Pijamada ²

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Música, como siempre, en la multimedia.

A los pocos segundos se abrió la puerta de la gran mansión y de esta salió Maki.

La recorrí con la mirada.

Converse rojas, bucaneras blancas, pollera cuadriculada de color rojo y negro, una remera normal de color blanco y una campera negra, en las mangas había líneas rojas.

Se veía hermosa.

-Yuuki-san.-Saludó Maki a la chica detrás mío con frialdad.

-Nishikino.-La voz de mi amiga salió ronca y yo sonreí, sabía que me estaba cuidando.

-Nos vemos, baby.-Me dí vuelta y abracé a mi amiga con fuerza.

-Cuidate.-Susurró en mi oído.

-Ya, ya, mamá.-Me reí y besé su nariz haciendo puntitas de pie.

Maldito sea el día en que nací enana.

-¿Pueden apurarse? Tengo frío.-Y sí, hacia frío, demasiado.

Ninguna le dirigió la palabra, Asuna se dió vuelta y desapareció, mientras que yo entré a la mansión.

-Las chicas están en mi cuarto.-Informó la ojivioleta y yo rápidamente subí las escaleras para llegar a el.

Conocía un poco la casa ya que había ido unas cuantas veces pero no perfectamente.

Al entrar el aroma de Maki indundó mis fosas nasales a lo que cerré los ojos.

Los abrí porque sentí que dos personas me abrazaban, Honoka y Rin.

-¡Hola Nico-nya!-Sonrío la pelirroja y se alejó para irse con su "Kayo-chin".

-Hola, enana.

-Que comentario tan tierno.-Era obvio mi sarcasmo.

-¡Nico-chi!-Nozomi me abrazó contra sus pechos quitándome las posibilidades de respirar.

-¡Nozomi, la asfixias!-La retó Umi mientras que Eli solo estaba mirando la escena con el ceño fruncido.

-Bien, bien.-Se apartó y miré detalladamente la habitación.

Paredes blancas, un piano eléctrico con partituras de algunas canciones nuestras, un armario de color negro y, al medio de la habitación, una cama de dos plazas de sábanas blancas con dos almohadas blancas. Arriba de esta un peluche de un tierno... ¿tómate?

Corrí y abracé al peluche, ¡era muy tierno!

-¡Oye! ¿¡Qué haces!?-Preguntó Maki con las mejillas rojas.

-Es muy tierna.

Y tiene tu aroma...

-Querras  decir tierno.-La miré confundida.-Se llama Tomato.

Al escuchar a Maki las chicas no pudieron evitar soltar una carcajada mientras que ella se sonrojaba como el tomate que tenían entre mis brazos.

Yo no me reía. Me parecía demasiado tierna, es muy tierna.

-¿No piensas burlarte, tabla de planchar?-Su pregunta hizo que frunzca el ceño.

-Cierra la boca, cabello de menstruación.-Ella se sentó en el piso callandose y yo me acosté en la cama.

-Gobernada...-"Susurró" Nozomi pero todas la escuchamos.

-¡Cállate, tetota!-Maki le tiró una almohada pero la pelimorada lo esquivó y le dió a Umi.

-Oh no...-Susurré preocupada por el bien de Maki.

Cuando Umi devolvió el tiro se inicia una guerra mundial, en la cual terminé incluida.

-¡La última en bajar es un pitufo!-Grita Honoka después que decidiéramos ir a comer.

-No es necesario, ya sabemos quién lo es.-Maki al decir esto me miraba a mi.

-Callate tsundere.-La miré mal y bajé corriendo las escaleras.

Detrás de mi, llegó Honoka y me abrazó con fuerza.

-Honoka, no puedo respirar.

-Me debes un pan.-Se separó.

-¿Por qué?-La miré confundida.

-Porque yo lo digo.-Las chicas llegaron y nos sentamos en la mesa.

-Chicas, tengo una idea.-Dijo Honoka y todas le prestamos atención.-Luego podemos jugar a verdad o reto.

Me atragante con la Fanta que me estaba tomando y Nozomi sonrió como el Sombrerero Loco.

-Yo, yo, yo, n-no quiero.-Tartamudee.

-Ay, Nico-chi, todas queremos jugar menos vos.-Asintieron.-Así que vas a tener que jugar... quieras o no.

Friends Nicomaki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora