veía nada, literalmente el pasillo al que llegué estaba vacío. Me llevé los dedos índice y pulgar derechos al puente de la nariz, preguntándome si realmente había ido por el sitio correcto y no me había confundido. Iba a soltar un alarido de rabia cuando escuché unos pasos que se iban acercando a mí, y acto seguido pude oír una voz que se hacía conocida.

  —Eh, deberías haberlo visto— musitó la voz que me resultaba familiar. Por acto reflejo, me escondí tras la pared opuesta al lugar del que provenían los pasos. — . En serio, esos dos tíos eran enormes y-

  — Ya, ya. Esos dos tíos eran enormes y el pelirrosa se los cargó sin pensárselo dos veces, ¿no?—Intervino repentinamente una voz diferente. Abrí los ojos tanto que creí que se me iban a salir en cualquier momento, estaba claro que estaban hablando de mí. Cerré los ojos y apreté el puño con fuerza, conteniéndome de no salir delante de aquellos dos mocosos. — Me sé la frase la de memoria, Baekhyun.— Se le escuchó carcajear.

  — ¡Cierra el pico!— se escuchó un estruendo. Alcé las cejas y me asomé por el borde de la pared, buscando con la mirada al causante de aquel ruido que hizo retumbar hasta el suelo. El chico al que había salvado el cuello, ese tal Baekhyun, se encontraba tapando la boca al otro que estaba hablando. Entrecerré los ojos un poco para enfocar la vista y pude fijarme en que el que producía la otra voz era un chico de estatura media, algo más alto que el castaño. Tenía el pelo marrón claro con relfejos azules, algo ondulado y usaba unas gafas de montura fina y dorada, algo grandes para lo rasgados que eran sus ojos. Vestía un uniforme exactamente al mío pero en color azul.

— ¡Oye! ¡Que me haces daño, memo!— gritó el del pelo ondulado, zafándose de su agarre.

— ¡¡Shhh!! ¡Que al final se va a enterar el jefe y me va a matar!— Intentó susurrar Baekhyun. Digo intentar porque más bien fue un grito ahogado.

— No creo que haya colado desde un principio que tu hayas matado de esa forma tan precisa a esos dos tipos, amigo.— rió, colocándose la chaqueta hacia abajo.

— Ya, pero era lo único que podía hacer. Si no metía esa trola, no le hubieran dejado entrar y se habría muerto de hambre y de deshidratación. 

—¿Y por qué no contaste la verdad? Si le hubieras  dicho al jefe que fue él, le hubiera dejado entrar de todas formas.

—Bueno...— hizo una breve pausa.— ya sabes lo que piensa el jefe sobre mí...

— Baekhyun... eso no es así. Él no piensa eso.— suspiró.

— Lay. No hace falta que me mientas, sé que piensa que soy un inútil y que no sé hacer nada—  cogió aire.— . No soy idiota, sé la cara que pone cuando le reportan que no he sido capaz de matar a nadie cada vez que voy en una nueva misión.

Monster. [EXO- Park Chanyeol]Where stories live. Discover now