*DANIELA*
Sofia me miró sería. Mientras negaba con la cabeza.
-amor, no es para tanto. Sólo eran unas simples llaves.- sonreí inocentemente mientras besaba sus labios sonriendo.
+agh, mi niña, debes tener cuidado eres demasiado despistada, algún día perderas la cabeza y no lo notarás.
-suenas como mi mamá.- Reí.- Pero bueno, mientras no te pierda a ti, todo bien.- sonreí.
+te amo, tontita.- me besó.
Empecé a caminar en dirección a la cocina que sinceramente no era muy grande, pero bueno para nosotras estaba bastante bien pues solamente éramos dos y no es como que planearamos traer a mucha gente. Empecé a revisar algunos cajones y abrí el refrigerador, pero yo no sé prepararme nada asi que todo eso fue inútil, aqui quien sabe cocinar y todo es Sofía.
-tengo hambre.- hice puchero.- ¿me haces algo para comer, por favor?.
+¿qué quieres?
-a ti.- la besé.- mmmh algo rico, ¿Qué tienes?
+¿pizza?.- preguntó
-exacto, eso quiero.- sonreí.- por favor, amor.
+claro. Déjame te la preparó, podria ayudarme si gustas.
-¿puedo negarme?.- dije riendo.
+nop, ayúdame.
-vaaaaaaale.
Hicimos la pizza, yo terminé toda sucia y sé de sobra que ahí no serví de nada pero Sofía insistía en que me quedará con ella para ayudarla, ¿en qué? No comprendo solo hacía desastres pero bueno, fue un momento lleno de risas y besos, pra finalmente poder comer tal delicia.
Éramos muy felices, ¿qué podría salir mal?