Wook negó con la cabeza, rogándole que no lo hiciera. Quien quiera que estuviera del otro lado podría darse cuenta de lo que había sucedido segundos atrás, pues por desgracia, dos minutos habían sido suficientes para hacerlo tener una erección ¡Fantástico!
Pese a la mirada de súplica, Yesung abrió la puerta. Entonces se dejó ver una estudiante de tercer año, al igual que ellos. Ryeowook la observó por un momento, ella no estaba en su clase, pero estaba seguro de que seguía a Jongwoon constantemente cuando tenía oportunidad.
—¿Qué hace él contigo? —inquirió la chica con molestia viendo la camisa blanca desabotonada de Wook, podía jurar que había visto también la mancha roja en su cuello, donde Yesung había chupado antes.
Yesung hizo un mueca se burla ante la cara de incordio de la joven.
—Perdí mi carta el viernes, tú la encontraste. Debiste entregarla cuando pudiste, pero preferiste humillar a Ryeowook. Es una suerte que sus sentimientos sean correspondidos —miró con una sonrisa a Wook, quien tenía la boca abierta.
La chica en cambio no podía estar más estupefacta, entonces tembló al encontrar de vuelta la mirada de Yesung.
—Si vuelves a robar mis cosas no lo dejaré pasar de nuevo —le cerró la puerta en la cara volviendo a colocar el seguro—. Cierra la boca, entrará un bicho. A no ser que prefieras uno de estos.
Unió sus labios volviendo a introducir su lengua. Ryeowook cerró los ojos, pero mientras era besado una vez más, no dejó de repetir las palabras de Yesung una y otra vez en su mente ¡Sus sentimientos era correspondidos! ¿De verdad no estaba soñando?
—Ryeowook...
Su nombre, sonaba muy bonito viniendo de él.
—Hablas más de lo que creí —le dijo, haciendo reír al rubio.
—Puedo ser Silencioso si quieres —le dijo, recordando aquel curioso apodo que le escribió en su carta.
—No, yo quiero conocerte, Yesung, si me dejas...
—Por supuesto. Nunca me había interesado en alguien hasta llegar a esta escuela y conocerte. No tengo mucha experiencia en las relaciones, pero podemos salir los dos y ver a qué nos lleva esto.
Wook asintió con alegría, entonces el castaño brincó del escritorio hasta sus brazos, enganchándose en sus caderas y abrazándolo del cuello. Yesung lo envolvió con sus brazos volviendo a besarlo. La fricción de sus cuerpos hizo gemir al rubio.
—Si no quieres perder clases, deja de hacer eso —le dijo Yesung. Ryeowook se sonrojó, no era su culpa que su parte baja estuviera tan animada.
—Tal vez quiera perderlas —lo retó. Luego se arrepintió al ver aquella mirada oscura, y al recordar que, en quince minutos más, tendrían examen.
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¡Gracias por leer esta pequeña historia!
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La pensé un momento y me vi escribiéndola tres minutos después. Quería revivir un poco mi lado YeWook shipper, que gran falta me hacía, principalmente para inspirarme ya que la otra historia que tengo de ellos no me ha motivado lo suficiente, y no quisiera borrarla por ningún motivo.
Escribir esta historia corta me ha ayudado, así que espero mejorar la que dejé atrás.
(Debido a que crear esto tomó parte del tiempo que tenía para escribir Pitch black, me retrasaré en terminar el capítulo, tal vez a madrugada como los vampiros) 😅
