los asistentes del diablo.

al ataque.

Me vestí rápidamente con un vestido negro ligero, que no se parecía en nada a lo que estaba acostumbrada a usar, pero mi objetivo era encontrarme a Damian hoy y este solo era la primera fase, que consistía en ser una de las chicas que siempre he odiado pero en la que ahora me debo convertir: arpía, sexy y totalmente seductora, aunque por supuesto, con modificaciones de parte mía.

-al ataque.-le dije a mi reflejo, lanzando un sonoro suspiro y acomodándome la falda del vestido, di media vuelta para dirigirme a la puerta cuando la voz de Daniela me interrumpió.

"el Amo dice que tu plan es una buena idea, Louis no esta de acuerdo en que te comportes como una zorra y los demás solo quieren que todo termine." dijo y yo sonreí al pensar en Louis.

"¿y tu que piensas?" le pregunte saliendo al esplendido pasillo para dirigirme al salón donde me esperaba encontrar un buen desayuno.

" sabes lo que pienso... pienso que es hora de mover lo mas zorra posible ese trasero tuyo." dijo con deje burlón y yo solté una risita silenciosa mirando a ambos lados previniendo que nadie me haya visto.

"aquí voy... hablamos luego." le dije llegando al comienzo de las grandes escaleras hacia abajo, donde se encontraba la misma mesa de ayer menos equipada de tanta comida y para mi sorpresa con dos puestos adicionales, uno que ya reconocí como el de Karina, el de al frente, y para colmo nada mas y nada menos que el asiento de cuero del señor de la casa, los dos estaban hablando, o mejor dicho, Karina hablaba animadamente mientras Damian tenia la vista fija a las escaleras, al parecer esperando mi aparición, y al verme mantuvo la respiración irguiendose, haciendo que Karina se callara y volteara.

me sonrió a penas me vio aunque la sonrisa no llego a sus ojos que se veían un pocos molestos por la interrupción, "lo cual me interesa en lo mas mínimo" pensé y le dedique una pequeña sonrisa que desapareció al ver que Damian se levantaba empujando la silla hacia atrás y acercarse a mi.

-no sabes las ganas que tengo de hacerte cosas con ese vestido.- dijo alargando el brazo para que tomara su mano, trate de reprimir mi expresión de disgusto, que para mi sorpresa fue mas fácil de lo que pensé, ya que con todo el enojo de ayer se me había olvidado lo guapo que era, y ahora se veía tremendamente bien, iba vestido de traje, totalmente negro, y para asombro de ambos estábamos combinados.

le dedique una sonrisa de medio lado con una mirada profunda "¡no entres dócil! ¡no entres dócil!" me repetía mentalmente, recordando las palabras de mi poema favorito de Dylan Thomas, mientras le tomaba la mano, sintiendo su frió tacto contra el mio, y para otra sorpresa mía, en cuanto me toco retuvo la respiración.

-¡hola!- me saludo Karina, mientras seguía a Damian al asiento que se encontraba a su izquierda, y ahogue una carcajada al ver como ella tensaba su ya fingida sonrisa, al ver el tacto que Damian y yo compartíamos, el me ayudo a sentarme y no dejo de verme en todo momento, con sus ojos llenos de lujuria, deseos oscuros, y sorprendentemente un pequeño deje de confusión.

-hola, Karina ¿como estas?- pregunte con la mayor amabilidad posible, sonriendo como boba,me hacia gracia lo mucho que intentaba asombrar a Damian, mientras el y yo estábamos elegantemente vestidos esta vestía un top rojo con lentejuelas, y pude ver mientras caminaba las altas botas que cubrían sus piernas, y si ya con su forma intimidaba el tacón de estas mataba.

-ansiosa por esta noche.- dijo arrugando la nariz y encogiendo un poco los hombros, sonriendo como burra "como odio esa expresión" y era cierto, hacia parecer a las mujeres estúpidas y con poco cerebro, claro que no diría mi punto de vista en voz alta.-¿tuviste una buena noche?- pregunto fingiendo curiosidad, y yo sabia lo bien que ella mentía pero al lado de Damian sus defensas caían en picado.